120. ¡Vengan a Nosotros, todos los hijos de la tierra! — 30.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. No te desesperes. Todo estará bien. Tan pronto como Mi Santo Hijo baje del cielo – y eso sucederá pronto – ÉL los redimirá a ustedes, Sus amados seguidores y Sus fieles siervos, ustedes que son puros de corazón y ustedes que Le han dado su SÍ, de las maquinaciones del maligno y llevarlos a Su Glorioso Reino, que fue preparado para todos los hijos de Dios que se han convertido a ÉL y Dios Padre hasta o en el día de la gran alegría, preparado con el amor perfecto de Dios Padre, su Padre que tanto los ama, para que puedan recibir la herencia anhelada de la paz, el amor perfecto y la verdadera alegría y felicidad.

Mis hijos. Mis tan amados hijos. Esperen este día con alegría, este día que ahora llegará muy pronto y aguanten para que el mal no pueda lastimarlos, porque los planes del diablo son aterradores, horribles y repugnantes. Pero él no podrá llevarlos a su fin, porque Dios Padre está listo con Su Ejército Divino, listo para la última de todas las batallas contra el mal y el maligno, listo para separar a todos aquellos que no se convierten a tiempo de Sus hijos fieles que Lo aman, para dejarlos al maligno quien los arrastrará al lago de fuego, hacia donde Dios Padre lo empujará con su ejército.

Así que despierten, Mis amados hijos, y prepárense. Solo quien crea en Jesús, Lo siga, confíe en Él, Le de su fe, se entregue a ÉL y Lo adore, alcanzará la vida eterna en paz y con Jesús.

Quien no se de vuelta, quien no se aleje del mal, quien no se libere de las garras del mal – y eso, Mis amados hijos, los arreglamos Nosotros, el Cielo, para ustedes tan pronto como hayan dado su SÍ a Jesús – no experimentarán esta gloria.

Por lo tanto, vengan a Nosotros, TODOS LOS HIJOS DE LA TIERRA, y les prometemos que ni uno de ustedes se perderá, sin importar a qué religión pertenezca, qué color de piel tenga, qué pecados haya cometido, porque antes de Jesús y Dios Padre todos los hijos son iguales. Cada uno es un hijo de Dios y a cada uno lo aman. A cada hijo, a cada hombre y cada mujer que hoy en día vive en la tierra, lo quieren redimir y salvar su alma para que todos los hijos de Dios puedan finalmente vivir juntos en paz y amor y gozo indescriptiblemente grande en la Nueva Jerusalén bajo el Reinado de Jesucristo, quien dio su vida hace 2000 años para redimir y permitir el acceso a Su Reino de los Cielos a todos los hijos de Dios, y con eso se refiere a cada uno de ustedes sin importar la raza, el color de la piel o la confesión que tenga.

Acepten Su sacrificio más grande – Su crucifixión – y conviértanse en Él, su hermano Jesús, quien los ama desde lo más profundo de Su Sacratísimo Corazón, y entren con Él en Su Nuevo Reino para vivir la paz que sus almas tanto anhelan.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

 

Llamada de la Madre de Dios, Jesús y Dios Padre:

Mi hija. Nuestros mensajes deben divulgarse en todo el mundo y ser accesibles para cada uno de Nuestros hijos.

Los llamamos a difundir Nuestra palabra, estos mensajes en todos los idiomas, porque el tiempo apremia y deseamos llegar a todos Nuestros hijos.

Gracias, Mis amados hijos.

Su Madre en el Cielo con Jesús y Dios Padre.

 

«El ejército de Dios está listo.

Preparen también ustedes sus corazones para que podamos reconocerlos y salvarlos.

El sello del Dios vivo es la señal que deben llevar. *

Con él [el sello] no perecerán.

Su Santo Arcángel Miguel.

Líder de las huestes Divinas».

* Nota: El mensaje original del «Sello de Dios vivo» se publicó en el «Libro de la Verdad», que se puede acceder, por ejemplo, través del sitio web: http://www.dasbuchderwahrheit.de. Desde este sitio web también se puede descargar el «Sello de Dios Vivo».