210. Mi Mano Santa caerá sobre los que hacen el mal — 22.07.2013

Mi hija. Mi querida hija. Su mundo está triste y ustedes, Mis amados hijos, también lo están. Solo unos pocos de ustedes experimentan el gozo divino, porque la mayoría de la humanidad prefiere confiar en sí misma en vez de creer y confiar en Dios el Padre y vivir con ÉL, y esto es lo que les causa esta tristeza, que no les permite desarrollar la felicidad «libre», porque quien no confía en el Padre, quien no orienta su vida según Él se atrapa en la red del diablo, y éste provoca un miedo constante y siempre presente en ustedes (especialmente a nivel material), atiza dudas e injusticias, los induce a vivir el egoísmo y su alma se aflige.

Esta tristeza eclipsa toda su existencia, porque ustedes se alejaron de Dios Padre, su Creador y andan en oscuridad y descontrol, es decir les falta la unidad con Dios Padre, ustedes no ven Su luz divina y la asonancia, la armonía que Dios Padre ha preparado para ustedes se ha perdido, porque se han vuelto cada vez más hacia el diablo y sus intrigas sin realmente darse cuenta de ello.

Ustedes deben cambiar y volver a encontrar a su Creador, porque solo así serán hijos felices. Cada vez más personas encuentran el camino de regreso a Dios Padre, pero todavía es un largo camino para muchos otros. Así que oren por sus hermanos y hermanas para que ellos también puedan reconocer la luz divina y alinear su existencia con ÉL, su Creador.

Entonces, Mis amados hijos, la alegría de su Padre será grande y Él les dará la bienvenida a cada uno de ustedes al Reino recreado. Cada uno que de su SÍ a Jesús será salvado y llevado al Nuevo Paraíso. Conviértanse, Mis queridos hijos, y su alma será feliz y liberada. El poder sobre ustedes será removido del diablo y ustedes serán los verdaderos hijos de Dios.

Que así sea.

Su Madre de las lágrimas.
Madre de todos los hijos de Dios. Los amo.

 

«Amén, les digo esto:

Quien no se convierta se perderá.

Quien no escuche la Santa Palabra de Mi Madre también se perderá.

Quien se esfuerza por los placeres terrenales y no prepara su alma será víctima del diablo.

Quien no ame a sus prójimos, no lo puedo llevar conmigo.

Porque ahí donde gobierna el amor no puede haber maldad, ahí donde Yo estoy el pecado no está permitido.

Solo los corazones puros podrán ingresar a Mi Nuevo Reino, las puertas del paraíso permanecerán cerradas para todos los demás.

Así que conviértanse antes de que sea demasiado tarde y su cosecha será grande en la Nueva Jerusalén.

Que así sea.

Su Jesús quien los ama.
Redentor de todos los hijos de Dios.»

 

 

«Mi niña. Mi hija. Tanto resentimiento, envidia y odio gobiernan su mundo hoy en día que tienen que saber que todo esto pronto llegará a su fin.

Mi Mano Santa caerá sobre los que hacen el mal y ellos recibirán el castigo justo si no se conviertan ahora.

Mis castigos los golpearán y, sin embargo, les daré tiempo para que abran sus corazones a Mi Santo Hijo y a Mí.

Pero, si rechazan esto entonces Mi mano caerá como un golpe sobre ellos y serán barridos de la tierra, hacia la oscuridad eterna, donde las brasas y el azufre serán sus compañeros. Sufrirán la peor agonía, y siempre habrá uno que es peor que ellos. Así que su maldad, incluso la peor maldad, no les servirá de nada. Solo habrá el camino a la condenación eterna sin redención para ellos.

Sin embargo, exaltaré a Mis fieles servidores y seguidores.

Mi otra mano los liberará del sufrimiento y de la necesidad, y les daré una vida en alegría.

Ya no permitiré el mal contra ellos, y cualquiera que se atreva a acercarse a ellos con intenciones maliciosas recibirá mis castigos.

Así que vivan felices y libre de miedo, porque Yo, su Santo Padre Celestial, los amo sobre todas las cosas. Mi Sagrado Corazón anhela tanto su regreso que Yo mismo anhelo este día (de su regreso). Estén seguros de que siempre los cuidaré. Sean buenos el uno con el otro y recen mucho. 

Siempre cuando los llamemos, sigan [el llamado], ¡porque entonces su oración es más necesaria!

Ustedes tienen la mayor de todas las armas a su mano.

Es su oración la que derrota poderosamente y con mucha fuerza al mal.

Ustedes ponen barreras al maligno y salvan a millones de almas. Mi agradecimiento es para ustedes, el Ejército Remanente de Mi Hijo, y se lo recompensaré para siempre: con Mi amor, Mi alegría, Mi presencia divina entre ustedes; Mis glorias serán las suyas cuando el mal sea combatido y derrotado y Jesús los lleve consigo al hermoso Nuevo Mundo que superará todas sus imaginaciones.

Los amo profundamente y con el divino amor de Mi Santísimo Corazón.

Su Padre Celestial
Creador de todos los hijos de Dios.

Amén.