1400-41. Parte 3, Mensaje de Juan, el 12.05.2023 en un Lugar Santo

El 12.05.2023 en un Lugar Santo

Mensaje de Juan

Mi hija. Yo, tu Juan, estoy aquí contigo, he venido hoy a decirte a ti y a los hijos de la tierra lo siguiente.

Mi hija. El Santo Ángel del Señor y Creador Me mostró mucha crueldad en el mundo al final de los tiempos, el tiempo del fin. Vi cuan grande se estaba volviendo la apostasía y como el maligno, el diablo mismo, se estaba aprovechando de esto para lanzar a los hijos del fin de los tiempos al caos, a la confusión y a la aberración. Su objetivo era usurpar a TODOS los hijos del Señor y Padre, robarlos y arrojarlos en su reino del infierno. Había preparado esto durante siglos, Mi hija, pero recién al final de los tiempos lo consiguió mediante la gran contienda, el cisma, la separación de la Iglesia católica de las verdaderas enseñanzas de Jesucristo, mediante la falsificación, mediante la apertura y adaptación al mundo moderno y mediante la falsedad, mucha falsedad de muchos dirigentes de la Iglesia católica.

Procedió con mucha astucia y engaño, pero siempre hubo «vientos en contra», pues muchos cristianos permanecieron fieles.

A través de la infiltración del Falso Profeta en la Santa Iglesia Católica y la «abdicación» de un Papa santo, logró extender su poder de manera constante y cada vez más ampliamente en el santuario de Jesucristo.

Él, el Falso Profeta, depuso a los verdaderos creyentes, los cambió por simpatizantes de sus puntos de vista, todos ellos provenientes del mismo diablo, y logró traer la mayor confusión y división a la Iglesia de Jesucristo. Mucho fue cambiado en la Palabra de nuestro Señor. Y libros, los libros sagrados, fueron cambiados. Así, muchos cristianos ya no encontraban la verdadera referencia y acceso a las enseñanzas de Jesucristo, pues por más que lo intentaban, había demasiados cambios (falsificaciones) en los libros reeditados, y su alma experimentaba limitación en lugar de esperanza, se encerraba en lugar de florecer y conectarse con la luz eterna de Jesús y del Padre.

Hijos, ¡era terrible tener que ver esto! ¡El acceso a Jesucristo les fue negado a través de estos cambios!

Y aún iba a empeorar, porque la modernización se estaba apoderando de la Santa Iglesia del Señor y Salvador. ¡Los sacerdotes estaban perdidos y en lugar de acercar los fieles a Jesús, abrían sus iglesias a la mundanidad y a la aberración de los hombres! ¡No predicaban la Palabra de Dios, sino que hablaban como la gente!

Hijos, ¡era terrible ver esto!

Había todo tipo de banderas colgadas en muchas iglesias alrededor del mundo. ¡Algunas se mostraban tolerantes frente una cierta aberración humana, otras se mostraban tolerantes a otras aberraciones humanas!

Hijos, ¡era terrible ver esto!

¡Todos estaban pervertidos y confundidos por el diablo y sus demonios! ¡Enarbolaban banderas en la Santa Iglesia de Jesucristo y no se daban cuenta de cuánto se habían desviado del verdadero camino!

¡Hubo quienes continuaron permaneciendo en la iglesia, enriqueciéndose y profanando la Iglesia de Jesucristo! Hubo otros que se marcharon, aun siendo siervos consagrados de Jesús, para dedicarse a sus inclinaciones, ya fueran políticas, sexuales o de otro tipo.

Hijos, hijos, ¡fue tan terrible ver lo que fue de los siervos consagrados de Jesucristo, de muchos, no todos!

Mi hija. Vi mucha crueldad, pero pido Yo, tu Juan, que los siervos consagrados de Jesucristo perseveren y LE permanezcan fieles a ÉL.

Fue muy triste para Mí haber sido mostrado todo esto y lloré mucho. Me pareció otra vez que Su muerte en la cruz había sido en vano, pero el Santo Ángel Me habló. El dijo: «Juan, Mi hijo amado. No temas, porque el Señor les ha preparado el camino a la Vida Eterna en Su gloria y en la del Padre. ¡Quienquiera que lo recorra, fiel y entregadamente, vivirá para siempre! Así que no estés triste, porque a muchos hijos se les permitió entrar en el Reino de los Cielos, muchos están en el purgatorio y ellos también entrarán en Su Reino de los Cielos. Así que no temas, porque Su obra de redención da frutos.»

Esto es lo que el Santo Ángel del Señor y Creador Me dijo a Mí, tu Juan, y sequé Mis lágrimas y empecé a escribir para que nada de lo que Me fuera revelado se perdiera y para que Yo, tu Juan, diera testimonio de la verdadera doctrina de Jesucristo y de la gloria que nos espera como fieles hijos del Señor. Amén.

Mi hija. La obra de redención del Señor se ha cumplido para todos Sus verdaderos hijos. Ahora depende de ustedes aceptarla o no. Quien no lo haga, no cosechará el Reino de los Cielos. Pero quien elija a Jesús y sea fiel y entregado a ÉL, se le concederán los frutos de la Vida Eterna, y Jesús estará con él, ¡aquí y en el Reino de los Cielos!

Así que díselo a los hijos de la tierra, que deben elegir, y diles que no deben convertirse en apóstatas.

Yo, tu Juan, voy a volver.  Amén.

Tu Juan. Apóstol y «favorito» de Jesús. Amén