284. Sean agradecidos en sus corazones, entonces este manantial permanecerá como una Fuente Santa — 23.09.2013

Mi hija. Escribe. Yo, tu Santa Marina, hoy quiero instruirlos a ustedes y a todos los hijos porque Me han olvidado -Mi obra entre ustedes- y no Me dan el honor que Me corresponde a Mí como su intercesora en el Cielo.

Muchos vienen a Mí aquí en Mi Lugar Santo, pero no Me aprecian. Se embotellan el agua, Mi agua bendita, y no Me dan las gracias.

Mis hijos. ¡Deben respetarme a Mí y a todos los santos! Yo les di esta agua que es sagrado para el bienestar de ustedes. ¡Les hará bien (salud) y los puede curar!

Yo, su Santa Marina, cuido así de cada uno de ustedes que viene aquí y busca Mi agua. ¡Pero deben venir con respeto y gratitud en su corazón porque esta agua es un regalo del Cielo para ustedes!

Por la gracia de Nuestro Señor Dios Altísimo se Me permitió dejar fluir esta agua y dotarlo de poderes curativos. Sin embargo, hijos, deben tener fe, porque sin fe es agua de manantial ordinario. Sin fe no se curarán. Sin fe no serán curados por Mi agua, que es santo.

Por lo tanto, hijos Míos, crean y confíen y muéstrenme respeto, reverencia y agradecimiento porque la gracia es grande la que el Señor entrega a través de Mí, Su Santa Sierva, y ustedes muestran así su respeto, reverencia y agradecimiento a través de Mí, su Santa Marina, a Nuestro Señor el reverenciado Padre y Creador de todos ser.

Así que sean agradecidos en sus corazones y denme el honor de su visita y su oración, entonces este manantial permanecerá como una Fuente Santa y Mis maravillas, que Me permiten hacer en ustedes por la gracia del Señor, continuarán.

Que así sea.

Su Santa Marina

 

«Amén», les digo:

Nuestra sierva dice palabras verdaderas. Así que den las gracias y reverencia a aquella que les regala milagros, porque ella está en la gracia del Señor y los sanará. Pero deben creer y confiar y orarle. Entonces, Mis queridos hijos, ella podrá hacer sus milagros en ustedes. Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.»

 

«Mi hija. Divulga esto para que la gente de todas partes vuelva a mostrar su respeto y agradecimiento porque es una gracia recibir tal agua y es una gracia que los santos estén con ustedes.

Sus milagros son gracias del Señor. Acéptalos por lo que son y nunca lo tomen como por sentado, porque ningún regalo del Señor se da por sentado, sino es una gracia grande para quien lo recibe.

Así que compórtense respetuosamente, con reverencia y gratitud. Entonces, Mis queridos hijos, estas aguas especiales y benditas continuarán fluyendo como gracias y tendrán un efecto especial para aquellos que están en la fe. Amén.

Su Jesús.»