1254. ¡Su sueño terminará abruptamente! — 03.09.2020

Jesús en agonía: «Mi Santa Iglesia no perecerá. Ustedes (Mis hijos del Ejército Remanente) la están manteniendo erguida (viva). Amén.»

Madre de Dios con Jesús muerto en sus brazos: Oh, Mi hija. Yo, su Madre en el Cielo, estoy sufriendo mucho. Mi Santísimo Hijo está expiando por ustedes. ÉL sufrió y sigue sufriendo por ustedes, con ustedes. ¿Y su agradecimiento, hijos Míos? Yo sufro mucho. Mi Hijo se sacrificó totalmente por ustedes, por cada uno de ustedes, ¡pero miren dónde quedó su agradecimiento!

Si no se convierten, a ustedes los atropellarán tiempos aún peores y su alma por la que Mi Hijo está sufriendo, sufriendo y expiando se perderá. Créanlo o no, queridos hijos, y es eso lo que son, quien ahora no se convierta, expíe y se arrepienta se enfrentará a tiempos muy, muy duros. Mi Hijo tendrá que dejarlo, porque no lo eligió a ÉL, su Redentor, sino que, a través de su tibieza, su egoísmo, su orgullo, su avaricia y su INCREDULIDAD el camino del maligno, el adversario de Mi Hijo. Y sí despertarán queridos hijos, y es eso lo que son, porque su sueño terminará abruptamente y entonces será demasiado tarde para su conversión.

Cuando su alma se pierda, sufrirán y este sufrimiento será infinito. No tendrán ninguna salida y tendrán que enfrentar el tormento, la agonía y el dolor -infligidos por sus propios pecados y su libre albedrío que están usando EN CONTRA de Jesús y Dios Padre.

La magnitud de la agonía del alma de un alma perdida es inimaginable, tan grande, tan doloroso es el tormento del alma que tal alma, que no dijo SÍ a Jesús, que no se convirtió y no se arrepintió, debe aguantar. Este tormento del alma es inconmensurable y es eterna.

¡Así que conviértanse ahora, porque aún no es demasiado tarde! Jesús, Mi Santo Hijo, SU Redentor, está esperando su SÍ.

Con amor,

Su Madre en el Cielo, que estoy sufriendo, porque su agradecimiento se les perdió y ustedes se están perdiendo cada vez más. Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

 

«Mi sufrimiento es grande en estos tiempos ingratos. Oh, si sólo pudieran ver más allá, se darían la vuelta y correrían hacia Mí.

Su incredulidad los está apartando del camino de la redención, de la libertad y [los lleva] hacia creencias erróneas, herejías, mentiras y engaño. Su alma se marchita en un cuerpo vivo, ¡y su sufrimiento será grande SI NO SE CAMBIAN!

Ninguna posesión deberá preferirse a Mí, su Jesús, porque es transitoria, COMO TODO EN SU MUNDO. Yo Soy y siempre Seré, y sólo el que se convierta a Mí alcanzará la vida eterna. Amén.

Así que conviértanse, Mis hijos, ¡conviértanse! ¡Aléjense de todo engaño y toda apariencia! ¡Ningún prestigio, ninguna casa, ningún bien de lujo es más bello, más grande y ciertamente no eterno que Mi amor por ustedes, Mi cuidado y Mi misericordia! Sólo a través de Mí se convertirán en hijos verdaderamente felices.

Así que conviértanse ahora, porque el fin se acerca y con él la caída de todos los hijos que aún hoy en día se sienten grandes y fortalecidos por las maquinaciones de Mi adversario.

Conviértanse ahora antes de que sea demasiado tarde porque el camino que siguen los lleva a la perdición y sufrirán, sufrirán, sufrirán por la eternidad si no encuentran a Mí, a su Jesús. Amén.

Sólo un alma que verdaderamente Me encuentre a Mí, que Me ame, Me honre y esté obediente a Mí, su Jesús, entrará en Mi Nuevo Reino. Pero para ustedes que se alejan de Mí, que no Me quieren, que atormentan a Mis hijos, se les dice:

El diablo los engañará también a ustedes y conocerán su verdadero rostro, pero entonces no habrá vuelta atrás para su alma. Será demasiado tarde. ¡Así como quieren entregar a Mis hijos al diablo, así y peor estarán entonces ustedes a su merced, y su angustia y tormento durarán para siempre, sin esperanza de liberación, sin esperanza de redención!

Así que decidan bien, aún no es demasiado tarde: conviértanse ahora, Mis queridos hijos, y eso es lo que también son ustedes, y denme a Mí, su Jesús, su SÍ. Un SÍ es suficiente para dar el primer paso. Un SÍ, queridos hijos, y es eso lo que son.

Yo, su Jesús, los estoy esperando. Mis Santos Ángeles están preparados. El que Me dé su verdadero y honesto y sincero SÍ, no se perderá. Mi hueste angelical luchará por ustedes también. Amén.

Con un profundo y sincero amor,

Su Jesús desde la Santa Cruz.

Llevé la cruz por todos ustedes. Amén.

Jesús en la cruz: «Estoy sufriendo. Oh, si solo todos los hijos pudieran encontrarme a Mí, Mi corazón se exultaría de alegría.»