381. ¡Déjense caer en este amor del Señor que todo lo perdona, que todo lo cura, que todo lo impregna y que tanto llena! — 18.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Todos ustedes están soportando estos días. Muchas almas serán «iluminadas» por esto, por lo tanto, ofrezcan TODO al Señor, porque así ÉL puede utilizarlo donde se necesita urgentemente, y así muchas almas más encontrarán su camino hacia ÉL.

Mis hijos. Perseveren. El tiempo del fin es corto. Pronto ya entrarán en el Nuevo Mundo, pero sólo para el que haya profesado su fe a Jesús se abrirán las puertas del Nuevo Reino.

Mis hijos. Conviértanse y denle su SÍ a Jesús. Entonces los milagros del Señor también pueden ocurrir en su vida y los reconocerán como tales. A muchos de ustedes ya se les están regalando Sus «riquezas» en este tiempo tan precioso y santo, pero su corazón aún no está abierto y por eso no ven cuán graciosamente el Padre les está gratificando.

Mis hijos. ¡Abran sus corazones a Jesús y al Padre! ¡Dejen que entren [a sus corazones] y compartan su vida con ellos! Dios Padre es un Padre amoroso y este amor es sanador y sin expectativas. Así que vengan, Mis hijos, vengan y déjense caer en este amor del Señor que todo lo perdona, que todo lo cura, que todo lo impregna y que tanto llena.

Mi bendición está con ustedes y el amor de Mi Hijo lo doy a quien Me lo pida. Amén. Que así sea. Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

«Celebren los días de festejo contemplativamente y vengan a Mí, a su Jesús, porque quiero regalar Mi amor a cada uno de ustedes y la gracia de Mi Padre espera a todo el que venga a Mí.

Con profundo amor,

Su Jesús. Amén.»

Gracias, Mi hija. Vete ahora.

380. ¡Las puertas del Cielo se abrirán y Mi amado Hijo cumplirá su misión! — 17.12.2013

Mi hija. Hagan un hermoso día y disfruten del adviento (y todo el tiempo de Navidad) en preparación a Mi Hijo, pues ÉL les ha nacido, para la redención de los pecados de ustedes.

Mis hijos. Jesús los ama. Es el amor por y la obediencia al Padre lo que hizo que ÉL aceptara este sacrificio y la entrega de SU vida por ustedes, Mis hijos, pues ÉL, aunque es el Hijo del Padre Todopoderoso, concebido por SU Espíritu Santo y anunciado por el Santo Arcángel Gabriel, nació con libre albedrío, pero lo usó para el Padre y así preparó el camino para que todos los hijos de Dios entraran en la paz eterna al lado del Padre.

Mis hijos. Desgraciadamente, no todos los hijos aceptan este regalo tan único y maravilloso del Señor -Su Hijo- y por eso hay tanto sufrimiento y miseria en su tierra.

Oren, Mis hijos, oren por todos los hijos del Señor, porque así ellos tienen una oportunidad de encontrar al Padre finalmente. Recuerden Mis palabras: ¡la oración es poderosa! Así que úsenla para la salvación de todos los hijos de Dios, porque aquellos que aún no han encontrado al Padre y a Jesús se están extraviando y sus almas experimentarán mucho sufrimiento.

Ayuden con su oración a salvar también a estas almas y entréguense completamente a Mi Santo Hijo. El día de Su regreso está cerca, así que oren, oren y purifíquense. Sólo el que es puro de corazón y de alma «soportará» la luz de Mi Hijo, pero el que está contaminado por el pecado y no preparado para el Señor tendrá tiempos difíciles.

Por lo tanto, Mis tan amados hijos, oren por todos los hermanos y hermanas en el Señor, porque así todos los corazones se prepararán para ÉL, para su Salvador, y el poder del diablo sobre ellos será quitado. Que así sea.

Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

«Mis hijos. Prepárense. Las puertas del Cielo se abrirán y Jesús, Mi Hijo tan amado por Mí, cumplirá Su misión. Por lo tanto, purifíquense,oren a ÉL (en Sus intenciones) y los unos por los otros y manténganse preparados en todo momento.

