100. Fríos y sin compasión por sus prójimos — 14.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate conmigo. Yo, tu Madre en el Cielo he venido.

Mi hija. Los tiempos no son buenos. Cada vez más personas están perdiendo su sustento económico, su techo, ya no pueden permitirse nada e incluso sufren hambre.

Éste Este es un mal estado que ha infestado su mundo, y no hay nadie en su mundo que realmente quisiera cambiar ese estado.

Todos piensan solo en sí mismos, están invadidos por el miedo: «Ojalá que esto no me pase a mí» y sigan lucrando aún más por sí mismos, en lugar de ayudar a quienes sufren necesidades.

Éste Este es su mundo civilizado de hoy, así es como se ve en el CENTRO de Europa, la cuna de la justicia social que no es socialmente justa ni benevolente para sus habitantes, sino donde en todos los países, en todas las posiciones que prometen un poco de poder, se han petrificado los corazones de las personas.

Fríos y sin compasión por su prójimo de quien se deberían preocupar, pero de quien mejor no quieran saber nada, lo dejan al costado del camino, lejos de la sociedad de alta tecnología y glamour, aspiran por saciar su codicia, pero nunca la sacian, están pecando contra Mi Hijo, porque Mi Hijo vive en cada uno de ustedes y a través de cada uno de ustedes – así ya está escrito en la Biblia: lo que le hacen a su prójimo, a Mí también Me me lo hacen* – pero como ustedes han expulsado a Jesús de su vida, corrido y enterrado para que ya no tengan que tener una conciencia mala y para que ahora puedan justificar sus pecados, ustedes y su alma entran cada vez más profundo al abismo, y se vuelven cada vez más fríos frente a sus prójimos y ni se avergüenzan por su comportamientos, ni quieren ver cuánto sufrimiento han causado.

Ustedes solo se ven a sí mismos y al mundo ilusorio que los rodea. Los más ricos se quejan de lo pobre que fuesen, y tienen razón, porque no es otra cosa que gran pobreza espiritual que aflige a una persona así, que con el corazón frío se va encima de sus prójimos, los explota, les quita sus casas y les paga mal o, incluso, ni les paga, dejándolos al costado del camino todavía queriendo más para sí mismo mismos, para luego «jactarse» y «alardear» entre sus supuestos amigos y alejarse más y más de Dios y de Mi Hijo, Jesucristo, y de esa manera excava su propia tumba: una eternidad en el infierno, ardiendo en compañía de Satanás, quien luego lo torturará con todo lo que él hizo antes con sus hermanos y hermanas.

Mis hijos, si no vuelvan vuelven a tiempo y se conviertan convierten a Mi Hijo, no los les espera nada bueno. Miren más allá de lo ahora. Mi hijo está aquí y los está esperando, cada uno de ustedes, con los brazos abiertos. Tomen Su mano que Él les extiende tiernamente y dejen guiarse a un mundo donde el amor fluye y la paz reina. ¡No sean tontos! No pongan en juego su oportunidad de Vida Eterna con Mi Hijo en el Paraíso.

Satanás los ciega con esta apariencia, este esplendor, y con poder y dinero. Pero ¿quién de ustedes está realmente lleno de amor, paz y verdadera felicidad? ¿Con una alegría que les permita abrazar el mundo y con una confianza y esperanza que harán que su corazón se vuelva tan grande como no habrían creído que fuese posible? ¿Quién de ustedes puede afirmar que él es realmente feliz? ¿Quién ha encontrado un apoyo donde nada puede derribarlo?

Mis hijos, la solución a todos sus problemas es SOLO Mi Hijo, su JESÚS. ÉL es el apoyo que cada uno de ustedes necesita, ÉL es el amor, la paz y la felicidad. Él les da confianza y esperanza. Y es Él quien agranda sus corazones y quien viene a redimirlos. Denle su SÍ, Mis amados hijos, ¡y su vida valdrá la pena vivir!

Que así sea.

Su Madre en el Cielo.

