391. ¡Lo que viene ahora es la última astucia de la bestia! — 28.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir. Diles a Nuestros hijos que los amamos mucho y que el tiempo prometido amanecerá ya pronto. La paz de 1000 años les será dada a todos, siempre y cuando que hayan confesado se fe en Jesús, Mi Hijo que tanto los ama. Un SÍ a ÉL y su vida cambiará positivamente y sentirán a Jesús y las maravillas del cielo se les serán dadas.

Mis hijos. No esperen más, porque la hora está cerca. No confíen en sí mismos ni en otras personas, porque la gran división aún está por llegar, y ustedes se sentirán traicionados si han creído en la gente. Muchos de ustedes perderán su eternidad de el amor y la paz, porque no creyeron en Jesús, sino que confiaron en «extraños».

¡Estén advertidos! Sólo el que confíe en Mi Hijo será salvado, pero los demás serán entregados al diablo, pues esto, lo que viene ahora es la última astucia de la bestia para capturarlos, encadenarlos a sí y llevarlos al infierno con él como «corderos de sacrificio». Su derrota lo enfurecerá tanto que se desquitará con almas inocentes y perdidas. Despreciará y atormentará a todos los que no le dieron la victoria, pues culpará a ellos por su derrota y la consecuente condena suya y, por tanto, los torturará aún más.

Mis hijos. Vuelvan y den su SÍ a Jesús. Sólo así se puedan alcanzar la eternidad en paz. Sólo así su alma encontrará la salvación y sólo así podrán entrar en la eternidad del Padre, de vuelta a casa, a su Creador que los ama íntimamente.

Denle a Jesús su SÍ y comiencen a dejar que todas las bellezas del cielo entren en su vida. Amén.

Su Madre en el Cielo Quien tanto los ama.

Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi hija. (La Madre de Dios y Jesús sonríen cariñosamente.)

390. ¡El tiempo de preparación terminará pronto! — 27.12.2013

Mi niña, Mi hija, Yo, tu Jesús, te amo mucho y te agradezco todo tu trabajo, dedicación y amor por Nosotros. Mi Madre te ha elegido, porque conoce tu corazón.

Ámenla como a su propia Madre, porque Ella es la Madre Celestial de todos Nuestros hijos y se Le debe amor y honor y oración. Respétenla y confíen en Ella, porque Ella los lleva a Mí, a su Jesús.

Mis hijos. Los espero a cada uno de ustedes con los brazos abiertos y conduzco a todos los que Me den su SÍ a la casa del Padre. Entonces su alma podrá ser feliz y nunca más tendrá que llevar cargas.

Mis hijos. El tiempo de los 1000 años de paz está ya muy cerca y todavía no se han convertido todos Nuestros hijos. Por eso, los invito a rezar (de nuevo) especialmente por los hijos perdidos, pues sólo a través de la benévola oración de ustedes podré llegar también a ellos. Recen la oración al Espíritu Santo que les hemos dado para ello.

Mis hijos. No queda mucho tiempo y el tiempo de preparación terminará pronto. Manténganse siempre preparados para Mí, porque nadie conoce la fecha en la que vendré a ustedes, pero el Padre Me ha revelado a Mí, su Santo Jesús, que será pronto. Así que vengan a Mí todos, purifíquense y sean buenos unos con otros, entonces nada malo les ocurrirá y su alegría previa de verme será grande.

Vengan, Mis hijos, vengan, porque así Nuestra reunión será una gran fiesta. Amén. Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Salvador de todos los hijos de Dios. Y Dios Padre con María, la Madre Celestial de ustedes. Amén.

Mi hija. Divulga esto, pues es de suma importancia que Nuestros hijos se preparen ahora.

Gracias, Mi hija. Tu Madre en el Cielo. Amén.

389. ¡Por una cierta razón ustedes han nacido en su familia! — 26.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Buenos días. Gracias por todo su trabajo en el día de Navidad. Se lo agradecemos y los amamos mucho a ustedes. Por favor, transmita estos agradecimientos. Gracias, Mi hija.

Mi hija. Háganse un lindo día y disfruten de la unión en familia.

