111. El arma más poderosa contra todo mal en su mundo es y seguirá siendo la oración — 22.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Me alegro porque el número de quienes encuentran a Nosotros está aumentando cada día.

Mis amados hijos. El arma más poderosa contra todo mal en su mundo es y seguirá siendo la oración. A través del poder de sus oraciones, numerosas almas se convierten día a día, y la hueste de hijos de Dios que se unen a Mi Hijo está creciendo rápidamente.

Sigan orando, Mis queridos hijos, porque es a través las oraciones de todos ustedes que Mi Hijo junto con Su Espíritu Santo y el consentimiento de Dios Padre, el Altísimo, llega a tantas almas. ¡Así millones y millones de almas ahora tienen la oportunidad de entrar en la Nueva Jerusalén junto con ustedes y Mi Hijo y de vivir allí por siempre, en amor, felicidad y alegría, gloria y paz!

Mis hijos. Es maravilloso ver cómo ustedes están trabajando arduamente. Cada vez más se entregan a Mi Hijo, se acercan cada vez más a ÉL, su amado Jesús. La recompensa de cada alma será grande, y muchos de ustedes ya están sintiendo las muchas maravillas que les da Mi Hijo, porque Él ama a Sus hijos sobre todas las cosas, y ha encerrado a todos y cada uno en Su corazón de Redentor.

Ustedes, Mis amados hijos, son la razón de todo el sufrimiento que Mi Santo Hijo, Jesucristo, asumió. Son todos ustedes los que Él quiere llevar Consigo al hermoso nuevo mundo de la paz. Él quiere traerlos de regreso a los Santas brazos de Dios Padre, Quien los creó a cada uno de ustedes con el más profundo amor y desea ansiosamente su regreso a Su Reino. Un Reino creado para la eternidad que se puede alcanzar sin la muerte física, porque cuando en el día de la gran alegría vuelve Mi Hijo Jesús, en la altura el cielo con todas las señales, EL luchará por cada uno de ustedes, liberará su alma de las garras del maligno y empujará el maligno y sus seguidores al lago de fuego. Entonces, Mis queridos hijos, comenzará el tiempo de la nueva era, cuando el cielo se une con la tierra y Jesús, Mi Hijo amado, guiará a ustedes que Le han dado su fidelidad en estos tiempos difíciles y los que se han convertido a Él a la Nueva Jerusalén, el paraíso creado por Dios Nuestro Creador, para todos Sus hijos para que vivan unidos en eternidad y paz.

 

Alégrense, Mis amados hijos, porque ya pronto esta era comenzará. Solo aquellos que se aparten de Mi Hijo no serán llevados. Todos los que se conviertan a Él antes de este día, verdaderamente y con todas las consecuencias, serán dignos de entrar allí, para recibir el más grande de todos los regalos.

Así que conviértanse a Mi Hijo, mientras el tiempo lo permita. El que no se prepara para Mi Hijo y aquellos tiempos no llegará a la puerta de la Nueva Jerusalén.

Crean, hijos Míos, crean en Mi Hijo y confíen, porque entonces la profecía se cumplirá también para ustedes, y la paz eterna será suya.

Que así sea.

Su amada Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

Amén, les digo esto:
Quien no se convierta a Mí, no lo podré salvar,
Quien me da la espalda, se perderá.
Pero quien Me dé su SÍ, a él yo liberaré de todo mal,
Quien realmente Me ama, a él le doy Mi gloria.
Que así sea.

Su Jesús.