Mi hija. Mi querida hija. Que bueno que llegaste. Escribe, Mi hija, y escucha lo que Yo, tu Padre que tanto te ama, tengo que decir a los hijos del mundo de hoy:

La luz de su mundo se está desvaneciendo, pero ustedes no se dan cuenta. Están siendo esclavizados y deben llevar la marca del diablo, ¡pero esto será su caída! ¡Nunca acepten la marca del diablo, porque significará su caída!

¡Permanezcan fieles a Mi Hijo y defiéndanlo, así que YO, su Padre Todopoderoso, los cuidaré y no tendrán que vivir como esclavos del grupo de élite del diablo! ¡Crean en Mi palabra y confíen en la ayuda de Mi Santo Jesús Quién tanto los ama, porque a todos los hijos fieles se cuidará!

Crean, confíen y no acepten la marca, porque quien lleva la marca del maligno no podrá ir con Mi Hijo. Sufrirá tormentos y morirá miserablemente, porque el maligno lo manipulará para sus propósitos, y hará “pruebas” [experimentos] con el y lo influenciará a través de la radiación y sonidos apenas perceptibles para el oído humano.

¡Ya no serán dueños de sí mismos! ¡Sus sentimientos se degenerarán! ¡Enfermedades se propagarán y lo sentirán primero en los nervios, la concentración, el sentido común ya no sano!

La marca del maligno, el chip de la élite, los “mutilará”, los hará esclavos sin voluntad propia, y no habrá cura para ustedes mientras lleven la marca del maligno dentro de ustedes.

Tengan cuidado, Mis hijos, ¡porque el chip estará escondido en las vacunas! El diablo no duerme y es astuto, ¡así que nunca confíen en la muy elogiada «medicina moderna», porque les traerá la «muerte», pero no la salvación que están buscando!

Solo Mi Hijo los curará, pero la élite hace tiempo que está sacando todo del mercado que «realmente sirve». Lo que les quedará serán estos «remedios milagrosos modernas», pero éstos significan su muerte lenta y -peor aún- su eternidad en la condenación si la marca de la bestia estará implantada en ustedes.

Mis hijos Yo, su Todopoderoso Padre Celestial, creador de ustedes y de todos ser, los advierto: ¡No acepten las innovaciones! ¡Digan NO al chip de la bestia! ¡Digan NO a los elogiadas «vacunas modernas»! ¡Digan NO a todo lo que no proviene de Mí y de Mi Hijo, porque el diablo se ha infiltrado en todas partes e intenta controlarlos, manipularlos y reducirlos [en cantidad / matarlos] a través del dinero (medios de pago), medicamentos (vacunas) y tecnologías modernas!

¡Nunca confíen en las personas, sino solo en Mi Hijo! Él hará que tomen la decisión correcta, EL los reunirá con personas congeniales, EL les ayudará con todo lo que necesitan para vivir. ¡Así que no acepten ninguna de las tecnologías modernas y confíen completamente en Mi Hijo!

Yo, su Padre Celestial Quien los ama, se lo pido. Amén.

—

“No acepten la marca del maligno, porque será su caída.

Confíen en Jesús completamente, porque Él los guiará durante los últimos días.

Oren, Mis hijos, porque la oración mitigará muchas cosas malas.”

Así que confíen ahora completamente en Jesús y conviértanse en uno con Él.

Los Santos Ángeles del Padre. Amén.»

—

«Mi hija. Mi querida hija. Si supieran de todos los males que actualmente se están siendo intentados implementar, aquellos que no tienen fe resignarían, pero los demás, ustedes que confían en Jesús orarían día y noche.

Por eso les pedimos que recen durante las noches con su Ángel Guardián, porque cuando se quedan dormidos, Él continúa rezando junto con su alma.

Así que pídanselo para que la oración nunca se detenga.

Gracias, Mis hijos.

Con profundo amor.

Su Madre en el Cielo. Amén.»

—

«¡Escuchen las palabras celestiales porque sirven a su salvación! Solo los que obedecen la Santa Palabra serán salvados.

Así que oren ahora, Mis hijos, y pidan ayuda su Ángel Guardián. De esta manera la oración nunca se detendrá y les traerá mucho salvamento.

Yo, el ángel del Señor, se los digo. Amén.»

Mi hija. Mi querida hija. Esté completamente con Nosotros y acepte todo sufrimiento, pues es tan urgentemente necesario para su mundo, para la salvación de todas sus almas.

Mis hijos. El fin está cerca y tantos de Nuestros hijos terrenales son (todavía) apóstatas y no han encontrado (todavía) a Jesús y a Dios Padre. Siguen persiguiendo todo lo terrenal, quedan atrapados en las trampas del diablo y no reconocen la verdad. Para ellos, sólo existe lo que pueden ver, y como sus ojos están cerrados, cegados por las seducciones y orquestaciones del diablo, no ven la verdad.

Mis hijos. Deben liberarse de las posesiones y pretensiones terrenales y no dar lugar a las tentaciones en sus vidas. Ellas vienen exclusivamente del adversario que quiere desviarlos de lo esencial.

