334. ¡Las críticas, las quejas y las dudas no vienen de Dios! — 06.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu madre, te amo mucho. No te desesperes y ofrécelo todo como sacrificio al Padre, pues ÉL lo transformará en amor por la humanidad.

Mi hija. Como ya dijo San Bonaventura, mucho sufrimiento está «pasando» por su mundo de hoy. Quien ha abierto su corazón, quien mira a su alrededor y se fija bien, lo verá y lo sentirá. Aunque no le afecte a él mismo, lo percibirá en su entorno, en sus prójimos.

Mis hijos. Deben permanecer unidos y deben confiar. En nosotros, en Mí, en Mi Hijo, en Nuestro Padre del Cielo y en Su Espíritu Santo. Recurren a Nosotros y a sus santos. El cielo está abierto para ustedes y quien toque la puerta se le abrirá, a quien pida se le concederá la entrada (a la vida con Nosotros [incluso] ya aquí en la tierra) y a quien rece se le escuchará.

Mis hijos. Crean, porque su fe mueve tanto. Oren, porque su oración hace tanto bien. Confíen, porque quien confía y es obediente a Nosotros no se perderá. Nada malo le sucederá, pues el Señor mismo se ocupará de él. Mi Hijo lo consolará y lo llenará de amor, y el Espíritu Santo le dará entendimiento y claridad.

¡Mis hijos! ¡Conviértanse! ¡Vengan a Nosotros! A Jesús y al Padre y su vida será un tanto más rico. Pero no esperen bienes terrenales, sino confíen en lo que necesitan, porque se les será dado.

Mis hijos. El Padre es todopoderoso y en su omnipotencia cuida de cada uno de Sus hijos, pero sólo quien vive con ÉL, quien pone a sí mismo y su vida en Sus manos todopoderosas, también experimentará este cuidado.

Su libre albedrío es un regalo del Señor y nunca les será quitado. Por lo tanto, acuden a ÉL por amor y libertad, y las riquezas y las glorias del Señor ÉL pondrá también a sus pies.

¡Crean y confíen, y dejen de criticar! Les damos tanta ayuda, pero una y otra vez cuestionan, se quejan y tratan de interpretar ¡lo que no les corresponde hacer! Acepten Nuestra Palabra y oren al Espíritu Santo para que les dé claridad para el entendimiento. Háganlo con todo lo que no entiendan de inmediato y ¡dejen que el Cielo los ilumine!

Las críticas, las quejas y las dudas no vienen de Dios. ¡Son «sentimientos» atizados por el adversario que les impiden seguir Nuestra Palabra, Nuestro Llamado! Por lo tanto, oren por claridad y pureza y amor, para que el Espíritu Santo los pueda iluminar y llenar con la Verdad, ¡y entiendan con el corazón!

Los amo, Mis amados hijos, y espero con felicidad el día de gran alegría en el que Mi Hijo venga a ustedes desde el Cielo, ponga fin al maligno y los lleve a ustedes, Mis almas fieles, a Su Nuevo Reino.

Mis hijos. Mis hijos tan amados por Mí. Mi Corazón maternal late por ustedes, por cada uno de ustedes, y está unido con ustedes en el más profundo amor. Siéntanlo, Mis hijos, porque Yo soy su Madre en el Cielo, elegida por Dios, Nuestro Señor, y amo a cada uno de Mis hijos desde lo más profundo de Mi Sagrado Corazón.

Con afecto eterno.

Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.