91. No se cuelguen de pajita a pajita — 08.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Ven, hija Mía. Todo estará bien. Los tiempos de hoy fueron predichos, y lo que les sucede a todos Nuestros queridos y fieles hijos de Dios también es un momento de prueba. Acepten todo y confíen en Mi Hijo, porque es Mi Hijo, Jesucristo, quien los sacará a todos de esta pesadez, de este sufrimiento y este temor. No le den oportunidad a la desolación y nunca pierdan el coraje, porque Jesús vendrá y los redimirá.

Para el diablo son tiempos tan fáciles, porque muchos de los hijos de Dios no creen en Nosotros. No son lo suficientemente fuertes como para ver la verdadera y real felicidad y se aferran a pajitas, pajitas que Satanás mismo les ofrece.

Mis hijos. No se cuelguen de pajita a pajita, de un rayito de esperanza a otro, porque como lo dice la expresión, es solo un rayito y nunca puede ser la verdadera y real esperanza, porque solo Mi Hijo puede dársela, y es Él que se la cumplirá.

Todo lo que Satanás les ofrece sirve solo para un propósito: de alejarlos aún más de Jesús y Dios Padre. El que confía en Mi Hijo no será engañado por el brillo superficial, porque estará lleno de la verdadera esperanza de Mi Hijo, una esperanza que tiene raíces, una esperanza que crece, que florece y fructifica. Es una esperanza que produce felicidad que hace brillar su alma y que llena su corazón con gran alegría. ¡Es esta esperanza que les regala Mi Hijo, la que los acerca más y más a Él y que nunca perecerá!

No caigan en el mundo ilusorio del maligno, porque nunca dará frutos. ¡Todo está orientado a mantenerlos «en un estado de buen ánimo», de hacerles «falsas esperanzas», presentarles «brillo e ilusión» que pasará con la más mínima brisa! Crean en Mi Hijo y ábranse y su vida a Él, entonces todo estará bien, pero no así si confían en el diablo, camuflado y escondido en el mundo de brillo superficial de hoy, que los ciega, que los destruye, que los hace sufrir, que los hace perder la fe y, en última instancia, los conduce directamente a la condenación.

¡Despierten! No se aferren más a pajitas. ¡Son tan inestables como el andamio, sobre el cual el maligno construye su mundo ilusorio para ustedes! De punto de vista legal debería estar escrito PELIGRO DE DERRUMBAMIENTO en cada puerta de este, de su imperio, pero como para Satanás no hay derechos ningunos para los hijos de Dios – ¡solo miren lo que está sucediendo en su tiempo presente! – no encontrarán estas advertencias en ningún lado. Por el contrario, los seducen con falsas promesas, aturden sus sentidos – y embriagados y cegados justamente por este mundo ilusorio, dedicado exclusivamente a la materia, y donde el dinero, la «belleza», el sexo y la codicia son lo primero, están avanzando derechamente hacia el abismo.

¡Mis hijos, conviértanse! ¡Antes de que sea demasiado tarde! Vuelvan a encontrar el camino a Dios Padre y no caigan en la trampa del mundo ilusorio del maligno ni tampoco aspiren a ser parte de este. Eso, Mis queridos hijos, ya ha hecho caer a muchos de ustedes. Y ese, Mis amados hijos, es el momento en el que Satanás les suele ofrecer las pajitas y ustedes empiezan pasar de uno al otro y nuevamente a otro y, sin embargo, nunca llegan a ninguna parte. Solo se están distanciando cada vez más de los valores de Dios Padre y de Mi Hijo, y en lugar de permanecer en humildad y confiar en Mi Hijo, se están perdiendo en un mundo donde Dios ya no parece importar.

Quédense con Mi Hijo, Mis amados hijos, porque solo Él los redimirá y les dará amor, felicidad y paz. Que así sea.

Su Madre en el Cielo.