269. ¡Denle su SÍ a ÉL, y su conversión comenzará! — 12.09.2013

Mi hija. Mi flor. Ninguna independencia es buena porque no viven juntos. ¡Deben amarse, compartir y dejar de vivir el odio atizado por los malvados! Cuando se enfrentan [ojo a ojo] uno al otro no hay odio, pero cuando hablan sobre los demás, entonces hablan de ellos con odio, ira, envidia y egoísmo.

Yo, San Buenaventura, ¡les digo que esto no es bueno! Se están alejando del Reino de los Cielos y se hacen daño a sí mismos y al otro. ¡Vivan felices y contentos! ¡Vivan juntos en el amor y la alegría! ¡Encuentren JUNTOS las soluciones y no sigan culpando constantemente a los otros!

¡Yo, su San Buenaventura, les digo que ustedes son Uno! Un país, un mundo… – ¡y sólo si viven juntos en paz, tienen la oportunidad de [entrar en] la eternidad del Señor! Hay tanta miseria y odio en su mundo, pero si actuaran de menara unida, la miseria se aliviaría y el odio desaparecería. Siempre solo quieren lograr lo suyo, pero así una vida vivir en paz no es posible.

Sólo el que vive con Dios aceptará al otro tal cual como es, porque mirará lo positivo lo que esta persona lleva adentro y aceptará todo lo negativo con amor, ¡y así también complacerán al otro! Miren a sus hijos. Si ellos están agotados, cansados o sobrecargados, entonces ustedes se acercan a ellos y los tratan con amor ¡y sus hijos CAMBIAN! ¡Los mismo sucederá con su prójimo!

No importa en qué lugar del mundo estén, qué nacionalidad, color de piel o religión tengan, si se enfrentan sus semejantes con amor, ¡entonces este amor vuelve a ustedes y no habrá más peleas entre ustedes! Pero ustedes son tercos y obstinados, egoístas -que se haga mi voluntad, no la tuya- y quieren vengar con medidas iguales o incluso peores. ¡DETÉNGANSE! ¡Esto no deben hacer! ¡Están destruyéndose a sí mismos, su oportunidad para la eternidad en paz al lado del Señor!

¡Se perjudican a sí mismos, a los demás y a todos los que aman! ¿Realmente no lo ven? ¡Sean buenos el uno con el otro! Y vivan juntos pacíficamente y con alegría, porque sólo el diablo se beneficia de sus peleas. ¡Se deleita con sus divisiones: familias, amistades, países…! Se ríe escondidamente, porque con cada sentimiento de ira en sus corazones se caen más y más en sus trampas, hasta que finalmente los atrapa completamente y toma posesión de su corazón. Una vez que se ha «mudado» a su corazón, su vida constantemente «se empeorará», y él cubre el camino hacia el Padre con tal niebla que difícilmente lo pueden encontrar. Se acercan cada vez más al abismo, y cuanto más se extiende el diablo en su corazón, más se alejarán del Padre.

¡Así que vivan juntos en paz y siendo buenos el uno con el otro, y ayúdense mutuamente en lugar de pelearse! ¡Ámense unos a otros en lugar de combatirse! Y cuídense mutuamente en lugar de pensar sólo en ustedes mismos. Sólo el tratarse con amor los acercará al Padre, ¡pero aquellos de ustedes cuyo corazón está poseido por el diablo no encontrarán al Padre! El diablo se apoderará de su alma, la robará y estarán perdidos para siempre.

Así es como será si no son buenos. Así será si no se conviertan a Jesús. Denle su SÍ a ÉL, al único y verdadero Hijo del Señor – y su conversión comenzará, no importa cuán profundamente arraigado estén en la oscuridad, porque nada es imposible para ÉL, el Padre Todopoderoso, y quien diga SÍ a Su Hijo no se perderá.

Que así sea.

Su San Buenaventura quien los ama.