265. La gracia de Dios — 09.09.2013

Mi hija. Mi querida hija. Que bueno que llegaste de nuevo. Les agradezco mucho y de todo corazón por este maravilloso viaje que han hecho en Mi honor, porque dado que lo hicieron como peregrinación del Rosario, todo el viaje se convirtió en Mi honor. Gracias, Mi hija.

Mis hijos. Es hermoso ver cuántos hijos peregrinan a Mis Lugares Santos. La fe de esta gente es grande y Me conmueve hasta las lágrimas. Si solo todos Nuestros hijos supieran de las gracias que les son dadas por tal peregrinación, en torrentes correrían hacia Nosotros, pero no lo ven o no lo quieren ver.

No muchos saben de las gracias del Señor. La mayoría de los hijos del hombre no entienden lo que es la gracia, lo que significa. La gracia es un regalo de Dios que puede ser para el beneficio de una sola persona o de toda la humanidad. Sin la gracia de Dios nadie encontraría el camino de regreso al Reino de los Cielos, porque todos ustedes son pecadores y afligidos por el pecado no pueden venir ante el Padre.

¡Es por eso que la gracia del Señor es tan importante! ¡Les regala una mejora en la vida, les permite «crecer», reconocer, ser felices! Los «eleva» del pantano del pecado y del sufrimiento y finalmente los lleva al Padre mismo. Ella [la gracia] les permite sentir tanta alegría en la vida y momentos tan maravillosos y hermosos. ¡Ella cura, ama, eleva!

Sin la gracia de Dios, se ahogarían en el pantano de la mentira, del engaño, del mal, de la maldad, del pecado. Serían arrastrado al abismo de la oscuridad y sufrirían mucho. Sin embargo, por la gracia del Padre ¡siempre serán bendecidos! Con alegría, con felicidad, con amor. Momentos de plenitud y ayuda donde ustedes solos no ven salida.

La gracia del Señor los mantiene vivos, porque si Dios no los quisiera, no los amara, entonces no estarían aquí. Por lo tanto, Mis tan amados hijos, vengan y hagan peregrinaciones a Nuestros Lugares Santos. Allí les regalaremos grandes gracias.

Pero peregrinen con amor y alegría en sus corazones y oren a Nosotros. Les damos Nuestra bendición y les regalaremos Nuestras gracias. Hágannos el honor y así será. Los amo, Mi querido rebaño de niños.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios.

 

«Que así sea. Su Jesús, quien los ama tanto. Amén.»

264. ¡El que no ora, no cambia nada! — 08.09.2013

(4to día en Lourdes)

Mi hija. Mi querida hija. Gracias, Gracias por estos maravillosos días que me han dado. No lo saben, pero grandes cosas han sido cambiadas. Con el tiempo verán lo que es y lo que será.

Mis hijos. ¡Su oración es tan importante! El que no ora no cambia nada, al menos no para mejor. Oren, Mis hijos. Oren por ustedes mismos y el uno por el otro, porque cuando recen por ustedes mismos y por los demás, vendrá el cambio.

Oren especialmente por todos los pecadores que aún no han encontrado a Nosotros. Esto es muy importante. Con su oración, viene el cambio, incluso en los corazones más oscuros.

Por lo tanto, Mis queridos hijos, oren con fervor y oren mucho, porque así Mi Hijo podrá todavía salvar muchas almas y llevarlas con Él a Su Nuevo Reino cuando llegue el momento. Mis hijos. ¡Cada oración se escucha! ¡Crean y confíen! Los amo desde las profundidades de mi Sagrado Corazón maternal. Vayan en paz.

Au Madre de Lourdes quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

 

«Que así sea. Su Jesús que los ama tanto.
Crean y confíen, Mi Madre habla Palabras Santas que Mi Padre le ordenó. Amén.»

263. Pronto, el animal dominará sus iglesias y predicará mentiras desde el altar —08.09.2013

(4to día en Lourdes)

Mi hija. Mi querida niña. Estoy tan feliz por todos los hijos que vienen aquí a Mí, su Madre en el Cielo y Madre de Lourdes. Es tan extremadamente importante que TODOS Nuestros hijos encuentren el camino hacia Nosotros, hacia Mí, hacia Mi Hijo y hacia Dios Padre, el Todopoderoso y Altísimo, su Creador, Padre en el Cielo y Creador de todo Ser.