La familia es lo más importante que tienen ustedes como seres humanos aquí en la tierra y debería ser sagrada para todos ustedes, pero lamentablemente no es así. Muchos de Nuestros hijos están peleados en la familia. Los hijos con sus padres, los hermanos entre sí y luego las peleas dentro de la familia más extensa.

Mis hijos. ¡Lleven el amor en sus corazones los unos por los otros! ¡Amen a sus hijos! ¡Amen a sus padres! Complázcanse los unos a los otros y no dejen que surjan peleas a causa de la envidia y otros sentimientos encendidos por el diablo.

¿Qué es un niño que no puede confiar en sus padres? ¿Cómo va a crecer si sus padres no le dan amor? ¿Cómo se sienten los padres cuando sus hijos se vuelven codiciosos y egoístas con ellos? ¿Cómo se sienten los abuelos cuando son deportados por ser «demasiado viejos»?

El sufrimiento que ustedes se están haciendo unos a otros en el seno de sus familias es infinitamente grande y polifacético. Recuerden, Mis queridos hijos, que han nacido en su familia por una cierta razón. Dios Padre no deja nada al azar, pues todo lo que ÉL crea y ha provisto tiene una razón profunda, muchas veces incomprensible para ustedes.

Acéptenlo. ¡Sean agradecidos por la familia que tienen! Y aquellos de ustedes que vienen de familias verdaderamente rotas: ¡Ábranse al Padre! Ofrézcanle todo a ÉL. ¡Entréguense a Jesús! Y verán como cada vez se produce más curación en ustedes y en su entorno, es decir también y especialmente en su familia cuando oran en esta intención, pidan y ofrecen sacrificios por ello (visitas a la misa, por ejemplo, velas y/o lo que puedan/quieran hacer por la curación de ustedes mismos y su familia).

El Señor es omnipotente y en Su omnipotencia realiza lo que parece imposible, porque para ÉL, el Padre Todopoderoso, nada es imposible, y en Su bondad y Su misericordia concede milagros y gracias a quien encuentra el camino hacia ÉL y se lo pide.

Por lo tanto, Mis hijos, den su SÍ a Jesús y comiencen este tan maravilloso y sanador camino hacia Dios, su Padre en el Cielo. Los amo.

Su Madre en el Cielo

Madre de todos los hijos de Dios

«Mi Madre habla la palabra verdadera. Crean y confíen y pónganlo en práctica. Yo, su Jesús, los ayudo tan pronto Me lo pidan. Amén. Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Salvador de todos los hijos de Dios.»

(Dios Padre sonríe amorosamente.)

388. El padre está preocupado — 25.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir. Mi hija. Yo, tu Santo Padre del Cielo, les doy las gracias por su trabajo. Por favor, transmita Mi agradecimiento a los que te están ayudando y también a tu familia que tiene que prescindir de ti durante este trabajo, que es sin lugar a duda mucho y dispendioso.

Mis hijos. El tiempo del fin ha comenzado y pronto habrá terminado, pues las últimas profecías están a punto de «cumplirse» y entonces todo sucederá muy rápidamente.

Purifíquense, Mis amados hijos, porque Yo, su Padre en el Cielo, quiero que todos ustedes estén preparados para Mi Santo Hijo Jesús. Acérquense todos a ÉL y denle su SÍ, porque sólo así podrán entrar en el glorioso paraíso que he preparado para ustedes en el Nuevo Reino.

Los amo tanto, Mis queridos hijos, y si sintieran Mi amor ya estarían conmigo y con Mi Hijo.

Conviértanse, Mis tan amados hijos, y dejen que Mis milagros entren en sus vidas.

Su Padre en el Cielo.

Creador de todos los hijos de Dios y creador de todo el ser.

«Mi hija. El Padre está preocupado. Hay muchos hijos que todavía vagan, demasiado pocos aún han confesado si fe en Su Hijo hasta ahora. Muchos hijos de Dios se perderán en el día de la gran alegría, porque no se han preparado.

Quien no aprovecha a al último Aviso del Señor tendrá las profundidades del infierno abiertas para él, porque ÉL se ha negado a sí mismo el camino hacia el Reino de los Cielos.

Así que vengan a Jesús y comiencen a vivir su vida con ÉL. ¡Entréguense a ÉL! Inviten a ÉL que entre a su corazón, a su casa, a su vida. Comparten todo con ÉL y denle su fidelidad y confianza.

