1400-17. Parte 2, Mensaje de Juan, el 13.03.2023 en un Lugar Santo

Dios Padre

Mi hija. El libro de Juan continuará siendo revelado a ti ahora. Yo, tu Padre en el Cielo, te instruiré una y otra vez, así como Juan continuará dándote revelaciones. Amén.

El 13.03.2023 en un Lugar Santo

Mensaje de Juan

Mi hija. Yo, tu Juan, he venido a ti para seguir instruyéndote. Mi Libro debe ser revelado, así lo ordenó el Padre. Tú has sido elegida para esta misión, así que escribe ahora lo que Yo, tu Juan, vi y lo que tengo que explicarte a ti y a los hijos. Amén.

Mi hija. Hace mucho tiempo vi cómo la gente es oprimida, adiestrada y ejecutada [matada] por aquellos que se consagraron al diablo, que están sometidos a él, al príncipe del inframundo, y que están «atados» por lazos de sangre. Son los príncipes (líderes) de su mundo, y gozan de la más alta estima en su sociedad.

Ellos actúan en secreto y tienen muchos agentes (secuaces) que a su vez están sometidos a ellos.

Los reclutan para sus objetivos, les dan poder y prestigio mientras hagan lo que les mandan, y los «tienen en sus manos», es decir, los «reclutan», luego los «enredan» y antes de que ellos (los secuaces) se den cuenta, están atrapados en sus círculos y disfrutan de prestigio y dinero, poder e intrigas, de los que ya no saben cómo salir.

Los atrapan en círculos satánicos, por ejemplo grandes logias, donde se les promete ascenso y carrera. Los hacen participar en «juegos» que parecen inofensivos, pero no lo son. Les sabotean hasta que aceptan, o los involucran en todo tipo de aventuras, aquí las [aventuras] sexuales les resultan muy fáciles y luego sirven para chantajearlos. En pocas palabras, les pones un cebo, Mi hija, y luego no pueden liberarse. Muchos tampoco lo desean (liberarse).

El pantano en el que están entrando es grande y se vuelve cada vez más grande, y así es como se mantienen «fieles» a sus secuaces.

La familia que lo controla todo desciende de Satanás. Ustedes no se pueden imaginar lo que él mismo practica en días, eventos especiales con los suyos (sus secuaces). Es sangriento, violento, ritos sexuales y sacrificios…. Mis hijos, ustedes no quieren saber esto, tan cruel y extático, tan bestial y violento que no tendrían paz luego de ver estas imágenes.

De esta familia, que el secuaz individual no conoce personalmente ni por su nombre, se establece todo el mal de su mundo.

Los adoradores del diablo se deleitan en todas las leyes y prácticas del diablo, y lo más grande para ellos es cuando se les permita asistir a una de las pocas celebraciones ocultas de Satanás, cuando él mismo aparece, actúa, ejerce como «anfitrión». Esto está reservado sólo para los más malvados. Uno tiene que estar realmente muy profundamente enredado [con el diablo] para adquirir este «privilegio» o tener algo especial, ser alguien especial, preferiblemente mujer….

Mi hija. Son abominaciones que vi, y las vi sólo para comprender.

Juan entonces me muestra lo siguiente:

Ahora veo la oración ascendiendo perfectamente pura hacia el Padre, y veo a la gente orando, y se genera una distancia entre el «inframundo» en la tierra y lo «celestial» en la tierra, es decir, veo como los hijos orantes están muy cerca del Cielo, todo es puro y me invade una especie de dicha, la certeza de que el Señor nos ama y SIEMPRE cuida de nosotros y no perecemos ni somos arrastrados a este pantano.

Y a los «otros», a los secuaces y a los que celebran los escenarios de las tinieblas, los veo hundirse cada vez más. Se genera una gran, gran distancia formándose entre aquellos de los que habló Juan y los hijos de Dios, y con respecto a aquellos que no se han decidido en favor del Señor veo que estos están entre medio, como en tierra de nadie, y así tienen la oportunidad de dar su sí o, de lo contrario, caer en el infierno, porque ése parece como si estuviera abierto, y todo eso de lo que habló Juan va directo a él [el infierno].

Así es, Mi hija. Yo, tu Juan, vi esto como tú, Mi hija, lo acabas de ver. Los hijos deben tomar su decisión por el Señor, su Salvador y el nuestro, o serán perdidos y caerán a la bestia y la «oscuridad» eterna será su suerte. Ésta, sin embargo, está lleno de tormento y sufrimiento. Por lo tanto, es importante tomar la decisión por el Señor ahora. Amén.

Mi hija. Vi cómo aquellos que querían diezmarlos erigieron grandes torres. Desde estas torres, o a través de estas torres, fueron capaces de lograr muchos maleficios. Muchos hijos se enfermaron, porque (las torres) irradiaban radiación. Otros hijos murieron, porque les golpeó como en el corazón. Otros sufrieron tormentos, dolores en el cuerpo, la cabeza y las extremidades, a otros les costaba respirar, estaban débiles, sin fuerza y cansados, otros se mareaban y se ponían enfermos y con náuseas. Se desplomaban, escupían y estaban enfermos. Otros reaccionaban a ellas [las torres], es decir, hacían lo que se les ordenaba a través de las torres. Otros hacían cosas raras, se agitaban y parecían locos. Hijos, fue espantoso lo que vi, y lo vi al final de los tiempos.

Son sus torres equipadas con 5G, y mucho sufrimiento les traen y les traerán, porque son para controlarlos y no traen nada bueno ni beneficioso para ustedes.

No necesitan 5G para su wifi, eso ya lo sabe la mayoría de ustedes, así que pregúntense: ¿para qué sirven estas torres?

Miren cuánto sufrimiento les han traído ya, ¡y luego dense cuenta de cuánto(s) sufrimiento(s) más les traerán!

Todos ustedes los que aceptan voluntariamente el 5G y los chips digitales, se ponen voluntariamente en manos del maligno.

Ya están siendo controlados por esa tecnología desde hace mucho tiempo, pero vi mucho mal por venir para este tiempo.

No acepten implantes con chips digitales incorporados, porque se convertirán en seres controlables. También esto Yo vi para este tiempo.

Así que escuchen Mi Palabra, ¡porque vi lo que pasó y cómo vergonzosamente sus «innovaciones» fueron usadas contra ustedes!

Deténganse, pues el maligno cree estar en la meta, ¡pero cualquiera que se detenga y se oponga es un tropiezo (obstáculo) en el progreso del maligno!

Cada oración, amados hijos, y es eso lo que son, dirigida al Padre con amor y sinceridad es su protección para los tiempos finales en los que se encuentran. Amén.

Divulga esto, Mí hija.

Tu Juan. Apóstol y «favorito» de Jesús. Amén.