Mis hijos. Difundan Nuestra palabra y permanezcan fieles a Nosotros, aquellos de ustedes que están en el camino correcto.

La Tierra está experimentando y aún seguirá experimentando tiempos muy malos. Las guerras en su mundo son crueles, pero provienen de aquellos que están impuros en sus corazones, de aquellos que no creen en Nosotros, que no quieren vivir con Nosotros y que se han dirigido hacia el poder, la codicia y el animal.

Desafortunadamente, estas almas impuras también se están extendiendo cada vez más a su Santa Iglesia. Presten atención y escuchen bien, porque tan pronto como se introduzcan los cambios en la Escritura, en sus Libros Sagrados, las Santas Misas, la Santa Eucaristía pueden estar seguros de que no provienen de Mi Hijo. El animal ha entrado en el «Cuerpo Santo de Mi Hijo aquí en la tierra», es decir se ha infiltrado en su Iglesia, en su religión, en su fe, porque «el» cambia palabra por palabra -de tal forma que (por ahora) no se dan cuenta-, la Palabra de Dios, las enseñanzas de Mi Santo Hijo, y esto no puede ser.

Por eso permanezcan despiertos y atentos y escuchen y miren atentamente lo que sucede a su alrededor, porque pronto el animal dominará sus iglesias y predicará mentiras desde el altar, mentiras tan bien envueltas que no las reconocerán como tales al principio. Así que presten atención y abran sus ojos y oídos, porque pronto ya ocurrirá todo lo que les estamos comunicando y lo que les hemos comunicado en todo el mundo en Nuestra Palabra.

¡Mis hijos, prepárense! Estos, Nuestros mensajes son el camino de volver a casa con el Padre. Son el camino para encontrar a Mi Hijo, porque les muestran lo que deben hacer para entrar en el Nuevo Reino. Léanlos con atención y vivan de acuerdo con ellos, porque sólo así podrán proteger y salvar su alma cuando ahora llegue el tiempo del fin y su mundo pase.

Pueden estar seguros, Mis tan queridos hijos, de que cuando todo parezca ya perdido, la Santa Iglesia de Mi Hijo resucitará, más grande, más bella, más fuerte y más gloriosa que nunca. El animal será derrotado por Mi Hijo y todos aquellos que son y fueron fieles a ÉL, Mi Hijo, en estos tiempos difíciles serán elevados y alcanzarán la pacífica y amorosa eternidad.

Los amo, Mis hijos. Oren por la paz en su mundo, porque a través de su oración pueden evitar gran parte del desastre mundial.

¡Gracias por seguir Mi llamada y por escucharme! Pongan en práctica Mi Santa Palabra, porque Me la ha ordenado Nuestro Señor. Amén.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de todos los hijos de Dios y Madre de Lourdes.

Por favor, peregrinen Mis hijos, porque así se acercan mucho a Mí. Amén.

 

«Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Jesús, quiero advertir a Nuestros hijos porque muchos creen que no necesitan cambiar. Cuán perdidos están, porque pronto, muy pronto ya no tendrán tiempo para la conversión. Pero el que no haya venido a Mí, caerá víctima del animal, por lo tanto, mis queridos y fieles seguidores,

¡oren por todos aquellos que han tomado el camino equivocado y creen en las mentiras del animal! 

¡Oren por todos aquellos que pasan por sus vidas «durmiendo» y no ven que el final está cerca!

Oren por todos aquellos que no Me han encontrado a Mí, porque sólo a través de la oración de ustedes muchas almas todavía pueden ser alcanzadas para encontrar la conversión, para encontrarme a Mí. Que así sea. Amén. Los amo.

Su Jesús.
Redentor de todos los hijos de Dios.»

 

«Mi hija. Divulga esto. Amén. Tu Padre en el Cielo y tu Madre en el Cielo.» (Los tres sonriendo pacíficamente y con amor.)

262. ¡Estas son palabras duras pero verdaderas! — 07.09.2013

(3er día en Lourdes)

Mi hija. Mi querida hija. Es muy bueno que hayan venido. ¡Mi Sagrado Corazón Maternal está encantada!

Mis hijos. Es hora de que afronten la verdad y que no se cierran a la hipocresía de los que oficialmente abogan por la paz, pero escondidamente están «en connivencia» (trabajan en conjunto) con los que permiten todo el sufrimiento y la miseria en su mundo y aún peor: ¡lo causan! 

