661. ¡El dedo admonitorio del Señor! — 22.08.2014

Mi hija. Por favor, diles hoy a los hijos de la Tierra lo siguiente:

Las fuerzas de la naturaleza que azotan su Tierra sirven para “despertar” a los que aún “duermen” entre ustedes y para purificarlos a ustedes y a su Tierra. Son (todavía) un regalo del Cielo, porque aún tienen tiempo para arrepentirse. Pero si no se convierten, siguen pecando y creen en el diablo y le siguen, entonces, Mis hijos, se convertirán en la mano castigadora de Dios, que no seguirá viendo cómo ustedes, Sus amados hijos, contaminados por el pecado, corrompidos por las falsas doctrinas del diablo, están siendo destruidos y aniquilados para satisfacer el ego de aquellos que están cerca del diablo.

Mis hijos. El Padre les da este tiempo para la reflexión y para la conversión. Aprovéchenlo como tal y encuentren a Jesús, Su Santo Hijo. Así su alma encontrará la salvación y la redención, pero deben darse prisa, porque ya pronto será demasiado tarde para ustedes.

¡Miren [den se cuenta de] las señales de los tiempos! Acéptenlas y reconózcanlas como lo que son: el dedo admonitorio del Señor para abrir sus ojos y sus corazones, para que su alma no se pierda. Amén.

Con profundo amor,

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

“Pronto golpeará la mano castigadora del Padre. Ay de aquel que no haya encontrado a Jesús, su Señor y Salvador.

Las catástrofes naturales devastadoras se multiplicarán y alcanzarán proporciones sin precedentes.

Conviértanse, Mis hijos, porque solo así no se perderán. Yo, el Ángel del Señor, se lo digo. Amén.

Su Ángel del Señor”.