309. ¡El que está en oración no caerá en la desesperación! — 16.10.2013

Mi hija. Ven a Nosotros siempre cuando tu tiempo te lo permita y quédate con Nosotros, es decir, mora con Nosotros, porque de esta manera te damos la fuerza necesaria para continuar tu trabajo en servicio de Nosotros.

Mi hija. Lo que viene a ustedes ahora hundirá a muchos de Nuestros hijos en desesperación. Serán los hijos que no viven según Nuestra Palabra, que no creen en Nosotros y que no se han preparado.

Habrá dos tipos de alegría visiblemente expresadas en los rostros de nuestros hijos: Primero, habrá la alegría íntima regalada (de Nosotros para ustedes) que viene del corazón y que surge sólo de la fe en Nosotros y la vida con Nosotros, la alegría de Nuestros hijos fieles – y luego habrá la alegría calculadora que surge del odio, regodeándose y deleitándose en el sufrimiento del otro, que se encontrará en los seguidores del maligno.

Mis hijos. Despierten y prepárense, porque sólo el que se prepara, el que está advertido y en oración no caerá en la desesperación, sino que lo entregará todo a Mí, su Jesús. Yo lo llevaré para él y proveeré para él y sus seres queridos, y será liberado de la mano del diablo que quiere tomar posesión de todos los hijos.

Mis hijos. Encuentren el camino hacia Mí, su Redentor, y pasarán por estos tiempos fortalecidos y con alegría en sus corazones, porque nadie puede apartarme de ustedes, por mucho que el maligno lo intente haciéndome desaparecer de sus iglesias y lugares santos.

Crean y confíen, ¡porque el que me ama me lleva en su corazón! Los amo, Mis queridos hijos.

Hasta pronto,

 

Su Jesús.
Redentor de todos los hijos de Dios.

 

«Mis hijos. Mi Hijo los está esperando. Su Padre en el Cielo. Creador de todos los hijos de Dios y Creador de todo el ser. Amén.»

«Vengan, hijos Míos, vengan, porque sólo así serán felices hijos del Señor. Los amo. Un ángel del Señor. Amén.»