* Evangelio de Mateo, capítulo 25, versículos 40 y 45

99. Todos ustedes están en medio de la preparación para el cambio de tiempos tan maravillosos… — 13.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Mi Hijo lo arreglará todo. Disfruta tu existencia y confía en Él, porque con Él siempre serás feliz y llena de amor.

Mi hija. Diste un gran paso. Has «crecido» como no lo habías pensado que fuese posible y estás comenzando a comprender los secretos de Dios, de comprender verdaderamente. Nosotros, el Cielo y yo, tu Madre en el Cielo, estamos muy complacidos con esto, ya que con cada paso te acercas un poco más a Nosotros, con cada paso vas acercándote directamente al Reino de Mi tan amado Hijo, y con cada paso traes muchas otras almas contigo, que de esta manera a través de ti y las maravillas de Dios se acercan a Mi Hijo.

Mi hija. Tu y todos ustedes están en medio de la preparación para el cambio de tiempos tan maravillosos que se avecinan. 

Todo sufrimiento, cada dolor que ustedes acepten y “carguen” en el nombre de Jesús, Mi Hijo, es la apertura del camino para numerosas otras almas para que encuentren a Jesucristo.

Ustedes hacen mucho bien y su recompensa será abundante. Pero háganlo por amor y no esperen nada, porque el que tiene expectativas aún está muy lejos de Mi Hijo.

Queridos hijos, Yo, su Madre en el Cielo, los he guardado profundamente en Mi Corazón de Madre. Les doy Mi paz y los protejo, para que nunca se pierdan.

Mis amados seguidores de Jesús, ¡Mi corazón está lleno de alegría por ustedes! ¡Tanto bien hace cada uno con lo que le regala a Jesús, especialmente con sus oraciones y la aceptación del sufrimiento – en cualquier forma, porque hay muchos tipos de sufrimientos y no todos son físicos!

Estén conscientes de esto, porque muchos sufren de una manera que no es visible para otros, es decir, sufren en secreto– ¡ellos son las «armas» que harán tropezar y finalmente caer al enemigo!

¡Estén conscientes de su poder! Ustedes, el ejército remanente de Mi Hijo, generan la salvación de millones y millones de almas que de otra forma habrían caído presas del maligno y con ello en el infierno.

Mis hijos, a través de ustedes Mi Hijo también llega a las almas más negras, siempre que todavía haya una chispa de luz. Esta chispa ÉL hace crecer a una llama, la Luz Divina, y luego estas almas que estaban más cercanas a la condenación obtendrán una segunda oportunidad de encontrar a Mi Hijo, de salvarse a través de una profunda purificación, que les hemos explicado en muchos mensajes, ¡y luego también ellos tendrán la oportunidad de asumir la Vida Eterna con Nosotros y con todos ustedes y aceptar y vivir la paz y el amor indescriptible de Mi Hijo!

Mis hijos, les agradezco desde lo más profundo de Mi corazón de Madre por su gran compromiso desinteresado, lleno de amor por Mi Hijo. Es el amor hacia Mi Hijo que une a los hijos de Dios.

Quien ama a Mi Hijo, también aprenderá a amar a su prójimo. Cuando dos personas se conocen y ambas viven este amor irrestricto por Mi Hijo, entonces se formará una profunda amistad que viene desde el corazón.

Vivir con Jesús es una vida llena de alegría, y nada de lo que antes los podría haber derribado tendrá poder sobre ustedes, porque el amor de Mi Hijo siempre los mantiene protegidos. Que así sea.

Su Madre en el Cielo quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, hija Mía. (Jesús sonríe)

98. Gracias abundantes — 12.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Madre en el Cielo, estoy aquí para decirte: para todos Nuestros hijos hay una gran recompensa, porque quien acepte un sufrimiento por Mi Hijo y lo haga con alegría, se podrá alegrar del amor que Mi Hijo le dará.