Su Padre en el Cielo Quien los ama.

Los espero a cada uno de ustedes, porque Mi amor por ustedes es infinito. Nunca se extinguirá, porque YO SOY EL PADRE, EL SEÑOR sobre todo lo que es. Amén

«El Señor ha hablado, así que sigan Su llamada. Vivan de acuerdo con las palabras de la Madre Celestial, pues ella proclama la Palabra del Señor. Prepárense, porque el día glorioso está cerca. Yo, el Ángel del Señor, se lo digo. Amén. Su ángel del Señor.»

Gracias, Mi hija. (Dios Padre sonríe en toda su omnipotencia.)

«La sencillez es lo que nos hace brillar. Sin pretensiones, sólo amor».

(Dios Padre de alguna manera brilla en la simplicidad y al mismo tiempo Todopoderoso, pero amoroso – no encuentro las palabras. Sólo se puede sentirlo y yo verlo porque se me están mostrando con confianza.)

Dios Padre está sonriendo todo el tiempo.

379. La única salida es Mi Hijo — 16.12.2013

Mi hija. Siéntate conmigo. Yo, tu tan querida Madre en el Cielo, quiero decirte hoy esto con respecto a tu noche:

Lo que viste fue el infierno, aunque lo viste solo tenuemente. Viste y sentiste lo que les sucede a los hijos de Dios cuando no se convierten a Mi Hijo. También viste el infierno abrirse y viste el lago de fuego.

Mi hija. Dile a Nuestros hijos que se vuelvan a Jesús, porque ÉL es su única salvación. Has «experimentado» lo terrible que es cuando un alma toma conciencia de esta desesperanza y de que no haya vuelta atrás.

Mi hija. Cuéntales a Nuestros hijos de esto, para que se salven de este terrible destino. Diles que deben empezar a creer, ya que deben creer en una vida después de esta vida para no ser empujados al abismo de forma repentina e inesperada y en estado de shock y pánico. Los demonios sólo están esperando su alma para llevársela a Satanás, y a quien se resista Satanás mismo lo buscará, tal como te lo hemos mostrado esta noche.

Mis hijos. ¡Conviértanse! ¡Lleven una buena vida! De lo contrario, los demonios vendrán a robar su alma y no podrán hacer nada al respecto.

Mis hijos. La oración que le dimos esa noche a María de la Preparación Divina de los Corazones es una oración para librarse de este tormento. ¡Apréndanlo! ¡Porque cuando en la hora de su muerte los demonios vienen a buscar su alma, entonces ésta es la única salvación que aún se les puede dar!

¡Conviértanse ahora y denle a Jesús su SÍ! Entonces se salvarán de este tormento y el diablo perderá el control sobre ustedes. Que así sea. Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

«Mi niña. Mi hija. La única salida de no caer en ese tormento del infierno es Mi Hijo. Díselo a Mis hijos. Te amo. Yo amo a todos Mis hijos.

Tu Padre en el Cielo. Amén.»

378. La visión del infierno — 15./16.12.2013

Oración No 32

Oración de liberación (en la hora de la muerte)

Querido Jesús. Me consagro Yo y mis seres queridos a Ti por completo. Por favor, ven y sálvame. Amén.

A las 3 de la madrugada me despiertan para rezar la Coronilla de la Divina Misericordia. Durante la oración repetitiva experimenté lo siguiente: 

Visión 

Los demonios quieren tirarme al infierno. Están a mis lados y detrás de mí. Veo el infierno debajo de mí, luego veo cómo se abre. Su entrada es a través del lago de fuego, que es un remolino que tira hacia abajo. Allí, estos demonios me quieren empujar. Me resisto con todas mis fuerzas, grito, porque me entra pánico. Los demonios no logran empujarme, así que se van y, luego, el diablo mismo está detrás de mí. Suplico al cielo. Jesús me invita a mirar el infierno, a visitarlo, pero solo siento pánico y shock y le digo que lo haría por ÉL, pero si es por mi misma no quisiera ir allí. Siento la mayor agonía, miedo con pánico, y Jesús respeta mi decisión. En este momento, se me envía la oración de liberación. La rezo una y otra vez, y Jesús con Dios Padre y la Madre de Dios se me muestran claramente. Estaban presentes en todo momento, pero no podía verlos todo el tiempo. Son las 4:39 a.m. cuando termina la visión. La Madre de Dios dice: «Esta es una oración de liberación. Órenla».