Mis hijos. ¡Encuentren el camino hacia Jesús y háganse uno con ÉL! ¡Entonces empezarán a desentrañar los misterios del Señor y podrán reconocer y vivir la verdad!

Sin Mi Hijo están perdidos. Sin ÉL su alma no experimentará la salvación. Sin ÉL quedarán ante puertas del Cielo cerradas, y sin ÉL no alcanzarán el reino de los mil años de paz.

Mis hijos. ¡Den a Jesús su SÍ! ÉL, que es su Salvador, ¡los está esperando! Su amor por ustedes es infinito, y un SÍ suyo hará que ÉL llegue a ustedes, o mejor dicho ¡ustedes a ÉL!

Mis hijos. Vengan todos a Jesús y sean felices en el Señor. Entonces vivirán la eternidad en alegría y nada les faltará porque Jesús y el Padre cuidarán de ustedes.

Así que vengan y denle su SÍ a ÉL para que puedan vivir la plenitud de las riquezas de Dios.

Amén.

Su Madre en el Cielo que tanto los ama.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

—

“Los estoy esperando a cada uno de ustedes.

Mi misericordia es grande y todavía la doy a todo el que viene a Mí con un corazón sincero.

No esperen demasiado, pues el Padre ha fijado la fecha.

Así que vengan, Mis hijos, y digan SÍ a Mí. Su alegría será grande en cuanto Me hayan encontrado. Amén.

Con profundo amor,

Su Jesús. Amén.”

Mi hija. Mi querida hija. Por favor, diles esto a Nuestros hijos hoy:

La luz de su tierra pasará, porque Mi Hijo ya no estará entre ustedes si permiten que ÉL, el Hijo del Todopoderoso, siga siendo expulsado de Su Santa Iglesia y que Sus santuarios sigan siendo desacralizados y profanados, que Sus iglesias sigan siendo cerradas y/o convertidas para cumplir otras funciones, que «dioses» paganos y el diablo sigan siendo adorados en sus así llamadas Santas Misas.

Mis hijos. ¡Detengan la profanación de sus iglesias y la infiltración de paganos, adoradores del diablo y sus símbolos! Confiésense a Jesús y luchen por ÉL, porque si ÉL «se va» las desgracias, las crueldades, la inmoralidad y el sufrimiento se extenderán en su tierra como un reguero de pólvora, y tantas almas se perderán porque no conocen a Mi Hijo, porque creen las mentiras de los malvados, porque no ven la Luz del Señor -las razones son múltiples, pero el origen es el mismo.

Mis hijos. ¡Defiendan a Jesús! ¡Defiendan Sus enseñanzas! ¡Defiendan Sus Santas Misas! ¡Defiendan la Santa Adoración de ÉL! ¡Sean Su verdadero ejército remanente y únanse en oración en todo el mundo y más allá de las fronteras -pues el Cielo no conoce fronteras! Su oración seguirá impidiendo las peores catástrofes y a través de su oración se salvarán millones y millones de almas, aunque no siempre lo parezca con todo el mal que ya hay en su mundo.

Mis hijos. ¡Unidos en la oración ustedes son fuertes! Por ello, los llamo a recordarme diariamente a las 12 horas, así como a decir una oración a Mí (Ángelus = Ángel del Señor, Ave María, Salve Regina -como mínimo, debería rezarse un Ave María. Gracias, Mis hijos), así como a rezar la Coronilla de la Divina Misericordia a las 15 horas en las intenciones de Mi Hijo. También pueden añadir sus intenciones particulares.

Por las noches les pido que recen además: en la medianoche a Mí, su Santa Madre, en Mis intenciones y contra las profanaciones en su mundo y de Nosotros, así como a las 3:00 h la Coronilla de la Divina Misericordia en las intenciones de Mi Hijo, por la paz en los corazones de todos los hijos de Dios así como la paz en su mundo, así como por todo lo que les estamos pidiendo y seguiremos pidiendo una y otra vez y por lo que reciben de Nosotros y del Espíritu Santo de Mi Hijo puesto en su corazón.

Mis hijos. Antes de acostarse, pidan a su ángel de la guarda que ore junto con su alma. De esta manera ustedes comienzan, cuando se acuesten, a prepararse para estos horarios. Si no los despertamos en estos horarios, aún así su ángel de la guarda ora junto con su alma mientras su cuerpo esté durmiendo, y muchos de ustedes se despertarán en oración entre medias, es decir, por la noche o por la mañana.

Mis hijos. Sabemos que necesitan su sueño, así que oren juntos con su ángel de la guarda, porque Él mantiene la oración que han comenzado durante toda la noche, es decir, su alma ora con Él, y ustedes encuentran el descanso y el reposo que necesitan.

Mis hijos. Sin embargo, muchos de ustedes serán despertados en Nuestros horarios, porque su oración será entonces más necesaria. Atiendan a Nuestra llamada, porque la oscuridad del maligno se está poniendo más densa y su oración es la fuerza contra aquello.

Mis hijos. Estén completamente con Nosotros y recen diariamente sus/Mis rosarios. Les doy las gracias desde lo más profundo de Mi corazón maternal que tanto los ama.

