480. ¡Las lágrimas que lloramos por ustedes son muchas! — 15.03.2014

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por haber venido. Yo, tu Madre de Lágrimas que te ama, quisiera decirles hoy lo siguiente a ustedes, los hijos del mundo:

¡Mi Corazón Maternal está sufriendo! Está sufriendo por el estado de su tierra y de ustedes, porque tantos hijos simplemente no quieren convertirse. Mi Corazón Maternal que tanto los ama le encantaría salvarlos de todo el sufrimiento que los aflige y seguirá afligiéndolos, pero ustedes no están dando su SÍ a Jesús, Mi Hijo.

Mis tan amados hijos. ¡Conviértanse! ¡Corran a Jesús, a Sus Santos Brazos, y suelten el mundo frío que los ha atrapado! Es la garra del diablo la que hace que sus corazones se enfrían y los llena de sus falsas ideologías que los traen aún más frialdad, frescura y falta de alma, pues sus demonios son seres sin alma, ¡y a quien que se comprometa con el diablo le será robada su alma!

Mis hijos. Este estado de su mundo actual, que ven tan moderno y progresista, ¡no es más que un peldaño hacia los abismos del infierno! Donde no hay amor, donde sólo cuentan la frialdad y la materia, el propio ego y la «ciencia», la gente se enferma, se entristece, empieza a sufrir, a «marchitarse». ¿No ven adónde los está llevando su elogiado progreso? Allí donde Dios ya no existe porque Lo han alejado, erradicado de su vida, de su sociedad y [Lo han] olvidado, allí el alma morirá sin jamás morir, y sufrirá.

Mis hijos. ¡Vengan a Mí y a Mi Santo Hijo para que vuelvan a experimentar el calor! ¡Nuestro amor por ustedes es infinito, las lágrimas que lloramos por ustedes son muchas y la pena y el dolor de Nuestros corazones tan profundos!

¡Encuéntrenos a Nosotros y vuelvan a vivir como verdaderos hijos del Señor! ¡Déjense caer en Nosotros y dejen que Nosotros cuidemos de ustedes! Yo, su Santa Madre de las Lágrimas, prometo que cada hijo que Nos encuentre será recibido con el mayor amor, no importa de dónde venga, lo que haya hecho y cuánto haya pecado o cuánto pese su pecado.

¡Mi Hijo les perdona sus pecados y ANHELA el regreso de USTEDES! ¡Su anhelo es infinitamente grande y Su amor lo perdona todo! ¡Acepten Su bondad! ¡Su amor! ¡Su alegría! ¡Y denle a ÉL su SÍ! ¡Se lo imploro, muy humildemente y desde el fondo de Mi corazón!

Su Madre de Lágrimas, que tanto los ama y sufre. Amén.

«Mis lágrimas son lágrimas de sangre para purificar el mundo y a ustedes, Mis amados hijos. ¡Conviértanse y den su SÍ a Jesús! Aún no es demasiado tarde. Gracias. Los amo tanto. Amén.»

Gracias, Mi hija. Divulga esto. Amén.