Mi hija. Mi Hijo da Sus gracias a todos Sus hijos, y también Su amor es igual para todos los hijos, pero quien acepte un sufrimiento por Él experimentará esta maravillosa fusión, este amor indescriptible, esta amabilidad y unión con Mi Hijo. Es un momento maravilloso para aquellos que soportan Sus sufrimientos con alegría, porque es como si se convirtieran en uno [con Jesús].

Es esta experiencia la que hace que la aceptación de los sufrimientos para Mi Hijo sea un evento tan maravilloso, que estas personas incluso están felices en el sufrimiento, y más: están felices por estos sufrimientos porque se han unido con Jesús, Mi Hijo.

Quien aún no han tenido tal experiencia podría tener dificultades para entender eso, sin embargo, Mis amados hijos, siempre piensen en aquellos que han tenido un semblante brillando a pesar del dolor, quienes han asumido dolores y cargas y que estaban felices haciéndolo. Su historia de los santos está llena de tales almas, y todos han tenido esta unión con Mi Hijo.

Es maravilloso estar tan cerca e íntimamente unido con Mi Hijo, pero respetamos a todos los que no quieren eso para sí mismos. No todos Nuestros hijos están creados para aceptar un sufrimiento para Mi Hijo, así que no se desesperen ni tampoco se asusten. Mi Hijo tiene sus gracias preparadas para cada uno de ustedes y sepan que su oración hará mucho bien.

Mis hijos. Mis amados hijos. Nosotros amamos a cada uno de ustedes, y cada uno de ustedes Nos da alegría con sus oraciones, sus buenas obras, su SÍ a Jesús, Mi Hijo. Quien desea aceptar sufrimiento para Mi Hijo, por la salvación también de aquellas almas que ya parecían perdidas, que le dé su SÍ a Mi Hijo por ello. Quien no puede, quien no lo quiere, que continúe ayudando en la oración y con todo el bien que hace.

Yo, su Madre en el Cielo, los llamo para servir a Mi Hijo como mejor puedan y prometo que sus sacrificios serán recompensados. Gracias abundantes descienden sobre aquellos que sufren con Él, gracias abundantes también para aquellos que se mantienen fieles a Él, que lo defienden. Gracias abundantes para todos aquellos de ustedes que oren diligentemente y gracias abundantes para todos aquellos que son perseguidos, torturados, burlados y abusados ​​en Su nombre.

Mis hijos. El tiempo está llegando a su fin. Hacemos un llamado a todos Nuestros hijos para que oren, para que acepten los sufrimientos de Mi Hijo, para que mantengan funcionando las Santas Misas y para la fidelidad devocional a Mi Hijo.

Desde el corazón les agradezco por seguir Mi llamado, como mejor puedan.

Su Madre en el Cielo quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios.

97. Cuanto más sufrimiento todos ustedes acepten, más almas aún podrá salvar Mi Hijo — 12.04.2013

Mi amada hija. Yo, tu Jesús, te agradezco desde el fondo de Mi corazón que también hayas aceptado este sufrimiento por Mí, y que lo llevas visiblemente.

Sé lo doloroso que es para ti, tan doloroso también fue para Mí. El miedo que sentiste ayer es el miedo que sentí en ese entonces. Miedo, angustia, sufrimiento y dolor irrigaron también a través de Mí cuando Me pusieron la corona de espinas, y la espina atravesó Mi ojo derecho. Una pena extrema, una incertidumbre, la pregunta del por qué, y el entendimiento de que en un pequeñísimo instante todo cambia, sin que uno hubiese podido evitarlo, sin que siquiera alguna vez uno lo haya esperado.

Mi hija, te amo mucho y te otorgo Mi curación, pero como también fue el caso con el primer sufrimiento que aceptaste para Mí, también este segundo sufrimiento permanecerá, porque así es como estás lo más cerca de Mí. Tu ojo sanará, sin embargo, la espina permanecerá tal como lo sientes con el primer sufrimiento.

