397. ¡Nadie que sea enviado por Dios se colocará jamás en el centro de los acontecimientos mundiales! — 01.01.2014

Mi hija. Mi querida hija. Buenos días y un Año Nuevo bendecido, pacífico y lleno de gracia para ti y los tuyos, a los que llevas en lo más profundo de tu corazón, pero también para todos Nuestros hijos en el mundo, pues Nuestro amor es grande para ellos, sin embargo, la mayoría no sabe apreciarlo.

Mis hijos. ¿Qué serían sin el Amor divino en sus corazones? Seres petrificados y fríos, hipotérmicos y solitarios, pues quien no lleva el amor del Señor en su corazón, pronto vivirá solo y sin alegría, pues todos los que se reúnen a su alrededor lo harán por interés propio, pero no porque sientan amor por ustedes, y aunque se lo creyeran, el que «Yo soy alguien», interiormente no son más que pobres seres que no ven la luz del Señor y no conocen Su amor, y miserablemente perecerán, pues la eternidad que los espera no es la que les da Mi Hijo.

Mis hijos. ¡Despierten! ¡Conviértanse! ¡Encuentren el camino hacia el Señor! ¡Vivan su vida con Jesús y dejen que el amor del Señor entre en ustedes! ¡Entonces verán la luz al final del camino, y la alegría divina y la esperanza y el amor entrarán en ustedes!

Mis hijos. Una vida con Mi Hijo, su amado Jesús, Salvador y Rey del Mundo, es lo único que anhela su alma, pero el diablo los ha cautivado tanto que ya no conocen la verdad.

Mis hijos. ¡Paren con esto y vuelvan a entrar en razón! No corran detrás de los advenedizos que los felicitan y honran en su independencia. De esta manera los ciegan aún más, pues todo esto no es más que un engaño del diablo para alejarlos de los verdaderos valores de la vida y atraparlos en su mundo ilusorio y del ego, que no tiene lugar para el verdadero amor.

El «amor» del diablo no existe porque el no lo conoce. Su «amor» son palabras halagadoras, aprobadoras y que los llenan de orgullo que nunca les dan plenitud, sino que crean una dependencia y alimentan su orgullo y su ego.

Mis hijos. ¡Esto no es amor! ¡Sólo los aleja más de Dios y los hace caer más y más en sus trampas (las del diablo)! El verdadero amor reside en el corazón. Aporta paz, plenitud y alegría, pero nunca «chutes», orgullo o prodigarse. Aquel que se revuelve en las masas, se deja admirar y alabar ante todos los ojos y oídos, no es enviado de Dios.

¡El orgullo, el reconocimiento y la admiración sólo vienen del diablo! Estas son sus mejores armas en la batalla por las almas y ¡miren con qué facilidad los «gana» a ustedes con ellas! Otras de sus armas para captar almas son el sexo, el dinero y el poder. Nunca deben esforzarse por conseguirlos, porque estarán cayendo en la trampa del diablo. También utiliza la fama y la gloria y la adoración, pero hijos, estén advertidos y escuchen, porque estos se deben sólo al Señor.

¡Así que miren con qué trabaja el diablo y miren cómo convierte lo bueno en lo malo! Reconozcan sus trucos y astucias y cuídense de sus trampas. Sólo el Señor les dará la paz y los llenará de Su amor, pero el diablo -y su chusma- sólo los atrapará con la retórica, el encanto, el carisma y el engaño.

Por eso, estén advertidos, porque el diablo apela a su ego, pero el Señor los llena de amor y humildad.

Mis hijos. Conviértanse y no se dejen engañar por el diablo. El fin de los tiempos está por terminar y muchos de ustedes se están moviendo en la dirección equivocada. Algunos, seguidores de Satanás, por convicción, pues se han consagrado a Satanás. Otros, como la mayoría de ustedes, por engaño, pues creen que los advenedizos son mensajeros del Señor y (aún) no se han dado cuenta de que no es así.

¡Nadie, hijos Míos, que sea enviado por Dios, se colocará jamás en el centro de los acontecimientos mundiales! ¡Nadie! Así que estén advertidos de todas las buenas acciones fingidas de aquellos que sólo tienen una cosa en mente: ¡gobernar su mundo y destruir a Jesús por segunda vez!

En cuanto hayan erradicado a Jesús por segunda vez, realizarán sus objetivos – ¡piensan ellos! Lo que no saben es que nunca podrán destruir a Jesús, no importa lo que hagan y cuántas iglesias profanen.

¡Jesús siempre vivirá en ustedes, sus fieles seguidores! Aunque ahora cambien todos los Libros Sagrados para adaptarse a los tiempos modernos, Mi Hijo estará con ustedes y habitará en ustedes, y cuando ellos crean que hayan usurpado el dominio del mundo, Mi Hijo volverá y Su Reino brillará gloriosamente. Que así sea.

Los amo.

Su Madre en el Cielo y la comunión de los santos y los ángeles.

«Mis hijos. No se dejen engañar. Los preparativos ya están hechos. Y Mi Segunda Venida será gloriosa. El diablo perderá todo el poder sobre el mundo y ya no infligirá más daño a Mis hijos, pero deben profesar su fe en Mí o no experimentarán el tiempo glorioso.

Mis hijos. Yo, su Santo Jesús, Rey del mundo, los llamo para que vengan a Mí. Denme su siempre repetido SÍ y vuelvan ser puros de corazón y de alma. Arrepiéntanse de lo que no han hecho bien y dejen que el amor entre en ustedes. Confiésense, entonces se volverán libres y puros, porque Mi amor les perdonará y los sanará. Vengan todos a Mí, a su Jesús, y grande será su alegría. Amén. Que así sea.

Los amo desde lo más profundo de Mi Santo Corazón Redentor y espero el gran día. Porque cuando Yo vuelva, el mal tendrá su fin y se dará la paz a todos Mis hijos fieles. Amén.

Su Jesús Quien los ama.

Redentor de todos los hijos de Dios y Rey del mundo. Amén.»

«Mis hijos. ¡Prepárense ustedes y preparen sus hogares! Conságrense a Mi Hijo con la pequeña oración que les hemos dado, y hagan acopio de velas, que por favor dejen consagrar por un sacerdote católico. Tengan agua bendita en su casa y Sagradas Escrituras, porque cuando lleguen los 3 días de oscuridad, deben estar preparados para los ataques de Satanás.

Que así sea. Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

Gracias, Mi hija.»