Serán los hijos fieles, los que se han entregado completamente a Jesús, los que cosecharán los frutos del paraíso, pero los que no se han unido a ÉL cosecharán la tribulación, el tormento y la miseria del diablo, que tiene reservada para todas las almas robadas.

No sigan perdiendo el rumbo y no se extravíen más, sino vuélvanse al Padre y el Hijo, que ELLOS moldeen su vida por ustedes.

Mis hijos. El Hijo es el camino hacia el Padre y el Padre es su casa. Sólo con ÉL serán hijos felices. Sólo con ÉL experimentarán la paz. Sólo ÉL podrá sanarlos con su amor omnipresente, y sólo con ÉL se les permitirá ser tal y como son: sin máscaras, sin fachadas, sin maquillaje y sin disfraces. Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama con los ángeles del Señor y los santos. Amén.

Divulga esto. Gracias, Mi niña, Mi hija. Amén.

387. ¡En cuanto empiecen a vivir con Jesús, se les abrirán las puertas del cielo! — 24.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir. Siéntate conmigo y escucha lo que quiero compartir con Nuestros hijos hoy:

Hace algo más de 2000 años a Mí, su Santa Madre en el Cielo, Me fue comunicado por el Arcángel Gabriel la Buena Noticia que naciera el Señor a través de Mí, Su sierva elegida.

Mis hijos. Yo también era sólo una sierva del Señor, que se esforzaba por vivir según Su voluntad y así complacerle a ÉL, porque el amor del Señor era todo lo que Yo, la pequeña María, anhelaba.

Jamás habría ni si quiera soñado que podría ser Su sierva elegida para esta gran misión, pero el Señor Me eligió a Mí, Su humilde alma, para recibir y dar a luz al más bello, al más maravilloso, al más bendito y al más milagroso de todos los regalos, Su Santísimo Hijo que ÉL dio al mundo para traer la paz a los corazones de la humanidad e inundarlos de amor, para perdonar sus pecados y concederles la entrada en Su Reino maravilloso que supera todo a través de la redención que Su Hijo encarnado traería -y ha traído- para ustedes, Su rebaño de hijos, para que cada hijo pueda volver a ÉL, al Padre Todopoderoso, y pueda vivir en el verdadero y divino amor del Señor.

Hoy, después de estos 2000 años, esta redención es inminente para todos los hijos de la tierra, pues con el regreso del Señor, la Segunda Venida de Su Hijo, se cumplirá la profecía de 1000 años de paz en Su Nuevo Reino, sin embargo, Mis tan amados hijos, sólo serán llevados aquellos que hayan profesado su fe en ÉL, Jesús, su Salvador.

Por eso, Mis hijos tan amados por Mí, los imploro: ¡Conviértanse! ¡Devuélvanse! ¡Prepárense para Mi Hijo! Porque una vez que ÉL esté aquí, será demasiado tarde para muchos de ustedes.

Escuchen Mi llamada maternal, que viene de las profundidades de Mi Corazón que tanto los ama, y corran a Jesús, a Sus brazos abiertos, tan amorosos.

¡Denle a ÉL su SÍ y comiencen a compartir su vida con ÉL! Inviten a ÉL que venga a sus corazones, a su mesa, a su lado. ¡Compartan cada día de nuevo con ÉL! ¡Conságrense a ÉL! Entréguense a ÉL. Y ámenlo a ÉL.

Mis hijos. En cuanto empiecen a vivir con Jesús, se les abrirán las puertas del cielo y les sucederán cosas maravillosas.

Crean y confíen, porque así será.

Los amo, Mis hijos, y de corazón les deseo una Navidad bendecida en la alegría de Mi Hijo y en profundo amor divino.

Gracias, Mis hijos, por responder a Mi llamada.

Su Madre en el Cielo Quien tanto los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

(Dios Padre y Jesús están allí y llevan a la Madre de Dios en medio Ellos. Entonces suben juntos al Cielo y envían Sus gracias, que hoy son demasiados grandes, sobre toda la tierra. Están sonriendo con cariño.)

«La celebración en el Cielo será grande hoy». Un ángel del Señor en la puerta del Cielo.

