518. ¡Vayan a sus sacerdotes y pídanles que celebren esta fiesta! — 14.04.2014

Mi hija. Mi querida hija. Diles hoy a Nuestros sacerdotes que celebren la Fiesta de la Divina Misericordia, con una Misa de la Divina Misericordia del primer domingo después de Pascua.

Díganselo a todos sus sacerdotes, pues ésta es una fiesta especial, rica en gracia para los hijos del Señor y deseo expreso de Mi Hijo, quien, junto con el Padre, los colma de las mayores gracias en este tiempo tan santo.

La misericordia se la da Jesús, Mi Hijo que tanto los ama, para el perdón de sus pecados y la Fiesta de la Divina Misericordia, que ustedes empiezan a preparar el Viernes Santo con la novena de la Divina Misericordia -tal como se lo comuniqué ayer-, termina -si la celebran de tal forma como fue comunicado- con la gran gracia de la indulgencia plenaria, un gran regalo del Señor.

Mis hijos. Digan a sus sacerdotes que celebren solemnemente esta fiesta y que guíen a sus comunidades hacia este deseo de Mi Hijo. San Juan Pablo II ya introdujo esta fiesta como fiesta de la Iglesia, pero muy pocos la celebran realmente.

Mis hijos. ¡Vayan a sus sacerdotes y pídanles que celebren esta fiesta tan extraordinariamente rica en gracias para los hijos de Dios!

Con profundo amor y afecto y con muchas gracias,

Su Madre en el Cielo quien los ama. Amén.

Vete ahora, Mi hija.