19. Mientras más santos oren por ustedes, mayores gracias les serán concedidas. — 24.01.2013

Mi hija. Escúchame. Soy Yo. Tu Madre en el Cielo. Te amo, Mi niña. Te amo mucho Mi hija. Ten la seguridad de que siempre estamos contigo y vive llena de alegría y jovialidad. Pronto todo el sufrimiento terminará, y ustedes, Mis hijos de Dios, todos los hijos de Dios, que confían en Nosotros y han puestos su vida en servicio a Nosotros, serán por siempre llenos de felicidad y benevolencia. Serán redimidos de Mi Hijo Jesucristo y su tiempo con Él será infinito.

Mi hija, Mi amada hija. Te amo mucho y me alegro de que sigas regresando a Mí, a Nosotros. Ten la seguridad de que ahora también San Bonaventura está orando por ti. También para los tuyos, los que son muy queridos por ti. Ten la seguridad, hija Mía, de que los santos están haciendo el bien por ti y por todos ustedes. A través de su sufrimiento en la tierra fueron capaces de perfeccionarse. Así se ayudaron a sí mismos y también a muchas otras personas. Que ustedes avancen hacia Mí, su Jesús, es muy deseado por ellos y ellos están orando día y noche por ustedes, Mis amados hijos. A través de su perfección, que experimentaron a través de muchas purificaciones, tanto en la tierra como después de su muerte física, reciben todas las gracias imaginables de Mi amado Padre para ustedes, Mis amados hijos. Ellos oran por ustedes. Ellos interceden por ustedes. Y ellos piden y obtienen gracias maravillosas para ustedes, Mis amados hijos.

Entonces, ¿qué puede ser más valioso para ustedes que tener un santo a su lado? Consideran cuántos santos hay. Pueden elegir libremente con quién quieren «aliarse». Un solo santo ya puede obtener estas gracias para ustedes, consideren cuanto más gracias se obtienen para ustedes, mientras más santos hay a su lado. Este tema es muy extenso. Sepan, Mis queridos hijos, que cuantos más santos oren por ustedes en SU NOMBRE, mayores gracias se les concederán.

Tú, Mi querida hija, ahora has ganado San Bonaventura para ti por la propia benevolencia de su parte. Por tu fidelidad constante siempre has regresado al mismo lugar y San Bonaventura ha encontrado complacencia contigo. Profundiza tu relación con él y confía en él.

Mi querida hija. Te amamos.

Saludos. También Dios Padre está contigo. Nosotros te amamos.

Tu eres Nuestra hija.

Jesús, Dios Padre y Tu Madre en el Cielo.