¡Despierten! No crean ciegamente todo lo que se les están fingiendo, ¡porque la verdad es otra! Los mayores defensores de la paz en su tierra son aquellos que les han traído el sufrimiento, la guerra, la batalla y el pecado. ¡Estas son palabras duras pero verdaderas!

Por lo tanto, hijos Míos, la paz está en Dios, en su y Nuestro Padre, está en el corazón de cada uno de ustedes, porque donde Dios habita allí no hay peleas, ni miedo, ni luchas por el poder y control. ¡Allí sólo hay amor! ¡Verdadero, auténtico amor!

Donde Dios habita, allí el corazón está en plenitud y no hay lugar para las peleas, para los sentimientos de odio y envidia. ¡Tengan consciencia de esto, Mis hijos! ¡Donde Dios está en casa, en estos corazones vive el amor! Por lo tanto, Mis tan amados hijos. Abran su corazón a su Padre, porque donde el Padre habita, allí viene la paz. Que así sea.

Su Madre en el Cielo quien los ama.
Madre de Lourdes. Amén.

261. ¡Crean en Nuestra Palabra en estos mensajes porque es la Santa Palabra de Mi Padre la que estamos proclamando para la salvación de todos Sus hijos! — 06.09.2013

(2do día en Lourdes)

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santa Madre de Lourdes y Jesús, tu Jesús que te ama tanto, estamos aquí contigo para guiarte y proclamar Nuestra Palabra al mundo entero a través de ti, Mi hija. Te amamos mucho y nos alegramos de que ustedes estén nuevamente aquí. Orar con Nosotros en este lugar santo les hará bien, como a todos Nuestros hijos que nos honran aquí, y nuestra bendición llega a todos ustedes quienes vienen a Nosotros y rezan con Nosotros.

Este lugar es sagrado, no lo profanen. Hónrenlo, vivan con Nosotros, recuérdennos y regocíjense con Nosotros. Cada uno de Nuestros hijos que visite uno de Nuestros Lugares Santos, con alegría en su corazón y abierto a Nosotros, experimentará sanación. Sanación en el corazón y el alma y a veces, si es la voluntad de Dios, en el cuerpo.

Recuerden siempre, Mis amados hijos, que todos ustedes caminan un camino especial, SU camino especial, porque a través de él encuentran a Dios, Nuestro Padre, LE sirven y deleitan Su corazón cuando entonces conscientemente ponen este, su camino, su vida, a Su servicio. Es decir, ¡acepten lo que les ha sido «enviado», ofrézcanlo como ofrenda, hagan adoración y amen y sirvan a su Padre y Señor!

Pronto, Mis hijos, muy pronto, todo esto llegará a su fin y entonces deben estar preparados para aceptar las glorias de Dios, vivir Su amor y mantener Su paz. Sólo un corazón puro puede hacer todo esto. Nadie que vive cerradamente y alejado de Dios alcanzará esta gloria porque no será capaz de soportar el amor de Dios, demasiado puro, demasiado ardiente, demasiado amoroso es [ese amor] para un alma impura y él tampoco será capaz de mantener la paz.

Las glorias de Dios permanecerán cerradas para él porque no se ha preparado para ellas, porque no cree, no confía en su Dios y Padre y no Me da a Mí, su Santo Hijo, su SÍ. ¿Cómo piensan vivir en paz si llevan en su corazón el resentimiento, la ira y el odio? ¿Cómo piensan enfrentarse a Mí y a Dios, su Padre si están impuros y sin fe en Nosotros?

Mis hijos, Mis tan amados hijos. ¡Despierten! ¡Conviértanse y vengan a Mí, su amado Jesús! Mi Madre, Mi Santísima Madre, los espera con los brazos abiertos para tomarlos de la mano y guiarlos hacia Mí, su Jesús. ¡Vengan! ¿Qué están esperando? ¡Crean en Nuestra Palabra en estos mensajes porque es la Santa Palabra de Mi Padre la que estamos proclamando para la salvación de todos Sus hijos!

El que no se prepara no sobrevivirá, es decir, incluso cuando su mundo llegue a su fin, no Me aceptarán como ÉL QUE SOY y esto será su perdición, por lo tanto, prepárense ahora y acepten la ayuda de Mi Santa Madre. Entonces, mis queridos hijos, la profecía se cumplirá para ustedes y viviremos juntos en la paz eterna, en la alegría pura y en el amor verdadero y profundo en Mi Nuevo Reino.

