226. Su penitencia es necesaria — 08.08.2013

Mi hija. Siéntate conmigo y escribe. Tu hijo será sanado. No te preocupes. También necesitamos su sufrimiento para salvar almas. Te amo. Ahora ve con él. Volveremos más tarde. Tu Madre en el Cielo quien te ama.

Mi hija. La penitencia de ustedes es necesaria. De esta forma, muchas almas más aún pueden salvarse. Diles esto a todos Nuestros amados hijos y pídeles que aguanten. Serán redimidos y llevados a la Nueva Era de la Paz, y su cuerpo, mente y alma ya no experimentarán más sufrimiento, porque lo que Nuestro Padre, el Padre de todos Nosotros, tiene preparado para ustedes es creado con puro amor, y es el amor mismo que los abrazará y los inundará allí. Todas sus heridas se sanarán y su corazón exultará. Su alma se vuelve «viva», llena de alegría y felicidad, porque ya no tendrá sombras, ni cargas, y nada la presionará ni la lastimará.

Es la gloria de Dios Padre, que se les dará a todos ustedes y su alegría será grande, y ya no los oprimirán ningún sufrimiento, ninguna necesidad, ningún temor y ninguna duda, porque el amor de Dios Padre es omnipotente y en su omnipotencia fluirá y brillará a través de ustedes, y todos vivirán juntos felices y contentos para siempre.

Mis hijos, aguanten, porque pronto ya llegará el día de mudarse a esta gloria maravillosa. Ofrezcan todos sus sufrimientos y siempre pidan ayuda a Dios Padre. Si luego LE hablan a Jesús y LE entregan sus dolores a ÉL, su carga se hará más ligera porque el amor de Mi Hijo los abrazará. De esta manera no llevan su carga solos, porque lo que LE confían a Mi Hijo, lo que ofrezcan a su Padre Celestial, les será tomado, porque Mi Hijo cargará una parte de su carga.

Recuerden siempre que salvan a muchas almas cuando sufran (expían) por Mi Hijo. No lo olviden, porque al ofrecer su sufrimiento su carga se hará más fácil.

Los amo y estoy con ustedes, Mi hija.

Esté/n preparada/os en todo momento.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.