377. ¡Los engañarán con un gran escenario! — 15.12.2013

Mi hija. La oscuridad y la pesadez se extienden sobre su tierra, porque el diablo está colocando velos de niebla cada vez más espesos a su alrededor para así apartarlos de la luz del Señor. Por lo tanto, mantengan siempre la alegría y el amor en sus corazones, porque aquellos que viven en la alegría y el amor no serán dañados por estos velos. Las nieblas se están espesando y muchos de Nuestros hijos están sufriendo por ello. Sin embargo, ustedes no ven estas nieblas, aún así su corazón las siente, y muchas personas están afligidas por la desolación, la depresión y la tristeza.

Mis hijos. ¡Denle su SÍ a Jesús y estas pesadas nieblas serán quitadas de ustedes! ¡Ya no sufrirán de su ánimo y su corazón se volverá libre y alegre! Vuélvanse a Jesús, a su Señor y Salvador, porque ÉL está ahí para ustedes y los está esperando, porque es ÉL quien los llevará al Padre, sin embargo, deben darle a ÉL su consentimiento.

Mis hijos. El diablo está preparando el «sprint final», por eso estas nieblas son tan profundas, espesas y pesadas. Cuanto más se separan de la luz del Padre, más fácil será para él (nota: el diablo). Sus elegidos malvados pronto se alzarán como vencedores del mal, son obstante, hijos, ¡estén advertidos! ¡Todo es solo un juego malvado! Tan pronto que confíen en ellos, los animen y los acojan, darán un giro de 180 grados y su alma negra saldrá a la luz.

Entonces, Mis amados hijos, no faltará mucho hasta que Mi Hijo regrese, pero manténganse en estado de alerta, porque el maligno se hará pasar por Mi Hijo, pero sus «milagros» no serán del Cielo, sino que vendrán del infierno. Los engañarán a con un gran escenario y muchos de Nuestros hijos caerán en él.

Por lo tanto, mantengan sus ojos y oídos abiertos, aléjense de las masas, escuchen a su corazón e invoquen al Espíritu Santo, pues ÉL los iluminará con claridad, así como el Santo Arcángel Miguel luchará por ustedes con su poderosa espada, sin embargo, pídanle a ÉL que lo haga. Cada día, cada hora, cuando estos tiempos comienzan ahora.

Mis hijos. Disfruten de esta Navidad y pónganse en contemplación completa a Dios. Nuestro Padre en el Cielo los ama a cada uno de ustedes y Su bendición está con cada uno que quiera aceptarla. Acudan a sus Santos Lugares y Santas Misas y hagan uso de los Santos Sacramentos. Así es como se preparan para Jesús, porque ÉL los liberará.

Vengan, Mis hijos, ¡vengan y den su SÍ a Jesús! Yo, su Santa Madre en el Cielo, los espero y los conduzco hacia ÉL.

Vengan y vuelvan a ser hijos felices del Señor. Que así sea.

Su madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«La Navidad es especial, así que celébrenla como algo especial. Amén.»

Gracias, Mi hija.

376. ¡Están en el mayor de los peligros! — 14.12.2013

Mi hija. Su mundo parece triste. El tráfago de la Navidad los ha distraído de lo esencial, y son pocos los que celebran estos días como deberían en honor de Mi Santo Hijo: en contemplación, en pureza, en preparación y en alegría por el Señor.