Les agradezco por escuchar, por leer Nuestra Palabra. ¡Pónganlo en práctica y vengan a Mí! ¡Los amo!

Su Jesús y su Madre en el Cielo quien los ama.

Gracias, Mi niña, Mi hija. (Dios Padre sonríe a Jesús).

260. ¡Habrá 12 naciones y el «Cielo» estará con ustedes! — 05.09.2013

(1er día en Lourdes)

Mi hija. Mi querida hija. Gracias a ustedes por venir. Me honra mucho a Mí, su Santa Madre en el Cielo, porque sé lo llenos que están sus días, lo duro que es su «trabajo» y lo cansado que están a menudo. Pueden estar seguros de que todo será recompensado.

Mis hijos. Conviértanse, porque sólo los que se conviertan conocerán el Nuevo y Glorioso Mundo. Mis hijos. Mis tan amados hijos. Si solo supieran lo maravilloso, lo glorioso, lo extraordinario que es esta hermosa gloria de Nuestro Señor, creada para cada uno de Sus hijos, ya se habrían dado la vuelta, ya habrían dado su SÍ a Mi Hijo y estarían en el camino de preparación para este maravilloso mundo, porque no hay nada comparable aquí en su tierra y lo que experimentan [sienten] en Nuestros Santos Lugares es sólo una «copia barata» de lo que les espera en esta maravillosa Nueva Gloria!

¡Mis hijos, ustedes serán felices! ¡Llenos de amor! ¡La paz siempre estará con ustedes y con todos y compartirán su amor con todos! Es simplemente maravilloso, la plenitud completa y nada, absolutamente nada jamás los volverá a hacer sentir triste o enojado.

En el Nuevo Reino no hay ira ni tristeza ni cualquier otra cosa que el diablo les haya causado como sufrimiento. El diablo ya no existirá. Será arrojado al lago de fuego junto con todos sus malvados, aberrados e inhumanos seguidores.

Su mundo terminará, es decir cambiará completamente. ¡Habrá 12 naciones y el «Cielo» estará con ustedes! Ninguno de Nuestros hijos puede imaginarse esto, porque ninguno de Nuestros hijos jamás ha vivido así. Incluso Nuestros santos (durante su vida terrenal) y los hijos videntes sólo pueden adivinar cómo será esto. ¡Realmente supera a TODO!

Mis hijos. Abran sus corazones a Mi Hijo, su Jesús, y luego vengan conmigo a este maravilloso Nuevo Mundo que les dará todo lo que se les ha sido prometido desde siempre.

Que así sea, Mis hijos. Los amo. Amén.

Su Madre en el Cielo.
Madre de Lourdes.

259. Es su camino de conversión el que les permite entrar en la Nueva Gloria del Señor — 04.09.2013

Amén, les digo esto:

Quien no confía en la palabra de mi Madre,  

quien no se vuelve bueno y puro de corazón y alma, 

quien no se purifica, no se arrepienta y no se esfuerza, pare él el reino de los cielos se le quedará cerrado, porque

es Mi Madre la que tiene asignada esta misión de salvación de las almas,

es su confianza en Nosotros la que los llevará al Padre, y  

es su camino de conversión el que les permite entrar en la Nueva Gloria del Señor, Mi Nuevo Reino, creado para todos los niños de esta tierra con el más profundo amor porque todos ustedes son hijos de Dios, hijos del Padre Celestial que los ama tanto.

SU amor por ustedes, Mis queridos hermanos y hermanas, es tan infinitamente grande que ÉL ha creado un Nuevo Hogar para ustedes donde podrán vivir en profunda paz y perfecta plenitud sin maldad ni pecado.

SU amor por cada uno de ustedes es tan infinitamente grande que ÉL envió Su Espíritu Santo para darles claridad, SU claridad y la verdad.

SU amor por ustedes, hijos Míos, es tan infinitamente grande que ÉL envió a todos sus ángeles, a los santos y a Mi Madre Santísima a la tierra para que ellos proclames SU Palabra y para que se despierten, para que se puedan arrepentir y preparar para el Nuevo, Hermoso tiempo que los espera en Mi Reino.