Mi hija, no tengas miedo. Cada sufrimiento te acerca un poco más a Mí, y a través de tu sufrimiento puedo salvar las almas que se consideraron perdidas. Que este conocimiento sea un consuelo para ti, y ven siempre a Mis brazos. Te voy a abrazar y guiar y estar muy cerca de ti.

Confía en Mí, en tu Jesús. Te amo. Amén.

Madre de Dios: mi hija. Mi Hijo está muy contento de que también hayas aceptado este sufrimiento, porque ahora Él puede salvar a las almas que ya parecieran perdidas.

Son almas que pertenecen a aquella mitad de los que habrían sido empujados a la condenación durante la gran división. Ahora también ellos tienen una oportunidad de vida eterna, y esto se hace posible gracias a la aceptación de tales sufrimientos por Jesús.

Cuanto más sufrimiento todos ustedes acepten, más almas aún podrá salvar Mi Hijo. Hijos Míos, este tiempo de sufrimiento será corto. Porque pronto Mi Hijo descenderá del cielo y redimirá a todos Sus hijos fieles.

¡Así que crean en Jesús, Mi Hijo! Entréguense a Él, tal como lo han hecho muchos de Nuestros hijos videntes, y ayuden a salvar tantas almas como sea posible.

Yo, tu Madre en el Cielo, les doy las gracias por esto y espero con alegría el día en que todos vivamos unidos en el Nuevo Mundo.

Que así sea.

Tu Madre en el Cielo.

96. La espina en tu ojo — 12.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. No te desesperes y acepta todo lo que se te envía. Con tu dolor, ayudas a Mi Hijo a salvar más almas aún, y a través de este sufrimiento, que también Mi Hijo ha experimentado, te acercas a Él más aún. Nunca te enviaremos más de lo que puede llevar, ten claro eso, hija Mía. Yo, tu amada Madre en el Cielo, siempre estoy contigo y te quiero mucho. La espina en tus ojos es un signo de la devoción absoluta a Mi Hijo. Tú, Mi amada hija, no estás consciente de esto (Jesús). Mi Hijo Jesús desea que ustedes, quienes se consagren a Él, compartan Sus dolores, Sus sufrimientos y tú, Mi amada hija, ya has aceptado dos de Sus sufrimientos. Ahora puedes dar a conocer esto, porque ahora ha llegado el momento de dar a las personas una visión más profunda de tu vida con Nosotros, con Jesús.

Mi hija, mantente siempre fuerte. SIEMPRE estamos a tu lado, pase lo que pase, independientemente de cuán fuertes sean los ataques contra ti y tus hijos, y también contra tu esposo, porque TODOS ellos sufren, aunque sea de manera muy inconsciente, con los ataques, y Satanás no exceptúa ni siquiera los pequeños inocentes. Está consciente de esto. Siempre los protegeremos, cree esto y confía. Descansa ahora. Te amamos mucho, hija Mía, Mi Hijo Jesucristo y Yo, tu Madre en el Cielo. No tengas miedo y confía. Mi hijo solo te da tanto como puedes cargar, y si la carga fuese demasiado pesada, entonces es Él Quien te ayuda a cargarla. No te olvides de esto.

Te amo.

Tu Madre en el Cielo.

95. Muy pronto el cielo se abrirá y las señales serán visibles para todos en el horizonte — 09.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Sabemos lo difícil que es para Nuestros hijos resistir los tiempos de hoy, por eso estamos aquí para ustedes, para ayudarlos, guiarlos y fortalecerlos.

Ahora se coloca una gran carga sobre todos los hijos de Dios. Todo lo que no puedan llevar, dénselo a Mi Hijo. Él se lo entregará a Dios Padre, los envolverá a ustedes en amor y les dará confianza. Quien viva con Mi Hijo lo tendrá más fácil, porque el caos de su mundo no trae ningún bien para Nuestros hijos.