(Veo como ellos (santos, ángeles, etc.) se están todos reuniendo para celebrar la fiesta del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Es hermoso.)

«Mi hija. Informa de esto a Nuestros hijos. La temporada navideña continúa hasta la Epifanía. Amén. Esta es la estación del año bendita. Amén». (Madre de Dios y Jesús)

386. ¡Vean la mano extendida del Señor y acéptenla! — 23.12.2013

Estoy triste porque ustedes no honran al Señor. Gastan su tiempo en cosas materiales y no se dan cuenta de lo que es lo más importante. La Navidad es la fiesta de Cristo. El Señor les ha nacido, pero a la mayoría de ustedes no les importa. EL vivió para ustedes. EL murió por ustedes. EL les quitó toda la culpa. Él los ama. Si embargo, ustedes LO ignoran, LO pisotean, LO deshonran, profanan Sus iglesias y se burlan de ÉL.

Mis hijos. Detengan esto, porque la caída será la suya. Vean la mano extendida del Señor y acéptenla, de lo contrario vendrá el diablo. Ése los quemará en el lago de fuego y les infligirá el mayor tormento. Así que acepten la mano del Señor y comiencen a amarlo nuevamente. Porque sólo ÉL es el camino a la eternidad, pero el diablo es el camino al infierno.

¡Despierten! Prepárense, porque el Señor vendrá de nuevo. Quien no se vuelva a ÉL se perderá, porque quien niegue su SÍ al Señor le da al diablo poder sobre sí mismo, y ése lo arrastrará con él a la condenación eterna.

¡Así que vengan a Jesús! Muéstrale respeto y honor. Entonces ÉL realizará Sus milagros en ustedes y los llenará del amor del Señor.

Vengan antes de que sea demasiado tarde.

Yo, su San Josep de Calassenç, se lo digo. Amén.

Vete, Mi hija. La bendición del Señor sea contigo y los tuyos. Díselo también a N.N. y a su familia. Amén.

385. ¡El Santo Padre del Cielo les está concediendo en estos días gracias extraordinarias! — 23.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias que hayas/an venido. Feliz Navidad también para ustedes, Mis hijos. Celebren esta fiesta en la contemplación y lleven el amor en sus corazones por todos los que sufren penurias y/o no saben experimentar el amor del Señor, especialmente en estos días.

Mis hijos. Acuérdense de todos los hijos de Dios de esta tierra especialmente en estos días y oren para todos ellos. La bendición del Señor estará con ustedes y con aquellos por los que oren.

Mis hijos. ¡Entren en contemplación! Lleven el amor en sus corazones y disfruten de este maravilloso tiempo, porque las gracias del Cielo son grandes y el Santo Padre del Cielo les está concediendo en estos días gracias extraordinarias.

Mis hijos. Encuentren todos ustedes el camino hacia Mi Hijo y entréguense completamente a Él. Entonces, por fin, sus corazones pueden sanar y experimentar el amor perfecto del Padre. Su alma también sanará, pues el Padre le quita toda la carga a través del Hijo, pero deben reconocerlo a ÉL y darle su SÍ. Todavía no es demasiado tarde para esto, pero no hay que perder tiempo. El tiempo de la preparación terminará pronto, y entonces será demasiado tarde para ustedes. El diablo se apoderará de su alma, porque no han elegido el camino a casa, por lo que se han extraviado y no se dieron cuenta del peligro a tiempo.

Dense vuelta, Mis hijos, y déjense llenar por el amor de Mi Hijo. EL Que es Santo fue enviado por el Padre para redimirlos, y con esta Navidad celebran esta gran alegría y la esperanza encarnada, la «Fiesta de la Redención».

Mis hijos. Jesús los ama. Él quiere abrazar a cada uno de ustedes con su Amor Divino y llevarlos a casa, al Padre, porque EL sabe lo difícil que es la vida en la tierra, EL sabe lo astutas que son las tentaciones del demonio, EL sabe de todas sus preocupaciones y miedos y quiere liberarlos y redimirlos de la desgracia que se han forjado ustedes mismos.

Dense una oportunidad a ustedes mismos y a ÉL, porque Su amor por ustedes es tan grande que ustedes serán curados* en el acto en cuanto se hayan involucrado realmente con ÉL. Que así sea. Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

(*Nota: Aquí no se refriere a la curación física).

