429. ¡No pueden hacer un regalo más hermoso y precioso que éste a sus pequeños! — 30.01.2014

Mi hija. Mi querida hija. Diles a Nuestros hijos hoy que su mundo está desvencijado. Quien se aleja de Dios nunca encontrará la plenitud, ni vivirá nunca en el amor pleno, porque donde Dios no está, donde ÉL no habita en los corazones de los hombres, porque han cerrado sus corazones a ÉL, al Creador de todo ser, y a Su Hijo, Jesucristo, nunca vendrá la paz y el amor, porque el hombre no puede «producir» este amor de sí mismo, y su corazón y su alma no encontrarán la paz sin este amor divino del Señor que todo lo cura y que todo lo traspasa.

Mis hijos. Es tan importante que den su SÍ a Mi Hijo, porque sólo entonces serán conducidos al verdadero camino del conocimiento y del amor. Deben entregarse plenamente a Mi Hijo y preparar a sus hijos para ÉL y su Segunda Venida. Esto es muy importante, ya que todos los niños a partir de los 7 años vivirán el Aviso, y también sus corazones deben estar preparados para este gran acontecimiento tan maravilloso. Incluso los más pequeños de su familia deben ser preparados por ustedes, ya que Jesús vive en cada uno de ustedes, pero sólo donde el corazón está abierto puede ÉL «habitar y actuar».

Mis hijos. ¡Preparen a sus pequeños para Mi Hijo y hagan que se bauticen! ¡Regálenles la participación en la catequesis y condúzcanlos a la Primera Comunión tan pronto como hayan alcanzado la edad para ello! ¡Dejen que sus hijos crezcan en la fe y la confianza en Mi Hijo y visiten con ellos Nuestros Lugares Santos y las Santas Misas! ¡Acérquenlos la vida con Jesús! No pueden hacer un regalo más hermoso y precioso que éste a sus pequeños, pues les estáis dando el amor del Señor y la Vida Eterna al lado del Señor en gloria y esplendor.

Los amo desde lo más profundo de Mi corazón de Madre que late por ustedes y vendré a ustedes hasta que termine este tiempo de preparación.

Con el más profundo e íntimo amor,

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

«Mi hija. Lleven sus hijos a Jesús para que sean sanados y felices. Los amo a ustedes.

Su Santa Teresa.»

(Rosalía y muchos otros santos están con ella y se alegran.)

«Mi hija. Divulga esto. Sus hijos son importantes. Cuiden de ellos y regálenles la eternidad.» Madre de Dios, Rosalía y Teresa.

(Josep se ha unido a ellos y está sonriendo.)

«Sus hijos deben vivir. Son criaturas del Señor delicadas y frágiles y están mucho más cerca de Dios Padre que ustedes, los grandes. Mantengan esa conexión para ellos y háblenles de la vida de Jesús.

Explíquenles la Biblia y preocúpense que crezcan con el Señor. Sólo entonces tendrán una chance [de vivir dignamente] en este mundo y en el siguiente.

Amén.

Su San Josep.»