Siempre sean fieles a Mi Hijo y recurran siempre a Él, para que Él pueda intervenir donde se necesite ayuda y consolarlos cuando estén tristes. Él cuidará de todos Sus hijos y les dará la paz eterna. Ámenlo, hijos Míos, y su alegría será grande. Nunca tengan miedo y confíen en Él, entonces las promesas se harán realidad y SU Reino les estará asegurado.

Vengan, Mis amados hijos, ¡vengan! Ya pronto, muy pronto el cielo se abrirá y las señales serán visibles para todos en el horizonte, y Mi Hijo vendrá como está escrito, en lo alto del cielo con todas las señales, y todos Lo verán, pero solo quienes realmente Lo aman esperarán este día con alegría.

Mis hijos. ¡Levántense y estiren su mano a Jesús! ¡Denles su SÍ y sean fieles a Él! Entonces, Mis amados hijos, la alegría también será grande para ustedes cuando Mi Hijo venga y le ponga su fin al maligno.

Alégrense, porque la salvación es inminente. Acepten todas las gracias que Mi Hijo quiere darles ahora, y prepárense para un tiempo maravilloso cuando el mal sea destruido y el amor y la paz tomen su lugar para siempre. Que así sea.

Su Madre en el Cielo.

Gracias, hija Mía. Sé lo cansado que estás. Gracias.

94. Creen el amor en ustedes … — 09.04.2013

Mi hija. Sus días aquí en la tierra están contados. Intenten pasarlos en paz, de lo contrario sufrirán. Cualquiera de ustedes quien es atacado o quien se siente atacado y luego no se queda en el amor, sino que «golpea de vuelta» es indigno de entrar en el Reino de Mi hijo. Deben mejorarse, Mis amados hijos, porque no hay ninguno entre ustedes que sea libre de pecado.

Oren, confiésense, hagan penitencia y sean amables el uno con el otro. Si ya están «en guerra» en lo pequeño y están en mal y enojados el uno con el otro, ¿cómo entonces quieren superar los grandes desafíos?

¡Creen amor en ustedes y en el alrededor suyo! ¡Quien está rodeado por el enemigo, quien está atacado constantemente, que se dirija a mi hijo!

Es tan difícil para ustedes de permanecer en paz tan pronto como disturbios vienen de afuera. Permanezcan siempre en el amor y oren unos por otros. Cuando se den cuenta de que estén «enervado», «enojado» y no en el amor, entonces recen esta oración:

Oración No. 14: – Oración por la protección contra los actos malvados

Queridísimo Jesús, quiero ser Tuyo por los siglos de los siglos.

Ayúdame ahora a actuar con amor, y no permitas que la serpiente malvada obtenga poder sobre mí.

Amén.

 

En relaciones con otras personas agreguen esto:

Santa María, Madre de Dios, aplasta ahora la cabeza de la serpiente y líbrame a mí y a_____________ (nombre de la persona) de ella.

Danos amor y confianza y sana nuestras heridas.

Amén.

 

Mis hijos. Recen esta oración. Los protege de las malas acciones y los lleva de vuelta al amor. Rezado en conjunto con otra persona, ayuda a sanar sus relaciones.

Gracias, hijos Míos, por seguir Mi llamado.

Su Madre en el Cielo.

93. Amén, eso les digo… — 09.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Jesús, he venido a prometer a cada uno de Nuestros hijos lo siguiente:

Quien venga a Mí, tendrá la vida eterna.
Quien sea fiel a Mí, lo llevaré Conmigo al final de los días.
Quien Me ame, lo cuidaré.
Quien Me de su SÍ y realmente confíe, no necesita preocuparse porque Yo, Jesucristo, entonces lo cuido.
Que así sea. Su Jesús.

Amén, eso les digo, quien Me rechaza a Mí, su Jesús, quien Me niega, escupe y pisotea, lo seguiré y le daré Mi luz, hasta que él también crea en Mí. Porque esta chispita de esperanza, que luego se inflama en su corazón, puede llevarlo a Mí. Pero si no toma su oportunidad y luego no Me dé su SÍ, lo dejaré de lado, porque entonces vio la luz y no la quiere, se condena a sí mismo, y entonces no podré hacer nada por él.

