208. Deben limpiarse durante su vida, de lo contrario estarán perdidos — 20.07.2013

Mi hija. Mi querida hija. Sigue escribiendo para Mí, tu amada Madre en el Cielo, y siempre sigue Mi llamada. Muchos hijos todavía tienen que despertarse, muchas almas aún deben ser salvados, y con la difusión de Nuestra Palabra y su oración devocional, su penitencia y sus sacrificios esto sucederá y se logrará, porque el amor de Dios por Sus hijos es grande, Su misericordia infinita, sin embargo llegará el día en que todos Nuestros hijos tendrán que responder por sus actos, y quien no se haya arrepentido, no haya expiado, no se haya purificado y preparado, a él el diablo no lo soltará y su alma quedará atrapada hasta que se perezca y no puede ser salvada.

No es la «maldad» de Dios la que los condena, Mis tan amados hijos, porque Dios es el amor más perfecto y puro, y ni la maldad, ni la condenación provienen de ÉL, el Creador que tanto los ama, su Padre Celestial. Más bien, son ustedes mismos quienes se decapsulan de ÉL, quienes toma o quieren tomar su vida en sus propias manos, porque quien se aleja de Dios Padre, Su Señor y Creador, será víctima del diablo y es ése quien los juzgará y condenará según el grado de su maldad y su homenaje a él que los llevará a la condenación eterna.

Dios, su Padre, es Amor Verdadero y ÉL espera pacientemente a que todos Sus hijos regresen. Dado que el paraíso recreado es el hogar del amor puro, nadie quien es malvado y contaminado por el demonio, puede ir allí porque eso no puede ser. Deben limpiarse durante su vida, de lo contrario estarán perdidos. Muchas almas expiatorias sacrifican su salud y existencia por almas profundamente perdidas para que también ellos tengan la oportunidad de experimentar las glorias de Dios.

¡Conviértanse, hijos Míos, antes de que sea demasiado tarde! Solo un alma pura y purificada podrá «soportar» este amor más puro, que es Dios Padre. Quien esté sucio y contaminado con el pecado terrenal proveniente del diablo no podrá soportar el amor de su Creador.

Es por ello, Mis tan amados hijos, hay un purgatorio para todos los moribundos que no dejaron su tierra con un corazón puro, pero quienes si dieron su SÍ a Jesús en el último minuto. Es éste, el fuego purificador de Dios que permite que estas almas entren en Su Reino de los Cielos cuando entonces estén limpias y purificadas.

Mis hijos. Deben orar por estas almas porque sufren agonía y dolor. Cuanto más lejos estaban de Dios, mientras peor pecaban, más intensamente su alma quedará expuesta a las llamas purificadoras del amor divino y esto duele al alma de manera inconmensurable. Ella está sufriendo. Dependiendo de su nivel de pecado y aberración durante su vida terrenal.

Por lo tanto, Mis queridos hijos, oren por estas almas la oración No. 9 que conocen del Mensaje No. 35, Libro 1, y preparen su alma durante su vida para el careo, el encuentro con Jesús y Dios Padre, porque ésta es la única manera de salvarse de mucho sufrimiento y tormentos y serán salvados cuando el día de la gran alegría llegue a su punto culminante. Los amo. A cada uno de ustedes.

Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

«Gracias, Mi niña, Mi hija. Es muy importante que Nuestros hijos lo sepan y que preparen su alma para el Nuevo Mundo y la vida con Nosotros, porque allí, donde el pecado ya no existe y el amor puro está en casa y gobierna, solo las almas puras pueden tener acceso.

Dile esto a Nuestros hijos, Mi hija que tanto amo. Te amo.

Tu Jesús y Dios Padre.

Creador de todos los hijos de Dios y salvador del mundo.»