354. ¡La paz milenaria comenzará ahora pronto! — 25.11.2013

Bonaventura mira con tristeza nuestra tierra:

Sí, hija Mía, los estoy mirando con tristeza, porque están destruyendo la creación del Señor, poniéndose en contra de ÉL y de Su Hijo y apartándose de la única Verdad, porque están tan enredados en las tinieblas del diablo, tan velados con velos de niebla y adictos al amor propio y a [cada vez] más chutes y a más sexo y a más de esto y de aquello, que ya no logran discernir la verdad, porque su corazón está oscurecido, tapado y velado y el diablo les ha montado un mundo ilusorio y no encuentran la salida, pues incluso en su corazón experimentan la «alegría» (chutes) del diablo y así nunca encuentran la única alegría verdadera del Señor, y si no se convierten pronto ahora, entonces irán al infierno con este mundo ilusorio, pues están tan atrapados en él que no se dan cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor y no reconocen la verdad del Señor.

Mis hijos. ¡Despierten! Libérense del mundo ilusorio del diablo y emprendan el camino hacia el Señor. Sólo ÉL es su salvación. ¡Sólo con ÉL alcanzarán el Nuevo Reino! Sólo ÉL, Jesucristo, los llevará al Padre, y sólo con ÉL serán hijos felices.

La paz milenaria comenzará ahora pronto, pero sólo la alcanzarán aquellos hijos que se hayan entregado a Jesús y LE hayan dado su SÍ a ÉL. Serán las almas fieles las que cosecharán las riquezas del Señor, pero los que se apartaron de ÉL tendrán que soportar sufrimiento y penurias y tormento, porque el diablo se revelará como lo que es, y maldecirá a todos los que no le dieron la victoria sobre Jesús, y hará sufrir y atormentar a todos los hijos, y este estado será insoportable para los hijos caídos.

Por lo tanto, devuélvanse mientras aún estén a tiempo, porque pronto ya vendrá Jesús y saldrá victorioso sobre el maligno y su ejército de horror. Entonces, hijos Míos, deben estar preparados, porque sólo aquellos que han dado su SÍ a Jesús, ÉL podrá llevar consigo a la Nueva Era de Paz, Su Nuevo Reino. Que así sea.

Conviértanse.

Su San Bonaventura. Amén.

Qué tormento hay en su tierra, pero valientemente los hijos fieles toman su cruz y siguen al Señor.

Vete ahora, te amo. Gracias. Amén.