Amén, eso les digo. Quien no crea en Mí, ahora Yo les doy esta oportunidad de conocerme y amarme. Con Mi Divina Luz, iluminaré sus corazones y muchos de ustedes me encontrarán, pero aquel de ustedes quien aún ahí Me rechace, que se pierda porque entonces no podré hacer nada por él.

Les regalaré amor, iluminaré sus corazones con Mi Luz Divina. A cada uno que venga a Mí, lo amaré y lo llevaré Conmigo a Mi Nuevo Reino. Sin embargo, quien Me rechace aún ahí, que sea su propio juez, porque no podré hacer nada por él.

La mano de Mi Padre caerá y empujará todos Mis enemigos al lago de fuego. Así que despiértense antes de que llegue este día, porque solo entonces podrán salvar sus almas.

Vengan todos a Mí, su Jesús, y prometo que nadie que Me ame se perderá.

Con profundo amor por todos Mis hermanos y hermanas.

Su Jesús.

María: Mi hija. Tu tarea es importante. Esta misión tiene que continuar, así que deja todo atrás. Primero que nada debes escribir, todo lo demás viene después. Gracias, Mi querida hija.

Tu Madre en el Cielo.

92. Ustedes creen que todo podría seguir como es ahora en su tierra, pero ahí están seriamente equivocados — 09.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Llegará el momento en que todo lo que están haciendo ahora ya no será importante.

Mi hija. Yo, tu Madre en el Cielo, he venido a decirte lo siguiente para todos Nuestros hijos: Preparen sus almas, Mis amados hijos, porque llegará el día cuando solo aquellos que son puros de corazón serán recibidos por Mi Hijo, Jesucristo, para entrar en el Paraíso Sagrado.

Mis hijos, para quien no sea puro en cuerpo, mente y alma será particularmente difícil, porque allí, donde el cielo se fusiona con la tierra, se otorgará entrada solo a quien sea de corazón puro y abierto, y que ha dado su SÍ a Mi Hijo.

Hijos Míos, ustedes creen que todo podría seguir como es ahora en su tierra, pero ahí están seriamente equivocados. Dios Padre ha hecho predecir estos tiempos, porque ÉL no permitirá que tantos de sus amados hijos sean empujados hacia el abismo terrenal. Empujados por sus hermanos y hermanas que, en lugar de preocuparse por todos los hijos de Dios, solo piensan en su propio bien. Están cerca de “hundirse” y cada uno está tratando de sacar el máximo provecho para sí mismo, de tener aún más y no hundirse en el tirón del diablo, quien hace que aún aumente su codicia y que aún más pisoteen a los «pequeños» entre ustedes.

¿Qué mundo se han creado? ¿Quién quiere seguir viviendo en este mundo, lejos de lo bueno y sin moralidad, sin la mano guía de Dios que no aceptan?

Ustedes florecen en la avaricia de querer tener aún más, se dejan admirar por su «posición» en la sociedad, por su «riqueza» y no ven cómo están «comiendo» de las manos del diablo, quien ha girado su moralidad, quien ha retratado el pecado como algo aceptable e incluso como algo bueno, y quien los ha cegado para no ver el amor que Dios Padre les ha dado a cada uno de ustedes. Este es un Amor Responsable que deberían emplear para sus hermanos y hermanas, para ayudarlos, hacerlos «iguales», es decir, respetarlos, reconocerlos, servirlos y tratarlos con dignidad.

En este mundo que se han creado, hay poco que todavía complace a Dios Padre. Pero como Él ve cuán perdidos y confundidos están sus criaturas hoy, Él les da la oportunidad de convertirse. Es por eso, que hoy en día hay tantos hijos videntes en su mundo que proclaman Su Santa Palabra. Acéptenla. ¡Crean en las profecías y conviértanse! Entonces, Mis amados hijos, también ustedes tendrán la oportunidad de entrar en la Jerusalén prometida y disfrutar de la verdadera vida. Que así sea.

