241. ¡Confíen y crean y aguanten! — 23.08.2013

Mi hija. Mi querida hija. No te desesperes. El sufrimiento de ti y de todos ustedes se necesita más que nunca en estos días porque el fin está cerca y todavía debe realizarse mucha redención y conversión antes que entonces puedan entrar en el mundo recreado de Nuestro Señor, su Padre, que espera ansiosamente a cada uno de Sus hijos. Para que tantas almas como sea posible puedan encontrar su camino de regreso a Nuestro Padre tu sufres, hija Mía, y todos ustedes sufren más de lo normal, porque el tiempo es corto y urgente.

«No se desesperen, mis amados seguidores, porque a través de su sufrimiento, su dolor y su anhelo por Mí, su Redentor, ustedes ayudan a millones y millones de almas a también poder ser salvadas. Pronto ya todo habrá terminado y todo sufrimiento, todo dolor, así como todo pecado será quitado de ustedes. ¡Confíen y crean y aguanten!

Yo, su Jesús, siempre estoy ahí para ustedes, con ustedes y los ayudo con su carga. Entréguenme todas las cargas que les parecen demasiado, y las soportaré por ustedes y les daré alivio. Las amo, mis queridas, fieles almas, y espero con ansias Nuestra entrada en la Nueva Gloria que Mi Padre creó y preparó con amor para todos ustedes. Aguanten un poco más y seremos muchos [un número grande] que entraremos en Mi Nuevo Reino.

Que así sea.

Los amo.

Su Jesús. Redentor de todos los hijos de Dios y Mi Santísima Madre.»
Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

Dios Padre: «Descansa, hija Mía.»