1270. ¡No teman! – ¡EL PODER DE SU ORACIÓN! — 12.12.2020

Mi hija. Mi querida hija. Escuchen lo que Yo, su Madre en el Cielo, hoy tengo que decirte a ti y a los hijos:

No teman, porque el tiempo que les queda es corto. No teman, porque el que está completamente con el Señor no tendrá nada que temer. ¡No teman, queridos hijos, ustedes que son fieles y entregados a Jesús, porque el Señor NO LOS DEJA SOLOS!

Mis hijos. Mis hijos tan amados por Mí. Yo, su Madre en el Cielo, estoy con ustedes. Oren mucho y oren con fervor y no dejen de orar, porque su oración alivia, su oración mitiga, su oración suaviza el corazón del Padre. ¡Su mano castigadora aún está contenido POR EL PODER DE LA ORACIÓN DE USTEDES! ¡ÉL mitiga! ¡Él provee! Él acorta el tiempo que queda, porque si no lo hiciera, su mundo ya estaría en ruinas, ¡y ustedes sufrirían, sufrirían, sufrirían! 

No hay lugar en su mundo donde encuentren seguridad, ¡sólo en el Señor la encontrarán! ¡No hay rincón en su mundo que no esté controlado por el diablo a través de sus secuaces, sin embargo, su oración frena los malos propósitos, y es arduo, difícil y lento llevar a cabo estos malos propósitos gracias a las oraciones de todos ustedes, que son como obstáculos pesados en el camino de los planes de la élite!

Hijos, despierten y oren, oren, oren, porque es sólo por las oraciones de todos ustedes que se retiene lo peor. A aquellos que piensan que no necesitan convertirse para salir de este lío, déjenme decirles:

Sus días están contados, queridos hijos, y es eso lo que son, y el diablo, en la forma del Anticristo, está listo para salir.

Cuando llegue el Aviso, úsenlo como el acto de misericordia que es, y ¡ENCUENTREN A SU SEÑOR! 

¡La confusión aumentará, los acontecimientos se desbordarán!

Ustedes aún tienen la esperanza de que se alivie [la situación] y de volver a una vida normal, pero Yo, su Madre en el Cielo, les digo hoy que no será así.

¡Se les están mintiendo! ¡Están siendo engañados! Se les están fingiendo, y las palabras bonitas no les dejan ver la verdad, ¡PORQUE USTEDES NO LA QUIEREN VER!

Su única oportunidad es Mi Hijo, su Jesús, y quien no LO reconoce perecerá y se perderá en el pantano, en la miseria, en la mentira del maligno, aunque ése les va a presentar «su mundo» lleno de brillo y esplendor. ¡Quien pique [ese anzuelo] se perderá, como tantos otros que ya están en sus garras!

Pero aún, queridos hijos, y es eso lo que son, ¡no es demasiado tarde para ustedes! Tienen una opción de elegir. Así que escojan bien entre: ¡el cautiverio del engaño y la pretensión, que los llevará a la perdición, o la redención por Mi Hijo, su Jesús!

Usé deliberadamente el término: cautiverio, porque están cautivos sin importar cuánto dinero ganen, cuántos lujos tengan y en cuánto lujo vivan, porque el mundo ilusorio del diablo no es más que ilusión, y todo el glamur y el brillo y el resplandor pronto serán su perdición.

Nada es lo que parece en este mundo ilusorio apetecible para tantos de ustedes, y su despertar será feo. El verdadero mundo del diablo consiste únicamente en el tormento, la angustia y el sufrimiento. No hay amor, ni alegría, ni felicidad. Lo que llaman plenitud en este camino no es plenitud sino vacío. Quieren cada vez más y más, NECESITAN más y más, ¡y nunca podrán descansar!

¡La única plenitud está en Mi Hijo! ¡Así que confíen en ÉL! ¡Conviértanse y encuéntrenlo a ÉL! No queda mucho tiempo, y la confusión será cada vez mayor. Por lo tanto, será difícil para aquellos de ustedes que no se vuelvan a Mi Hijo, pero todavía tienen la opción para elegir.

Así que úsenla bien, y miren entre bastidores lo que el maligno les ofrece: Su mundo es engaño y mentira, y les traerá la perdición. Mi Hijo ES el amor, la felicidad, la alegría y la plenitud.

Elijan bien, queridos hijos, y es eso lo que son, porque tienen una opción para elegir: la perdición, o la verdadera y eterna plenitud a través de Mi Hijo Jesucristo. Amén.

Los amo mucho. Escuchen Mi llamada y dense vuelta. Aún no es demasiado tarde, pero el tiempo que les queda se está acabando. Amén.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación, con Jesús, los santos y las huestes angelicales reunidos aquí y Dios Padre, el Altísimo. Amén.