SU amor por cada uno de ustedes es tan infinitamente grande que ÉL Me envió a Mí, Su Santo Hijo, a la tierra para vivir entre medio de ustedes para enseñarles y luego librarlos del pecado que ahora está desenfrenado, y éste lo «pagué» para ustedes con Mi muerte en la Cruz para explicárselo en su lenguaje.

Entonces, vengan pues, conviértanse al Señor porque es ÉL, el Único y verdadero Dios, el Creador de todo Ser y de su existencia, por tanto, corran a ÉL, a sus brazos amorosos ¡y vivan para siempre con ÉL y conmigo!

Los esperamos a cada uno de ustedes con gran alegría en Nuestros corazones, por lo tanto, no vacilen y vengan a Nosotros. El Padre los curará y cuidará de cada uno de sus niños, y nunca más les faltará nada.

Vengan, hijos Míos, vengan, porque pronto se abrirán las puertas de la Nueva Jerusalén. Entonces deben estar purificados y preparados, porque sólo un corazón puro puedo llevar conmigo a Nuestro Nuevo Hogar.

¡Vengan y denme su SÍ! Entonces todo estará bien para ustedes.

Los amo, a cada uno de ustedes.

Con un profundo amor,

Su Jesús.

Amén.

258. ¡Deben estar preparados para distinguir a Mi verdadero Hijo del hijo del maligno! — 03.09.2013

Mi hija. Mi querida hija. Se están cometiendo serios ataques contra ustedes [contra ti y tu familia]. Acéptenlos. Llévenlos al Padre, y luego continúa tu viaje con Nosotros, hacia Nosotros y completamente a Nuestro servicio. Nada malo les ocurrirá. Puedes estar segura de aquello, porque eso es lo que te prometemos.

Mi hija. El tiempo apremia. Tantos de Nuestros ovejitas todavía tienen que ser pastoreados, es decir, preparados para el tiempo que viene, para que puedan aceptar y soportar el sufrimiento que invadirá su tierra y para que estén preparados para distinguir a Mi Verdadero Hijo del Hijo del Mal, para resistirlo a Él y al grupo malvado, para que no caigan en su trampa, no lo siguen y no se sometan a él, y para que luego reconozcan a Mi Único Verdadero Hijo, su Jesús, LO saludan con alegría y para que vayan con Él.

Mis hijos. Los tiempos no se están volviendo más fáciles, pero pueden estar seguros de que siempre estamos con ustedes. ¡Llámennos y vendremos! ¡Pídannos ayuda y les ayudaremos! Oren, oren, oren, porque su oración es fuerte y poderosa y pondrá dique al maligno.

Vengan a Nosotros, a Mí, a Mi Hijo, y grande será la alegría de todos Nosotros, porque en el día de la gran alegría cuando Jesús venga a ustedes, cuando luche contra el animal y los libere a ustedes, cuando vence y luego los lleve con Él, las profecías se habrán cumplido y todo el sufrimiento llegará a su fin. El mal ya no existirá, y la paz eterna se les será dada. Mi amor paternal los llenará a cada uno de ustedes, porque YO los enrollo y inundo con él. La verdadera alegría y la más profunda felicidad serán parte de su vida cotidiana, y estarán tan felices y agradecidos que Me rendirán homenaje a MÍ. No hay nada más hermoso para Mí que saber que tantos de ustedes encontrarán su camino a casa, y Mi alegría será sumamente grande cuando este día finalmente amanezca.

Así que vengan a Nosotros, a Mi Hijo y a Mí, y eternamente compartiremos Nuestra vida en el amor con cada uno ustedes en la más grande felicidad y en la perfecta plenitud.

Los amo, hijos Míos tan amados por Mí, y espero con alegría este gran día.

Eternamente unidos,

Su Padre en el Cielo.
Creador de todos los hijos de Dios y creador de todo Ser.

 

«Amén, les digo esto:

Escuchen lo que les dice Mi Santo Padre, porque ÉL Quien es el verdadero amor, ÉL Quien es la única verdad, ÉL Quien les envió su Espíritu Santo, los ha hablado.

Los amo,

su Jesús.»

Gracias, Mi hija. (Madre de Dios).

257. ¡La mano castigadora de Mi Padre traerá la justicia! — 02.09.2013

Mi hija. Mi querida hija. Escribe, hija Mía. Sí, Me viste a Mí en el cielo en la Cruz y también viste al Espíritu Santo de Mi Padre que ha sido enviado para iluminar el mundo y los corazones de Nuestros hijos en esta tierra tan hermosa.

