418. ¡Invóquenme a Mí en la batalla contra el mal! — 19.01.2014

Mi hija. Diles a Nuestros hijos que tienen el derecho de consultarnos antes de tomar cualquier decisión, especialmente si no están seguros.

Si sienten que algo no les parece bien, entonces no se decidan por ello, pero si creen que es bueno, pero (aún) tienen dudas, pregúntennos a Nosotros. Pondremos la respuesta en su corazón.

Mis hijos. La confianza en el Cielo, en Mí, su Jesús, y en todos sus santos, debe ser grande y sin reservas, pues sólo así podemos trabajar por ustedes, en ustedes y a su alrededor.

Así que confíen en Mí y en la ayuda de todos sus Ayudantes Celestiales, porque esto hará su vida mucho más fácil.

La confianza es la base de Nuestra relación. Quien no confía en Mí, no ha llegado a Mí, y todavía se requiere mucha oración y aprendizaje para poder vivir realmente conmigo por completo y en devoción a Mí.

Mis hijos. Yo, que estoy dotado de la omnipotencia del Padre, obraré milagros en sus vidas, pero deben entregarse completamente [con todo su ser] a Mí y no sólo una pequeña parte de ustedes, de su vida.

Yo, que he sido enviado para estar con ustedes, Me ocuparé de TODO para ustedes, tanto aquí como en la eternidad. Crean y confíen, porque así será, y así es ya aquí [en la tierra] con los hijos que se han entregado enteramente a Mí.

Mis hijos. Encuéntrenme a Mí, su Jesús, completamente, entonces la paz vendrá a ustedes y Mi amor y Mi alegría serán omnipresentes en ustedes. Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Redentor de todos los hijos de Dios.

Amén.

«Mis hijos. Mi Hijo obra milagros en quien Le de su SÍ a ÉL.

Así que no esperen más y confiesen su fe en ÉL, en su Redentor, y los últimos días de su vida en la tierra y de su eternidad serán hermosos.

Amén.

Su Padre en el Cielo.

Creador de todo el ser.»

«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada.

El que confiesa su fe en Jesús será pleno, y esta plenitud le acompañará toda su vida, aquí y en la eternidad. Que así sea.

Vengan ahora, Mis hijos y denle a ÉL, el Redentor del mundo, su SÍ, para que Sus milagros les puedan suceder a ustedes, y el Padre Eterno encuentre (nuevamente) favor en ustedes.

Yo, el Ángel del Señor, se lo digo. Amén.

Tu Ángel del Señor.»

«Invóquenme a Mí en la batalla contra el mal, porque todo lo que no venga del Señor mismo, lo cortaré de ustedes con Mi poderosa espada.

Así que récenme a Mí, a su San Miguel Arcángel, porque la batalla por las almas ha comenzado y Yo soy su defensor de todo mal.

Que así sea.

Diríjanse a Mí, su Santo Ayudante, que Dios el Padre ha enviado para ustedes.

Los amo y lucharé por cada uno de ustedes que sea fiel a Jesús y Me rece.

Amén.

Su San Miguel Arcángel.

Líder de las Huestes Celestiales.»

Gracias, Mi hija. Divulga esto.