«Dile al mundo que ore por Mis hijos. Díselo a toda la gente, porque todavía se necesita mucha oración y muchas almas de muchos niños están sufriendo en agonía.

Oren por los más pequeños, pero oren también por sus padres. Amén.

Gracias. Una feliz fiesta.

Su Santa Teresa del Niño Jesús.»

384. ¡El Señor ahora pronto enviará a su Hijo a la tierra! — 22.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Dile a Nuestros hijos que mantengan la paz en sus corazones. Diles que permanezcan en el amor y que sean buenos los unos con los otros – y diles que se preparen para el Señor, porque pronto Jesús vendrá a ustedes y los llevará con ÉL, y para esto ustedes deben estar preparados y libres de pecado.

Mis hijos. No hay nadie entre ustedes que esté libre de pecado, sin embargo, sí hay aquellos hijos entre ustedes que buscan los Santos Sacramentos y se esfuerzan por no ceder al pecado. Es decir, ellos viven su vida con Nosotros, visitan la Santa Confesión, viven lo mejor que pueden como Dios Padre quiso, y cuando faltan [caen en pecado] se arrepienten, hacen penitencia y también aceptan el sufrimiento por los demás, por los que viven lejos del Señor.

Ellos oran por todas las personas, y piden por todos. Viven en su mayoría introvertidamente. No se «complacen» con cosas externos terrenales, es decir, se mantienen alejados de las distracciones del diablo lo mejor que pueden. Ellos anhelan sólo a Nosotros, pues su verdadera alegría está en el Señor, y nada puede llenar sus corazones excepto el Señor mismo, así como a través de Nosotros, Sus Ayudantes Celestiales.

Mis hijos. Una vida en lo exterior llava consigo grandes peligros para todos Nuestros hijos, porque el diablo los acecha en cada esquina. Está en cada recodo del camino y está siempre presente para captar las almas.

Por lo tanto, ¡vuelvan a su interior! Vuelvan a contemplar a Dios, Nuestro Señor, y a Jesús, Su Hijo encarnado para ustedes. Encuentren el camino que los hace feliz, porque es sólo el camino hacia el Señor, de vuelta a casa, a su Creador, el que los llena de verdad y les da así una felicidad duradera.

Vengan, Mis hijos, vengan y vuelvan a entregarse ustedes mismos y a sus vidas al Señor. Quien encuentre su camino hacia el Padre alcanzará la eternidad, pero quien siga huyendo hacia lo exterior experimentará mucho sufrimiento en el aquí y ahora, y la eternidad al lado del Señor no le será concedida.

Así que vengan, Mis hijos, y denle a Jesús su SÍ. Entonces Sus milagros también pueden comenzar en su vida y su corazón puede danzar lleno de alegría. El camino del Señor es el camino a la eternidad, a la felicidad, a la alegría, a la paz y el amor. Al que la recorre no le faltará nada, pues tiene todo lo que necesita y siempre será cuidado.

Así que vengan, Mis hijos, y no esperen más, porque el tiempo de preparación es corto, y el Señor ahora pronto enviará a su Hijo a la tierra.

Aprovechen esta oportunidad y denle a Jesús su SÍ, entonces este encuentro será de la mayor alegría y belleza.

Que así sea.

Los amo.

Su Madre en el Cielo y los Santos. Amén.

383. Conságrense a Mí en esta Navidad y desde ahora vivan completamente conmigo — 21.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate conmigo, Mi hija, y escucha lo que tengo que decir al mundo:

Yo, su Jesús, concederé Mi Amor a cada uno de ustedes que Me deje entrar en su corazón. Yo lo guiaré, lo sanaré y lo cuidaré, pero debe entregarse y encomendarse completamente a Mí, su Jesús.

Mis hijos. Quien se entrega completamente a Mí no sufrirá, porque su alma se ha encomendado a Mí y Yo la protegeré y la purificaré, la sanaré y la elevaré.

Mis hijos. Entréguense totalmente a Mí, su Santo Jesús, porque Mi Misericordia perdonará todos sus pecados. Mi bondad cuidará de ustedes y Mi Amor los inundará, pero deben venir a Mí, su Jesús que tanto los ama, encomendarse, entregarse y consagrarse completamente a Mí, porque entonces podré obrar Mis milagros en y sobre ustedes y su alegría será grande y maravillosa.