Disfruten de estos últimos días que les quedan, porque ya pronto todo será diferente. Primero el sufrimiento, mucho sufrimiento que hará fluir muchas lágrimas, invadirá su mundo tan maravilloso, que unos pocos comenzaron a destruir por la codicia y la avaricia, por la obsesión del poder y la adicción al control.

Siempre han existido estos terribles egocéntricos y egoístas y ahora ellos han «conquistado» su mundo y difundido su «enfermedad» por todo el mundo. Más y más hijos de Dios han sido contaminados por la «enfermedad del pecado», y ahora ha llegado al punto en que ustedes están siendo dominados por el animal.

Su maravilloso mundo ahora está llegando a su fin porque la mano castigadora de Mi Padre traerá la justicia, es decir aquellos que son fieles a ÉL, EL salvará a través de Mí, su Santo Jesús, pero aquellos que hacen el mal en su tierra y con los hijos de Dios tan amados por Nosotros serán castigados.

El que no se convierta y abandone el pecado a tiempo experimentará un duro despertar, pero al quien sea bueno y devoto al Señor se le regalará el Nuevo Reino.

Mis hijos. Mis hijos, tan amados por Mí. ¡Despierten y dense vuelta! ¡Denme a Mí, su Jesús, su SÍ y luego corran a los brazos Santos, amorosos y abiertos de Mi Padre que es el Padre de todos Nosotros!

Entren conmigo en el Nuevo Paraíso y vivan finalmente como hijos felices y libres de Dios, porque se les dará la paz, se les quitarán sus preocupaciones y vivirán felices, contentos y en plenitud a Mi lado.

Pero los que no Me dan su SÍ: ¡Estén advertidos, ustedes almas perdidas e infelices, porque están construyendo su futuro sobre arena! Todo les será quitado, y nunca experimentarás alegría y felicidad. Serán infelices para siempre y vivirán su existencia con tristeza y luto, porque su alma, que es inmortal, sufrirá por toda la eternidad y será torturada, atormentada y quemada.

Así que, regresa [tú, que estás leyendo esto] y ven a Mí, para que yo también pueda llevarte conmigo a la Nueva Jerusalén. Tan pronto como estés conmigo, te tendré en Mis brazos y finalmente podrás ser completamente TÚ mismo y sin tener que fingir. Cree, Mi hijo, porque te amo. Así será. Confía en Mí.

Amén.

Su Jesús que los ama tanto.
Redentor de todos los hijos de Dios.

«Por favor, ¡conviértanse, Mi tan queridos rebaño de niños! Su Madre en el Cielo».

256. ¡Oren para estos hijos para que reconozcan el camino a tiempo! — 02.09.2013

Mi hija. Ustedes tienen que darse prisa. Tantos hijos aún no se han encontrado con Mi Hijo. No se convierten, no LE dan su SÍ, el requisito de ser llevado al Nuevo Mundo. ¡Oren por estos hijos para que reconozcan el camino a tiempo, la luz de Dios que arde también en sus corazones! Recientemente les dimos una oración adecuada (No 27, mensaje 225 de este libro), por favor, órenla por todos Nuestros hijos que están buscando pero que aún están perdidos.

Oración No. 28: Oración para el acceso al Nuevo Reino 

Señor, enciende Tu luz en estas almas para que ellas también encuentren la salida de la oscuridad y hacia ti.

Señor, ama a estos hijos especialmente, porque es Tu amor que los despierta, Tu cuidado que les permite confiar y Tu omnipotencia que los hace maravillarse y encontrarte.

Ayuda a tus hijos perdidos, a los que buscan y a todos tus hijos de esta tierra a darle su SÍ a Tu hijo, para que ellos también puedan acceder a Su Nuevo Reino.

Gracias, querido Padre. Te amo, y quiero servirte y darte mi fidelidad por siempre.

Amén.

 

Oren esta oración por todos los hijos de Dios, y oren la oración por recibir el Espíritu Santo, No. 27, mensaje 225. Gracias, hijos Míos, los amo.

Su Madre en el Cielo.

Mi hija. Rezar esta oración ayudará a salvar a muchos de Nuestros hijos más. Récenla sinceramente y con amor. Les doy las gracias.

Con profundo afecto,

Su Madre en el Cielo.