478 …¡no hicieron nada al respecto! — 14.03.2014

Mi hija. Mi querida hija. Qué bueno que llegaste. Yo, tu Madre en el Cielo quien te ama, quiero hoy decirte lo siguiente a ti y a Nuestros hijos en todo el mundo:

Levántense, Mis hijos, y vuelvan a Mi Hijo, ¡pues sólo así alcanzarán el Reino de los Cielos! Sólo así entrarán en la Nueva Era de Paz amorosamente prometida y preparada por el Padre para cada uno de Nuestros hijos. ¡Levántense y difundan la Palabra del Señor! Defiendan a Jesús de aquellos que quieren «abolirlo» y ¡defiéndanlo a ÉL, a su Rey!

Tan pronto como se completen los actos malvados de calumnia, expulsión, así como de mentiras sobre Mi Hijo que tanto los ama, ¡no se sorprendan del vacío que los sobrevendrá, de la tristeza y de un «espectáculo» montado artificialmente que no se sentirá real y que los confundirá a ustedes y los conducirá a la oscuridad! Así se celebrarán sus nuevas misas: en la unidad, en la confusión, en la ceguera y sin ningún valor ante el Señor, porque ya no LE adorarán a ÉL en sus nuevas misas, sino a la bestia que se ríe a carcajadas de que todos ustedes hayan caído en sus mentiras, que no se hayan dado cuenta de las intrigas y, sobre todo, que ¡no hayan defendido a su Jesús!

¡Mi Hijo no estará presente en ninguna de estas misas! ¡Tengan presente esta pérdida infinita! ¡Su aplauso pasará rápidamente en cuanto salga a la luz el verdadero rostro de los malvados! ¡Ustedes están siendo utilizados y ustedes dejan que esto ocurra! ¡Los mienten y ustedes creen a los mentirosos! ¡Están siendo manipulados y ustedes se alegran de esta manipulación! Y están siendo «robados», controlados y muchos de ustedes encarcelados, ¡pero ustedes no se levantan! ¡Ni por su libertad! ¡Ni por sus hermanos! ¡Ni por su Jesús!

Mis hijos. Si ustedes no se levantan ahora y defienden la Palabra de Jesús, Sus enseñanzas, Sus sacrificios, los mandamientos del Señor y Su gran sufrimiento por la salvación de todos los hijos de Dios, entonces ¡será demasiado tarde para todos ustedes! Miles y miles de millones entonces se perderán en manos del diablo y ustedes, que conocen a Jesús, no hicieron nada al respecto.

Mis hijos. Mi corazón maternal está profundamente afligido porque sufre por su tibieza. Deben levantarse y permanecer al lado de Jesús, ¡no importa lo que piensen o hagan los demás! ¡Levántense y defiendan a su Salvador! ¡Ayuden a los hijos de la tierra a encontrar a Jesús y sean buenos los unos con los otros!

Mis lágrimas que lloro son amargas. Están llenas de pena y dolor porque ustedes han dejado a Jesús, el único que los ama de verdad y que dio su vida por ustedes.

Lleno de pena y sufrimiento Me despido hoy de ustedes y suplico en el trono de Dios por cada hijo de la tierra para que encuentren a Jesús y no se pierdan en manos del diablo.

Los amo, Mis hijos que se han extraviado tanto, y oro para su iluminación. Que el Espíritu Santo haga Sus milagros en todos ustedes para que puedan (volver a) ver claramente.

Levántense, Mis hijos, ¡y oren!

Su Madre en el Cielo quien los ama.

Madre de la Salvación y Madre de las lágrimas:

«Lloro lágrimas de sangre por cada hijo apóstata. Amén.»