Su corazón estará leno de Mi Santo Amor y sus preocupaciones se desvanecerán. El maligno, aunque los persigue, porque quiere robar todas las almas y especialmente las más cercanas a Mí, ya no tendrá poder sobre ustedes, porque ustedes están bajo Mi protección y Mi cuidado, y nada puede hacer el diablo para causar un daño duradero.

Mis hijos. Confíen completamente en Mí. Entréguense ustedes mismos, sus vidas, sus seres queridos y todos sus asuntos a Mí. Entonces un trozo del cielo ya habitará en ustedes y ustedes empezarán a entender los secretos del Señor. Aprenderán a involucrarse cada vez más en lo que el Padre ha pensado para ustedes desde el principio de los tiempos, y llevarán una gran alegría en su corazón.

Mis hijos. Conságrense a Mí en esta Navidad y desde ahora vivan completamente conmigo.

Los amo, Mis hijos. Pronto el Padre Me enviará a ustedes, porque el fin está cerca y los días del diablo están contados. Perseveren y vengan a Mí.

Su Jesús Quien los ama.

Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.

«Mi Hijo ha hablado. Sigan Su llamada, pues todo aquel que se Le entregue a ÉL, se consagre y se encomiende a ÉL, le concederé Mis gracias especiales. Que así sea.

Su Padre en el Cielo Quien los ama. Amén.»

«Mi hija. Divulga esto. El segundo día de la fiesta de Navidad sería/es un hermoso día para este mensaje. Amén. Tu Madre en el Cielo.»

«Que así sea». Dios Padre sonríe.

382. ¡Vuelvan a encontrar a los verdaderos valores de la vida! — 19.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir. El tiempo previo a la fiesta de Mi Santo Hijo es un tiempo especial y sirve para preparar su alma y su corazón para el nacimiento y el regreso de Mi Hijo.

Aprovechen este tiempo como tal y vuelvan a contemplar el valor y la esencia de la vida, porque es el amor lo que deben vivir, sin embargo, el diablo les ha «vendido» otra cosa bajo el concepto de amor y ahora ya no entienden lo que es el amor, sino que están vagando en el pantano del diablo, envuelto en velos de niebla y no ven que es lo esencial, no ven que Dios Padre los está esperando, no ven para qué sirve esta vida aquí en la tierra y no ven la mano tendida de Mi Hijo que quiere liberarlos de este pantano.

Mis hijos. Den su SÍ a Jesús y vuelvan a encontrar a los verdaderos valores de la vida. Trátense con respeto, a ustedes mismos y a sus hermanos, y amen al prójimo como a sí mismos. Esto es tan difícil para ustedes, porque no ven en el corazón del otro. Tengan la certeza de que hasta el más malvado sigue teniendo un corazón y que en algún lugar ahí todavía hay una pequeña luz encendida. ¡Pero con su amor deben hacer que esta luz brille en la otra persona, para que ella (la otra persona) también pueda volver a descubrir y vivir el amor en sí misma!

Mis hijos. Los amo tanto. Encuentren el camino hacia Mi Hijo, entonces encontrarán el camino a casa. Nada los detendrá en este camino de amor y serán ricamente bendecidos, porque quien haya encontrado a Mi Hijo será bendecido con las gracias del Señor y le ocurrirán Sus milagros.

Mis hijos. Enfrenten a todas personas con amor y recuerden que, si el otro es grosero, pendenciero y malvado, está extraviado. Oren por él, que el Espíritu Santo le ilumine y vean siempre la llama del Señor en el otro. Entonces les será más fácil soportar las maldades y el otro será cambiado por su oración.

La omnipotencia del Señor no tiene límites, así que entréguenle a ÉL todos hijos. No peleen, sino pidan por la paz al Señor.

Los amo. Aguanten un poco más. Vuelvan a su interior y oren en las intenciones de Mi Hijo, porque todavía se necesita mucha oración.

Gracias, Mis hijos.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Oren por los niños. Sus oraciones serán escuchadas».

Su Santa Teresa del Niño Jesús