297. ¡No se dejen cautivar por los obstáculos y perturbaciones que el diablo esparce! — 08.10.2013
Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santa Madre en el Cielo, estoy aquí contigo y te guío. No te desesperes nunca, porque todo lo que cargamos sobre tus hombros es para la salvación de otras almas para que Mi Hijo pueda alcanzarlas y transformarlas, dándoles así una oportunidad de la eternidad en el Paraíso. […]