169. Cuidaremos a todos tan pronto como Nos den su consentimiento — 06.12.2013

Madre de Dios: «Mi hija. Mi querida hija. Todas las injusticias terminarán pronto«.

Jesús: «No te desesperes, Mi amada hija. Yo, tu Jesús, no permitiré que te hundas».

Madre de Dios: «Cree y confía y acepta todo como viene. Estos son tiempos muy difíciles y cada uno de ustedes, de todos los hijos de Dios, tiene algo diferente que aguantar, algo nuevo que aprender. Crean todos y confíen. Y vengan a Nosotros. Los esperamos con alegría, porque las puertas del cielo están abiertas para aquellos que son devotos a Nosotros. Amamos a todos los hijos de la tierra y cuidaremos a todos tan pronto como Nos den su consentimiento

«Queridos hijos, vengan a Nosotros. Yo, un Santo ángel de Dios, les suplico que se conviertan, que se aparten del mal, y que ruegan por ayuda a María y a Jesús. ELLOS los liberarán, ELLOS vendrán corriendo en su ayuda, ELLOS los guiarán, ELLOS los llevarán a los brazos de su Padre.

Dios el Altísimo, Nuestro Creador, está esperando a cada uno de ustedes, y con la ayuda de María y Jesús todos ustedes van al cielo. Todos estamos listos para defenderlos y de liberarlos de las garras del mal y del maligno.

Luchamos por ustedes para que ustedes encuentren, para que su alma encuentre la paz y para que puedan vivir en felicidad y alegría, paz y gozo y en el amor más profundo en el Reino de Dios, la Nueva Jerusalén, que vendrá a su tierra tan pronto como se haya peleada la última de todas las batallas.

Vengan a Jesús, queridos hijos. Nosotros, los Santos ángeles de Dios, estamos preparados para esta lucha. Digan SÍ a Jesús y corran a los brazos de su Madre celestial María. Ella, la engendradora de Dios eternamente virgen, los está esperando. Ella reza las intenciones por ustedes que conmueven el Sagrado Corazón de Dios Padre.

Él, el Altísimo, no LE niega nada. Por lo tanto, queridos hijos, recurran a ELLA y las gracias vendrán a ustedes grande y maravillosamente a través de ELLA como intercesora.

Crean, queridos hijos, crean y confíen. Pronto el cielo vendrá a la tierra y sucederá el mayor de todos los eventos. Alcanzarán la paz tan anhelada y vivirán en el amor y la alegría eternos. Las glorias de Dios Padre se les revelarán, y así estarán felices por siempre que es algo inimaginable para ustedes como simples hijos humanos.

Queridos hijos, dense vuelta y denle su SÍ a su Santo hermano, Jesucristo, el Redentor de todos los hijos de Dios. Con ÉL cosecharán los frutos que les fueron prometidos. Con ÉL su vida se convertirá en una vida verdadera y alegre. Él les dará la plenitud que su alma tanto anhela. Y con ÉL encontrarán a Dios Padre porque el puente hacia ÉL, Dios Todopoderoso, es Su Santo Hijo.

No esperen más, ¡sino conviértanse! El cielo está abierto para ustedes con todos sus ayudantes. Pídanlo, y Nosotros vamos. Pídanlo, y Nosotros escuchamos. Pídanlo de nuevo, y vamos corriendo hacia ustedes, porque nada es más grande, nada más glorioso que el regreso de un hijo perdido a Su Padre.

Los amo.

Su/s santo/s ángel/es en el cielo.»

(Veo un ángel grande, rubio, cabello hasta los hombros y un ángel pequeño. Los he visto varias veces).
(El ángel grande asiente con la cabeza afirmativamente).

 

Gracias.

«Mi Hija. Difunde este mensaje. Es muy precioso.

Tu Madre en el Cielo.» (Jesús está sonriendo).