170. Den testimonio de su fe. Visiten a sus iglesias — 13.06.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate conmigo y escucha lo que tengo que decir:

Nunca estén tristes y siempre valientes, porque la tristeza no viene de Dios, y nadie debe temer a la Palabra de Dios, porque es la única verdad y su guía para ir al Cielo cuando sea el momento para ustedes.

Por lo tanto, Mis amados hijos, defiendan la palabra de Dios, sean valientes y atrévanse a dar testimonio de su fe, porque solo así serán reconocidos como cristianos. Solo así se unirán como Ejército Remanente de Mi Hijo, y solo así serán cada vez más quienes siguen a Mi Hijo y quienes con amor y alegría – es decir, sin imponerse, sin gimotear y sin el «pero es que es tu obligación» – transmiten el amor de Mi Hijo, aumentan la fe y conducen a las almas aún perdidas al camino hacia Dios Padre.

Hijos Míos, no se impongan a nadie, porque ese no es el deseo de Dios. Manténganse siempre en el amor y defiendan la palabra de Dios. Es decir, no dejen que los cambios que les “imponga” el diablo calen [implementen cada vez más], sino que alcen su voz y defiendan lo que Jesús les enseñó en vivo.

Den testimonio de su fe. Visten a sus iglesias y digan abierta y honestamente a dónde van los días domingo, por qué vienen algo más tarde los días sábado por la noche y por qué no tienen «tiempo» durante todo el día, porque visitan las Santas Misas y reciben la Sagrada Eucaristía para unirse con Mi Hijo, confiesan sus pecados, porque los llevan al confesionario, serán absueltos de ellos (los pecados) y se sienten mucho mejor después, como si hubieran nacido de nuevo. 

¡Den testimonio de esto!

Ustedes oran en casa con sus hijos, con su pareja, antes de cada comida y en el camino. Se detienen a las 12 h. y a las 15 h. y se acuerdan de Mí, su Santa Madre y a Jesús. Díganle a la gente que los rodean que hacen eso, por qué hacen eso, o sea lo que están haciendo en este momento. Tienen que despertar a la gente y en ese sentido ¿qué es mejor que poner su vida también HACIA FUERA ANTE OTRAS PERSONAS totalmente al servicio de Dios? Difícilmente ellos dirán: «Oh, qué estúpido eres», porque aquellos que los rodean son personas que los aprecian.

No los enviamos a la «Cueva del León» y no le solicitamos visitas domiciliarias. Solo sean ustedes mismos y no se escondan, es decir no escondan ni cubran su fe, sino que vívanla abiertamente y con alegría. Así ustedes son maravillosas herramientas de Mi Hijo y despertarán visiblemente el interés.

A veces aún se requiere tiempo en los corazones de aquellos que aún no son creyentes, pero ellos siempre recordarán lo que ustedes están enseñando con su vida, y de esta manera puede llevarse a cabo lenta o rápidamente – con la oración pueden acelerarlo mucho – un cambio en la consciencia [de aquellas personas] y el alma conocerá el «Cielo» y no lo negará, ni en el Día de Gran Alegría, ni en los días anteriores, ya que «saben» a través de ustedes que Nosotros existimos y tarde o temprano eso les quedará claro.

Así que, no estén tristes y sean valientes. Entonces, Mis amados hijos, muchos otros encontrarán el camino hacia Nosotros, hacia Jesús, hacia Dios Padre.

Se los prometo.

Su Santa Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi niña, Mi hija. (Jesús asiente con la cabeza)