56. El que confía en Mí no perecerá — 12.03.2013

Mi hija. Mi querida hija. Te amo. Yo, tu Madre celestial Me me alegro, porque recibes cartas maravillosas y Nuestra palabra es escuchada. Siempre confía en Mi Hijo y en Dios Padre, porque El Él hace posible lo imposible y El Él abre puertas donde ustedes nunca habrían sospechado que existiera una [puerta]. Crean en Él. Sean fieles a Él. Y denle su SÍ una y otra vez. Así es como renuevan su alianza con Él una y otra vez, y su relación se vuelve intensa y muy profunda. Milagros les pasarán, tú, hija Mía, puedes testificar esto.

Mi hija. Mi querida hija. Te amamos mucho y te agradecemos. Mantente siempre tan abierta y llena de confianza, porque entonces Nos ayudas a tocar otras almas y a guiarlas hacía el camino del Amor Divino. Te agradecemos por todos los mensajes que ya has divulgado en conjunto con tus/Nuestros ayudantes amables, y agradecemos a Nuestros lectores amables que Nos escuchan y que Nos responden.

Esta misión es grande y es maravillosa. Regocíjense, Mis amados hijos, porque todos ustedes irán con Mi amado Hijo a Su Reino, y este día será un día de alegría. Así que esperen a Mi Hijo, su Redentor, con un corazón abierto, y corran hacia Él. De este modo se cumplirá la promisión de la herencia prometida que ustedes recibirán, y así se hará realidad el plan de Dios.

Mis amados hijos. Nunca tengan miedo. Permanezcan unidos entre ustedes y con Nosotros a través de la oración. ¡Los amamos mucho y esperamos con gozo el gran día de alegría!

Su Madre en el Cielo quien los ama.

 

Gracias, hijos Míos, por aceptar y acoger tan maravillosamente Nuestra Palabra.

Jesús: Amén, les digo esto. El que confía en Mí no perecerá, el que edifica sobre Mí recibirá la Vida Eterna, el que cree en Mí, quien es fiel a Mí, no le puede suceder nada malo. Mis amados hijos, Yo, su Jesús, me regocijo enormemente por la aceptación de Mi Palabra en estos mensajes, dados a Mi amada hija, a quien hoy le di el nombre «María para la preparación divina de los corazones«. La he elegido para esta misión para abrir los corazones de las personas para Mí, su Jesús, y para preparar a ustedes.

Mi segunda venida sucederá pronto, y ustedes deben limpiar sus almas. Ya se lo hemos dicho en muchos mensajes y, no obstante, seguimos repitiéndolo. El que me rechaza, que no cree en Mí, no puede ser y no será llevado al Nuevo Mundo. Solo los hijos entre ustedes que se conviertan a Mi, su Jesús, los llevaré Conmigo a Mi Reino. Todos los demás se perderán, es decir, caerán al diablo.

Mis amados hijos, no esperen demasiado para venir a Mí, su Jesús, porque ustedes deben estar preparados para Mí. Conocen los procesos que se les presentarán, los hemos anunciado a ustedes en numerosos mensajes. Más detalles seguirán. Lo importante es que Me me encuentren a Mí, su Redentor, porque entonces puedo actuar por ustedes y protegerlos de los trucos y las trampas del maligno.

Denme su SÍ, una y otra vez y oren a Mí. Oren por sus hermanos y hermanas y para que el Anticristo pierda poder. Con la oración mitigan el daño. ¡Sean conscientes del poder de la oración! Es su arma en la lucha contra todo el mal que viene.

Los amo, mis pequeños y grandes hijos, y espero con alegría el día en que Nosotros (ojalá) entremos juntos en Mi Nuevo Reino.

Su Salvador quien los ama, su Jesús.

Gracias, hija Mía, por escucharnos y seguir Nuestra llamada.