128. Solos no podrán liberarse de Satanás y sus demonios — 09.05.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate conmigo y escúchame:

Su mundo está hecho de tanta apariencia. Todo esto que están «persiguiendo», el reconocimiento, el dinero, el lujo, la riqueza material son signos de su insatisfacción interior. Todo esto no tiene valor ante Dios Padre, Nuestro Padre, porque solo el amor de cada corazón «cuenta» en Sus ojos, solo el bien que exuda cada corazón es lo que tiene un valor real.

Ustedes están apegados a lo efímero y se están lastimando a ustedes mismos y a su alma con eso. Además, dañan a muchos hermanos y hermanas con su búsqueda egoísta de todas estas inutilidades. Acumulen [mejor] tesoros en sus corazones.

Hagan buenas acciones y obras a favor de otros hijos de Dios y llenen así su alma y la de sus hermanos y hermanas de gran alegría. Compartan entre ustedes y vuelvan a amarse.

No envidien. La envidia solo produce desgracia en ustedes, en sus corazones y en su alma. Además, lastiman con la envidia también a quienes envidian.

Alégrense por lo que tiene su prójimo y denle lo que le falta. Si todos hicieran esto, entonces a ningún hijo de Dios le faltaría algo.

No necesitan mucho para vivir. No acumulen, porque hay suficiente para todos los hijos de Dios. Dios Padre cuida a cada uno de sus hijos. Si vuelvan a entender esto, entonces TODOS los hijos de Dios estarán bien.

Dejen de pelear. Es solo el adversario quien atiza la contienda. También toda esa apariencia en su mundo él se las extiende para mantenerlos “pequeños”. Ustedes creen que fuesen lo más grande, con mucho dinero, puestos de trabajo poderosos, autos grandes y suntuosas mansiones, pero no es así. Es el diablo que les hace creer todo esto. Él atiza su vanidad y les cubre con velos de neblina, para que ya no vean la luz de Dios – la consciencia del ser, de su origen y su Vida Eterna. Él los ciega con apariencias y los atrae con tentaciones. No caigan más en su trampa. Él no tiene nada bueno para ustedes.

Encuentren el camino hacia Dios Padre y sean uno con Mi Hijo. Solo Jesús es su Redentor. Solo ÉL los puede liberar de las garras del maligno.

Acepten Su amor, Su misericordia y vivan su vida en paz y amor los unos con los otros. El que crea en Jesús, quien confíe en ÉL, quien Le de su SÍ, ÉL lo hará feliz, lo liberará de todas las garras del maligno, lo preservará de sus trampas y lo protegerá y salvará. Porque ÉL los llevará consigo en el día de la gran alegría, a Su Nuevo Reino que es el hogar del amor y de la paz y la felicidad les será regalada. Las glorias de Dios les serán reveladas y su alma finalmente se sentirá bien, porque entonces habrá vuelto a casa, a donde su Creador que la ama tanto.

Anímense y avénganse a esta maravillosa aventura, el viaje más hermoso de todos los viajes, de vuelta a los brazos de Dios Padre. Sin ÉL, ningún hijo de la tierra encontrará la plenitud en su forma más pura. Solos no podrán liberarse de Satanás y sus demonios.

Por eso, vengan Mis amados hijos. Yo, su Madre en el Cielo, los llevo conmigo a Mi Hijo, para que cada uno de ustedes pueda experimentar el amor que solo ÉL puede darles, y para que ningún hijo de la tierra se pierda.

Llamo a TODOS los hijos de la tierra para que vengan a Mí. A cada uno de ustedes le espera con alegría Mi corazón de madre. Con gran amor y confianza los pondré en los brazos Sagrados de Mi Hijo, para que su alma encuentre paz y experimente curación, porque su mundo es poco saludable para su alma.

Denme su confianza y dejen que los lleve a Jesús. Pídanmelo, y grande será mi alegría.

No importa en qué parte de la tierra se encuentren y a qué religión – o no religión –pertenezcan. Yo, su Madre en el Cielo, amo a TODOS Mis hijos porque soy la Madre de TODOS los hijos de Dios. Por lo tanto, Mis tan amados hijos, vengan a Mí, para que yo los pueda guiar a los brazos redentores de Mi Santo Hijo. Que así sea.

Su Madre en el Cielo que siempre los ama.

Madre de TODOS los hijos de Dios.

Gracias, Mi hija.

 

Amén, les digo esto:

Él que se encomienda a Mi amada Madre, Me encontrará.

Él que encuentra a Mí, su Jesús, no se perderá.

Pero el que se aparta y no quiere saber nada de Nosotros, Nos niega y blasfema contra Nosotros, gritará pidiendo socorro cuando de repente se dé cuenta de las mentiras de Satanás, pero entonces será demasiado tarde porque la succión del lago de fuego lo habrá tomado en posesión, y Yo no puedo hacer nada más por él.

Entonces, vengan a Mí, su Jesús, y nada malo le sucederá a su alma. Que así sea.

Su Jesús

Gracias, Mi hija. Mi niña tan amada por Mí.