Con profundo y sincero amor,

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la salvación. Amén.

—

«Atiendan la llamada de la Madre. Su oración es importante. Los ángeles del padre. Amén».

Mi hija. Mi querida hija. Por favor, diles hoy a los hijos de la tierra lo siguiente:

Los países en los que viven cambiarán, porque el pecado es grande y Dios Padre traerá Sus castigos sobre ustedes y su “comodidad” pasará, porque cuando la prosperidad y el lujo lleguen a su fin, su comodidad también se acabará. ¡Así que piensan cuidadosamente si quieren esto!

Dejen el pecado, la vida desordenada, los actos vergonzosos y la lujuria, porque todas estas cosas los harán perecer, y no podrán llevarse ninguna de ellas con ustedes, pero sí podrán llevarse las riquezas que Jesús y el Padre tienen reservadas para ustedes. Por eso, consideren cuidadosamente si vale la pena arriesgar su eternidad por una vida de pecado, en deshonra, una vida desordenada y de lujuria, es decir, de desgracia ante el Señor.

Para estar en gracia ante el Señor deben convertirte y prestar atención a los valores del Señor. Deben volver a Jesús y vivir según Sus enseñanzas. Deben aceptar y vivir los mandamientos de Dios y moldear su vida para Su alegría, es decir: ¡hágase tu voluntad, oh, Señor, ¡no la mía!

Quien viva en desgracia ante el Señor no alcanzará la eternidad en la gloria. No podrá entrar en el Nuevo Reino del Señor, porque no es digno. Así que vuelvan a Jesús y vivan su vida como el Padre lo quiere para ustedes: en Su gracia y en preparación para la vida eterna a Su lado, pero no en la desgracia, que el pecado trae consigo.

El que vive con todas las riquezas de la tierra a expensas de sus hermanos no tienen por qué esperar las riquezas del Cielo. Es que él ya lo tiene todo y no lo comparte, pero las riquezas del Señor se multiplican en cuanto las comparte y las regala a los demás.

Por eso, piensen bien qué riquezas quieran favorecer. Sólo aquellas del Señor los llevarán al Padre, pero las terrenas son pasajeras y nunca les darán la alegría eterna.

Decídanse, Mis hijos, y sopesen bien, porque sólo el que vive con Jesús y según Sus enseñanzas llegará ante el Padre en gracia, pero todos los demás perecerán.

Así pues, estén prevenidos, Mis amados hijos, y no sigan perdiendo el tiempo en la comodidad y el pecado, rodeados de las más bellas riquezas de naturaleza terrena. Todo es pasajero en esta vida, pero los valores del Señor son eternos.

Vuelvan a Jesús y háganse uno con ÉL. Entonces participarán de las verdaderas riquezas del Padre y les será dada una vida a Su lado. Amén, hijos Míos.

Con profundo amor,

Su Madre en el Cielo con los Santos Ángeles del Señor.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

Mi hija. Mi querida hija. Por favor, diles hoy a Nuestros hijos lo siguiente:

¡Todo el sufrimiento que se infligen hiere profundamente al Padre! ¡El amor que cada uno de ustedes lleva adentro es lo que el Padre quiere que vivan! Desgraciadamente, [el amor] está enterrado muy, muy profundamente en muchos de ustedes, bajo muros protectores, bajo heridas, bajo sentimientos negativos, bajo el odio que el diablo ha sembrado en sus corazones, en ustedes.

Vivan el amor, Mis hijos, ¡y no lo entierren en ustedes mismos! Sólo el que viva el amor experimentará la felicidad, ¡porque lo que entregan como amor volverá a ustedes de manera multiplicada! Sus corazones se volverán felices y libres, porque poco a poco los “muros” que han levantado serán desmantelados hasta que sólo lleven amor dentro de ustedes, sólo sientan amor, ¡sólo regalen amor!

Atrévanse, Mis hijos, porque quien viva el amor, el amor a Dios, Señor y Padre, a Su Hijo Jesucristo, a su familia y a su prójimo -por muy gruñón que sea- será recompensado con la mayor alegría y se acercará cada vez más a Dios, Padre y Creador, así como a Su Santo Redentor, Jesús.

¿Qué están esperando, Mis amados hijos? Vivan el amor y no lo entierren, porque sólo el que ama de verdad experimentará la verdadera felicidad. Amén. Que así sea.

Con profundo y dichoso amor,

Su Madre en el Cielo que los ama.

Madre de todos los hijos de Dios y Madre de la Salvación. Amén.

—

“Mis hijos. Sólo el amor los conducirá a Mí. Quien entierra el amor no encontrará su camino hacia Mí. Amén.

Su Jesús.

Hijo del Padre Todopoderoso y Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.”

—

“El Señor ha hablado. Es el amor que llevan en sus corazones el que les abre el camino al Reino de los Cielos. Así que vivan el amor y vuélvanse uno con Jesús, entonces se acercarán mucho a Dios, su Padre, porque Jesús los llevará a ÉL. Amén. Que así sea.

Su Ángel del Señor.”