27. No pierdan su dignidad. — 07.02.2013 / Carnaval

Mi hija. Mi querida hija. El carnaval es un momento de gran alegría para aquellos hijos que vienen de las regiones donde tradicionalmente se celebra el carnaval. Desafortunadamente, no es una fiesta para su alma. Ustedes esperan con ansias la fiesta, la exuberancia y no piensan en el «Después». Muchos olvidan por completo que poseen dignidad y se entregan al alcohol, al sexo y todo lo que para ustedes los debe acompañar. Se hacen el ridículo, pero como no conocen límites algunos, no se dan cuenta de eso. Se auto humillan y en ese momento, incluso, lo encuentran súper bueno y grandioso. Muchos ya están tan acostumbrados a este «estado excepcional» que ni siquiera después «cuando todo ha terminado» sienten vergüenza. Pero también hay muchos entre ustedes, especialmente los más jóvenes, que sí se sienten realmente feos, que tienen una «mala conciencia» y se preguntan qué es lo que hicieron ahí. Cuando termina el delirio del carnaval y vuelve la vida normal para ellos y para muchos entonces viene el «vacío» absoluto, una condición causada por el exceso de la celebración, de la borrachea, la exuberancia de los días anteriores.

Mis hijos, Mis amados hijos, miren el error que cometen al creer que ésta fuese la verdadera alegría. La verdadera alegría solo está en Mi hijo. Sin Él, no la podrán conocer ni vivir. No se pierdan en los excesos, sino vivan una vida con Dios. Dios Padre los creó. Él los ama a cada uno de ustedes como solo un Padre amoroso puede amar a Sus hijos y Él quiere que estén felices. No compartan esta opinión general de que tienen que celebrar el carnaval o cualquier otra fiesta de este tipo de «festividades», o que tienen que ser obligatoriamente hilarantes y permisivos solo porque llegó la fecha de tal celebración. Sean ustedes como son. Escuchen su corazón. Beban alcohol con moderación y no para «matarse». Están haciendo cosas que son profundamente repugnantes, se dejan manejar por el alcohol y las opiniones de los demás. Nada que los hace sentirse mal después viene de Dios. Así que despierten, Mis queridos hijos. No se entreguen al diablo. No pierdan su dignidad y manténganse alejados del exceso de alcohol. Conozcan la verdadera alegría, y vengan a Mi Hijo. Sólo Él realmente los hará feliz. Solo con ÉL pueden vivir una vida en la providencia de Dios. Y Dios los ama. Él se preocupa por cada uno de Sus hijos, pero ustedes tienen que dejarlo (hacer esto).

Cuántas almas también esa vez se desesperan en estas «celebraciones de carnaval». Cuántos están tristes, se sienten solos. Cuántos se emborrachan y entran en un estado ridículo, cuántos tienen relaciones sexuales con parejas que ni siquiera conocen. Esto nos está repugnando. ¿Cuánta miseria más quieren infligir a si mismos?

Mis hijos. Encuentren a Dios, encuentren a Jesús, vengan a Mí, confían en Nosotros. Nosotros ayudamos (a ustedes) en cada situación y estamos felices por cada hijo que encuentra el camino hacia Nosotros. Ya hay tantos que nos hacen felices y quienes se les permitió experimentar la verdadera alegría.

‘También estamos felices por ti que estés leyendo esto ahora. Sea bienvenido. Te aceptamos en Nuestra comunidad con la alegría del corazón. Nunca estás solo. Te amamos.’

Tu/Su Madre en el Cielo en unión con Jesús y Dios Padre, el Todopoderoso.