358. ¡La Navidad es muy especial en muchos sentidos! — 30.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Déjate guiar siempre en todo lo que hagas, y confía siempre en Nosotros, en el Cielo, porque Nosotros estamos contigo y te cuidamos.

Mi hija. Dile a Nuestros hijos de todo el mundo que los amamos. Diles que ahora ha comenzado la temporada contemplativa y que al menos deberían intentar tomarse las cosas con calma y tranquilidad en lugar de estresarse, preocuparse y desgastarse.

Si solo todos ustedes confiaran en el cielo, en Nosotros, entonces no habría todo este «alboroto». Serían hijos de Dios contentos y tranquilos, porque se dejarían guiar en todos los asuntos de su vida, incluso en las pequeñas cosas triviales, que al final del día les habrán robado el «último nervio», porque no confían, no se comunican con Nosotros y no confían en Nosotros.

¿Quién de ustedes confía que Nosotros les podemos comprar los regalos de Navidad? ¿Quién de ustedes cree que los llevaremos a tiempo y al lugar correcto? ¿Quién de ustedes confía en que Nosotros organicemos estas cosas tan cotidianas?

Mis hijos. No son muchos de ustedes, pero aquellos que confían que TODO lo podemos, aquellos que Nos entregan TODO pueden dar testimonio tras testimonio de los milagros cotidianos, porque no son ellos los que gestionan su día, sino que ellos Nos entregan su día a Nosotros. No son ellos que se devanan los sesos con las mundanidades, sino que las entregan a Nosotros. No planifican ellos, sino que se dejan guiar. Ellos escuchan a Nosotros y confían en Nosotros, y esta confianza aumenta día a día, pues saben lo maravillosa que es la Divina Providencia y por eso Nos entregan TODO y a ellos mismos.

Mis hijos. Si solo todos pudieran vivir con esa confianza en Nosotros, serían un tanto más felices, más ligeros, más despreocupados y alegres.

Confíen, Mis hijos, confíen. Den su SÍ a Jesús y dejen que estos pequeños milagros cotidianos entren también en sus vidas. Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi hija.

(Jesús sonríe felizmente.) Sí, Mi hija, es Su fiesta. Todas las madres conocen este milagro del nacimiento, por eso la Navidad es muy especial en muchos sentidos. Celébrenlo como tal y encuentren al Señor. Amén.