344. ¡Cada hijo que encuentre a Nosotros sentirá Nuestro amor en lo más profundo de su corazón! — 15.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Buenos días. Dile a Nuestros hijos en todo el mundo que estamos con ellos. Diles esto, Mi hija. (Jesús sonríe.)

Cada hijo que encuentre a Nosotros sentirá Nuestro amor en lo más profundo de su corazón. Una gran alegría se extenderá dentro de él. Es una alegría íntima, porque quien vive con Nosotros vive la intimidad, quien vive con Nosotros vive en el amor y la protección. Un calor reconfortante se extiende dentro de él y se siente protegido, no importa dónde esté, porque vive con Nosotros, unido al Cielo, y así nunca estará solo.

Mis hijos. Deben encontrar el camino hacia Nosotros, hacia Mí y Mi Santo Hijo, porque sólo así experimentarán lo maravillosa que puede ser y será su vida, sin importar las circunstancias. Nada los volverá a hacer dudar, porque el Señor los acoge. Cuida de ustedes. ¡Y siempre está con ustedes!

Mis hijos. Conviértanse y denle su SÍ a Jesús. De esta manera, los milagros del Señor también pueden entrar en sus vidas y ustedes podrán recibir las glorias del Señor.

Mis hijos. Emprendan el camino y ámense los unos a los otros, porque sólo donde hay amor está Jesús en casa, sólo donde hay buena voluntad e intención vendrá ÉL a consolarlos cuando se caigan, a levantarlos y a devolverlos al buen camino. Pero quien no tiene buen corazón y sigue al maligno, ahí EL no podrá hacer nada, porque ustedes se han puesto en contra de ÉL.

Mis hijos. Ustedes deben darle a ÉL su SÍ, entonces ÉL podrá comenzar a trabajar en ustedes y su vida se volverá maravillosa.

Mis hijos.

No atribuyan su felicidad a lo externo, porque esto no tienen valor ante el Señor. Todo lo que necesitan ya lo tienen dentro de ustedes y con Jesús a su lado sus virtudes aumentarán y su corazón será cada vez más puro y su amor será el del Señor, porque quien vive con ÉL recibirá Sus dones y se le revelarán Sus secretos.

Que así sea. Los amo. Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y de Jesús. (El sonríe con alegría y cariño.)

Amén. Gracias, Mi hija. Te amo.