472. ¡Dejen que arda en ustedes la llama divina! — 09.03.2014

Mi hija. Mi querida hija. Sean siempre buenos los unos con los otros y lleven amor en sus corazones. Así serán puros y dignos de encontrarse con el Señor. El que está contrito, viviendo en discordia y con un corazón impuro tendrá dificultades para enfrentarse al Señor, porque se ha involucrado con el demonio, no le ha resistido, y su luz se ha oscurecido y no podrá soportar el amor y la luz purísima de Mi Hijo.

Por tanto, ¡sean buenos los unos con los otros y no peleen! No le den al demonio ninguna oportunidad sobre ustedes, pues se ríe burlonamente cada vez que pecan. No se dejen provocar y no cedan a las tentaciones, por grandes o pequeñas que sean, porque [entonces] pecan y causan sufrimiento al otro, a ustedes mismos y a Mi Hijo, que tanto los ama.

Sean, pues, buenos los unos con los otros y ¡dejen que arda en ustedes la llama divina! Entonces el amor y la alegría estarán en ustedes y no habrá ira ni cólera en su corazón.

Sean buenos, Mis hijos, ¡y sigan aguantando estos últimos días! Ya pronto vendrá Jesús y los liberará de este mundo diabólico.

¡Tengan valor! ¡Sean fuertes! ¡Y sigan a Mi Hijo! Cuanto más profundamente se entregan a Mi Hijo, ¡menos influencia tendrá el diablo sobre ustedes! Cuanto más se entregan a Jesús, más resistentes se volverán a las tentaciones del diablo. Cuanto más se unan con Jesús, más deberá ceder el diablo, porque Jesús vivirá a través de ustedes si se entregan completamente a ÉL.

Que así sea. Por favor, da a conocer esto, Mi hija.

Tu/su Madre en el Cielo que te/los ama. Amén.

«Vengan a Mí y les prometo que los ataques del demonio tendrán cada vez menos poder sobre ustedes.

Su Jesús que tanto los ama. Amén.»