320. ¡Quien vive con el Padre tiene todo lo que necesita! — 26.10.2013

Mi hija. Mi querida hija. Es bueno que hayas venido. Estamos preocupados, Mi querida hija, porque lo que está sucediendo en su mundo en este momento es malo y terrible, y la apostasía de muchos de Nuestros hijos Nos está causando mucho sufrimiento.

Mis hijos. Deben despertarse y prepararse y no pensar sólo en sí mismos, en sus placeres y en sus satisfacciones, porque así nunca encontrarán el camino hacia Dios. Deben escuchar su interior y aprender a estar «con ustedes mismos», a ser autosuficientes [contentarse con sí mismos] SIN excusas ni distracciones, porque cuando estén consigo mismos, entonces Dios Padre tiene la posibilidad de revelarse a ustedes, pero el que está distraído y siempre ocupado con algo, no podrá escuchar a Dios Padre.

Vuelvan a su interior. ¡Miren en su corazón! Y si ven que éste está lleno de basura, entonces ¡purifíquense! Si le duele [su corazón], entonces alivien su sufrimiento. Pero no intenten curarlo por fuera, ¡sino cúrenlo desde dentro!

Dios Padre está con cada uno de Sus hijos, y nunca los dejará solos, pero su corazón debe estar abierto a ÉL y deben llagar a estar en paz [silencio] para notarlo a ÉL, sentirlo y escucharlo.

Mis hijos. Una vida con Nuestro Padre es más hermosa que todo lo que conocen. Ningún bien del mundo puede compararse con ésta, porque quien vive con el Padre tiene todo lo que necesita. Quien vive con ÉL es feliz en su corazón. El que vive con ÉL siente alegría y satisfacción. Quien vive con ÉL nunca está solo. Puede entregar todas las preocupaciones, porque el Padre las lleva por él. Todo el dolor lo puede aceptar, porque ése el Padre también lo soporta por él. Toda la alegría la puede compartir, porque Dios Padre está con él.

Una vida con el Señor es incomparable y llena de maravillas y simplemente hermosa. No hay nada en su mundo que pueda darles esta alegría, este amor, esta paz y esta felicidad. Por lo tanto, Mis tan amados hijos, vuelvan y encuentren el camino hacia ÉL, hacia su Padre en el Cielo, el Creador suyo y de todo ser, y alcancen también ustedes esta incomparable alegría, amor y confianza en su vida, que millones y millones de hijos de Dios ya tienen y pueden experimentar cada día.

¡Vengan al Padre! ¡Denle su SÍ a Jesús! Y ÉL vendrá a llevarlos al Padre, y felizmente alcanzarán la eternidad.

Los amo desde lo más profundo de Mi Sagrado Corazón.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

«Amén, les digo esto:

Vuelvan al camino hacia Mí y denme su SÍ.

Pónganse completamente en Mis manos y confíen siempre en Mí.

Yo, su Jesús, cuidaré de ustedes y nunca más Me apartaré de ustedes. Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Redentor de todos los hijos de Dios. Amén.»

Duerme ahora, Mi hija. Gracias. Tu Jesús.