213. Ustedes creen que todavía les queda mucho tiempo, pero no es así — 24.07.2013.

Mi hija. Mi querida hija. Escribe para mí. Yo, un ángel del Señor, quiero advertirles porque ustedes creen que todavía les queda mucho tiempo, pero no es así. Quien no se confiese ahora, quien no se prepare y no se convierta, quien no se arrepienta de sus pecados y empiece a hacer el bien a sus prójimos, no le quedará tiempo, porque pronto el hijo del Señor se precipitará hacia ustedes y no sabrán soportar la unión con ÉL, porque no han prepararon su alma, no abrieron su corazón para el Redentor del mundo y piensan que un Creador como Dios Padre no se necesita, porque al fin y al cabo todo lo habrían logrado con sus propias fuerzas y esfuerzos.

¡Qué perdidos están! ¡Qué lejos del camino divino, que es SU SALVACIÓN! ¡Sólo el que confíe en Dios LO conocerá también, sólo el que de su SÍ a Jesús puede ser salvado, sólo el que se prepare, que abre su alma, su corazón para su Santo Creador, puede entrar en la gloria!

Pero quien piensa que no necesitará todo esto, pronto llorará lágrimas amargas. El abismo se abrirá para él, y conocerá su error. Pero será demasiado tarde y no podrá haber más salvación, porque el que no se haya convertido al Padre cavará su «tumba viviente» en el abismo del infierno, donde la condenación eterna, el tormento y el sufrimiento, la tortura, el horror y el mayor suplicio serán su destino.

Despiértense todos, pues, y vengan a Jesús, el Hijo de Nuestro Señor, porque así entrarán en la eternidad de su Padre, el Creador de ustedes mismos y de todo ser, y grande será la alegría de su alma, su corazón se solazará y la felicidad será su amiga.

Así que vengan, queridos hijos, ¡y den ahora su SÍ! EMPIECEN A DECIRLO, y grande será su alegría y la del Cielo.

Que así sea.

Su ángel del Señor.

Gracias, Mi querida hija. Te bendigo.

 

 

«Amén», les digo esto:

Mucho ya le hemos dicho. Se han producido muchas conversiones.

Su oración continúa salvando muchas almas y las gracias del Cielo están cerca de ustedes.

Sigan orando, hijos Míos, y el número de hijos que irán con Nosotros a Mi Nuevo Reino será grande.

¡Grande será la alegría en el Cielo cuando entremos juntos en este maravilloso paraíso que mi Padre creó para todos Nosotros!

Los amo, Mis hijos tan amados por Mí y espero con ansias este día.

Su Jesús quien los ama.

Salvador de todos los hijos de Dios.»

 

«Mi niña. Mi hija. Dile a Nuestros hijos que el tiempo apremia. La fecha se aproxima y muchos aún no se han convertido.

Oren, oren, oren, así alivian el dolor en Mi corazón de Padre y Mis lágrimas se convertirán en gracias para la tierra y para ustedes, y así convierten a aún más de Mis hijos todavía perdidos.

Abrazo a ustedes con Mi amor paternal y los espero con alegría cuando entren a su Nuevo Hogar.

Los amo.

Su Padre en el Cielo. Creador de todos los hijos de Dios y Creador de todo ser.

Gracias, hija Mía. Te amo.»