Su Madre en el Cielo.

91. No se cuelguen de pajita a pajita — 08.04.2013

Mi hija. Mi querida hija. Ven, hija Mía. Todo estará bien. Los tiempos de hoy fueron predichos, y lo que les sucede a todos Nuestros queridos y fieles hijos de Dios también es un momento de prueba. Acepten todo y confíen en Mi Hijo, porque es Mi Hijo, Jesucristo, quien los sacará a todos de esta pesadez, de este sufrimiento y este temor. No le den oportunidad a la desolación y nunca pierdan el coraje, porque Jesús vendrá y los redimirá.

Para el diablo son tiempos tan fáciles, porque muchos de los hijos de Dios no creen en Nosotros. No son lo suficientemente fuertes como para ver la verdadera y real felicidad y se aferran a pajitas, pajitas que Satanás mismo les ofrece.

Mis hijos. No se cuelguen de pajita a pajita, de un rayito de esperanza a otro, porque como lo dice la expresión, es solo un rayito y nunca puede ser la verdadera y real esperanza, porque solo Mi Hijo puede dársela, y es Él que se la cumplirá.

Todo lo que Satanás les ofrece sirve solo para un propósito: de alejarlos aún más de Jesús y Dios Padre. El que confía en Mi Hijo no será engañado por el brillo superficial, porque estará lleno de la verdadera esperanza de Mi Hijo, una esperanza que tiene raíces, una esperanza que crece, que florece y fructifica. Es una esperanza que produce felicidad que hace brillar su alma y que llena su corazón con gran alegría. ¡Es esta esperanza que les regala Mi Hijo, la que los acerca más y más a Él y que nunca perecerá!

No caigan en el mundo ilusorio del maligno, porque nunca dará frutos. ¡Todo está orientado a mantenerlos «en un estado de buen ánimo», de hacerles «falsas esperanzas», presentarles «brillo e ilusión» que pasará con la más mínima brisa! Crean en Mi Hijo y ábranse y su vida a Él, entonces todo estará bien, pero no así si confían en el diablo, camuflado y escondido en el mundo de brillo superficial de hoy, que los ciega, que los destruye, que los hace sufrir, que los hace perder la fe y, en última instancia, los conduce directamente a la condenación.

¡Despierten! No se aferren más a pajitas. ¡Son tan inestables como el andamio, sobre el cual el maligno construye su mundo ilusorio para ustedes! De punto de vista legal debería estar escrito PELIGRO DE DERRUMBAMIENTO en cada puerta de este, de su imperio, pero como para Satanás no hay derechos ningunos para los hijos de Dios – ¡solo miren lo que está sucediendo en su tiempo presente! – no encontrarán estas advertencias en ningún lado. Por el contrario, los seducen con falsas promesas, aturden sus sentidos – y embriagados y cegados justamente por este mundo ilusorio, dedicado exclusivamente a la materia, y donde el dinero, la «belleza», el sexo y la codicia son lo primero, están avanzando derechamente hacia el abismo.

¡Mis hijos, conviértanse! ¡Antes de que sea demasiado tarde! Vuelvan a encontrar el camino a Dios Padre y no caigan en la trampa del mundo ilusorio del maligno ni tampoco aspiren a ser parte de este. Eso, Mis queridos hijos, ya ha hecho caer a muchos de ustedes. Y ese, Mis amados hijos, es el momento en el que Satanás les suele ofrecer las pajitas y ustedes empiezan pasar de uno al otro y nuevamente a otro y, sin embargo, nunca llegan a ninguna parte. Solo se están distanciando cada vez más de los valores de Dios Padre y de Mi Hijo, y en lugar de permanecer en humildad y confiar en Mi Hijo, se están perdiendo en un mundo donde Dios ya no parece importar.

Quédense con Mi Hijo, Mis amados hijos, porque solo Él los redimirá y les dará amor, felicidad y paz. Que así sea.

Su Madre en el Cielo.