82. ¡Mi resurrección! — 30.03.2013

Mi hija. Yo, tu Jesús, he venido a hablar contigo acerca de Mi resurrección.
(Jesús es alegre, sonríe, brilla, es feliz)

Cuando morí en la cruz, el plan de Mi Padre se hizo realidad. Con Mi muerte en la cruz, acepté todo el sufrimiento que había en el mundo y también todo lo que estaba por venir y lo redimí a través de esta muerte cruel que me fue infligida. Es decir, a partir de ese momento el mundo fue redimido del pecado. Toda alma podría ser resucitada, siempre y cuando fuera buena y se arrepintiera.

Mis hijos. Exactamente así es como aún es hoy, porque lo que en ese entonces cargué encima de Mií beneficia a todos los hijos de Dios. Cada uno de ustedes tiene la oportunidad de compartir la Vida Eterna Conmigo, porque yo, su Jesús, les he abierto el camino hacia el Reino de los Cielos. A través de Mi resurrección les he demostrado que la vida no se detiene con la muerte que conocen, sino que comienza una Vida Nueva, una Vida Eterna, que en realidad es la Vida Verdadera.

Les he mostrado que es posible vivir después de la muerte, y muchos de ustedes Me han creído. A través de Mí a todos los hijos de Dios se les ha regalado la redención, y todos ustedes pueden esperar con alegría una eternidad conmigo. Yo, Quien les doy el amor verdadero, me alegro de todos los hijos que vienen a Mí. Mi reino es grande y cada uno encuentra su lugar en él. A nadie les faltará algo. Un lugar a Mi lado está asegurado para aquellos que Me aman y Me honran y que ya son fieles a Mí durante su vida [terrenal].

Por Mi muerte en la cruz a todo pecador se le dio la oportunidad – a través del arrepentimiento y la penitencia y a través de la fe en Mí, en Mi Padre y en el Espíritu Santo -de venir a Nosotros y de vivir con Nosotros para siempre. Mi Padre ha preparado todo tan maravillosamente con un profundo amor por ustedes y con afecto, porque todos ustedes son parte del gran todo, todos son parte de Él.

Creados de acuerdo con Su imagen, Él se regocija en ustedes. Esta alegría fue debilitada por todos los pecados cometidos desde entonces. Comenzando con Adán y Eva, quienes se dejaron seducir, sus descendientes difícilmente tuvieron la oportunidad de no volverse pecaminosos tampoco, porque el pecado de sus ancestros fue traspasado a las próximas generaciones. Pero, aunque todos ustedes son hijos humanos que pecan hasta el día de hoy, aún así son hijos de Dios y Dios Padre los ama a cada uno de ustedes. Su amor por ustedes es inconmensurablemente grande y su alegría por todos los hijos que encuentran de vuelta a Él con palabras terrenales apenas describible.

A través de Mi muerte, la resurrección se ha hecho posible, y cada uno quien cree en Mí Nos da a Nosotros, y especialmente a Mi Padre, la mayor alegría. Una alegría casi perdida, si se mira la historia: el pecado original, la apostasía, las guerras; fue realmente muy triste para Mi Padre al ver Su creación, Su hombre amado, pecar así.

Lo que Él creó en amor, Sus hijos lograron destruir. Pero el mayor sufrimiento es el sufrimiento del alejamiento de Él, de su Padre. ÉL, quien es su dador de vida, de Él ustedes no quieren saber nada. Esto es lo más triste que han hecho a Mi padre.

¿Sienten el sufrimiento, el dolor y la pena que Él lleva? Él llora lágrimas amargas por cada hijo apostata, pero nadie lo puede ver, especialmente aquellos que Le causan este dolor. Dios Padre, Nuestro Padre de todos, está muy triste, porque, aunque Él les ha enviado a Mí, Su Hijo, todavía llora por cada hijo no creyente. Él es su padre. Él solo quiere lo mejor para ustedes, pero tantos se apartan de Él, de Mí.

Sin embargo, a pesar de todo el sufrimiento, Nuestro gozo es muy grande, porque como les comentó Mi Madre el día Viernes Santo, muchos de Nuestros hijos se han convertido a Mí, su Jesús. Y tan pronto como Mi Padre dé su consentimiento Yo, su amado Jesús, vendré a ustedes, primero solo a ustedes – a cada uno de ustedes – luego para todos visibles en el cielo, con todos los signos vendré y los liberaré para llevarlos conmigo. Este será el día de la gran alegría cuando junto con ustedes entraré en el Cielo, que se fusionará con la tierra, para vivir ahí en paz con ustedes. Esto, Mis hijos amados, será un día de fiesta, y a Mi Padre lo hará feliz estar finalmente unido con todos Sus hijos queridos que lo aman. Desafortunadamente, también muchos se perderán. Son aquellos que me rechazarán en Mi Segunda Venida.

Mis hijos. Mis amados hijos. La transición al Nuevo Mundo solo tomará un momento. Será maravilloso para ustedes y se convertirán en «personas nuevas». Esperen este día con alegría, que ha sido preparado para ustedes desde hace mucho tiempo. Ahora, finalmente, pueden asumir la herencia prometida, la cual sus ancestros han anhelado y soñado durante mucho tiempo.

Mis queridos hijos. Yo, su Jesús, prometo a cada uno de ustedes que cree en Mi conceder gracias grandes, acortar el tiempo de sufrimiento (para ustedes) y darles la gloria ahora y por siempre.

Su Jesús quien los ama.

Madre de Dios: hija Mía. Mi Hijo ha preparado grandes gracias para ustedes. Crean en Él. Él los hará feliz.

Nota: Yo sentí esta enorme tristeza por parte de Dios Padre. Ella [la tristeza] está es realmente indescriptiblemente fuerte, y me vinieron las lágrimas a mis ojos. Vi que Él sacrificó a Su Hijo por el puro amor a las personas humanas, para que finalmente todos Sus hijos pudieran volver a encontrarlo, y como no lo hacemos – al menos no todos – está muy, muy triste.

Hija Mía, difunde esto. Tu Jesús.