Mis hijos. Hace 2000 años el Padre les dio al Hijo, su propia carne y sangre, pero ustedes no lo aprecian y viven una vida en lo exterior. Y esto a pesar de que ¡sólo el Padre es importante! ÉL los creó a ustedes, ÉL está ahí para ustedes, ÉL los cuida a ustedes y a su vida, y EL les da a todos los regalos más maravillosos. Pero ustedes se han alejado, han tomado su vida en sus [propias] manos y se han recortado de AQUEL QUE les dio la vida.

Mis hijos. ¡Este no es el camino! ¿Realmente no lo ven? Mal guiados y desorientados van «tambaleando» por esta vida, y la mayoría de ustedes ni siquiera sabe a dónde van. Están sin rumbo y mal dirigido, pues si supieran a dónde puede llevarlos esta vida, entonces se darían vuelta instantáneamente y orarían y suplicarían al Padre por gracia, ayuda y misericordia. Pero como ya no creen y sólo confían en sí mismos, no ven hacia dónde están yendo, ¡y así tantos de ustedes serán «devorados» por el diablo!

Han abolido el infierno para ustedes y han descartado una vida después de la muerte. ¡Error! ¡Están en el mayor de los peligros! Encuentren su camino de vuelta al Padre y denle su SÍ a Jesús, porque sólo ÉL los guiará a casa, y sólo con ÉL experimentarán las glorias del Señor.

Vengan, Mis hijos, vengan, porque el Padre los ama mucho. ÉL creó a cada hijo con el mayor amor, y los está esperando a cada uno con su Corazón de Padre abierto, que irradia el más puro amor por cada uno de ustedes.

Así que vengan a Jesús y encuentren el camino hacia el Padre. Entonces las promesas también se harán realidad para ustedes y su eternidad será de gran alegría y paz.

Así que vengan, Mis hijos, y den su SÍ a Jesús. Yo, su Santa Madre del Cielo, los pido esto y prometo conducir hacía Mi Hijo a todo hijo que se dirija a Mí.

Los amo. Amén.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios.

«No queda mucho tiempo. Conviértanse.» (Jesús y Dios Padre están allí. Están caminando los tres juntos.)

375. ¡No sigan ciegamente a los medios de comunicación y a los gurús! — 13.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Siéntate conmigo, Mi amada hija, y escucha lo que tengo que decir al mundo:

Mis hijos. Yo, su Santo Jesús, Salvador y Redentor de todos los hijos de Dios, he venido a Mi hija, hijos Míos, para decirles lo siguiente:

Quien no quiera unirse a Mí, su Jesús, quien permanezca ciego y sordo a las palabras del Cielo, quien no quiere cambiar, que no quiere prepararse, que le digan que no le queda mucho tiempo más.

El diablo trabaja fuertemente contra todo lo que es bueno y santo, y sus velos de niebla cubren ahora su mundo cada vez más densamente. De esta manera están atrapados y sin vista, pues sólo ven lo que los rodea.

¡Abran sus corazones para recuperar su visión! Vean y escuchen lo que está ocurriendo en todo el mundo. Pero no sigan ciegamente a los medios de comunicación y a los gurús, porque sólo les muestran lo que el diablo quiere que vean.

Confíen en el Cielo y en sus santos. ¡Vivan con los ángeles y conmigo! Todos Nosotros estamos a su disposición para mostrarles el camino, y por muy espesa que sea la niebla, conmigo encontrarán el camino al Padre.

Mis hijos. Vengan a Mí, a su Jesús, y no sigan esperando más. Tengo tantos regalos guardados para ustedes. Confíen en Mí. ¡Entréguense a Mí! Y estén siempre preparados para Mi segunda venida. Pronto, muy pronto, les mostraré el camino y deben haberse preparado para Mí. Porque Yo traigo el amor y la misericordia del Padre y ustedes deben ser puros para aceptarlos.

Mis hijos. ¡Hagan penitencia, expíen y arrepiéntanse! Acepten sacrificios por aquellos que aún no Me conocen. Sean buenos los unos con los otros y vivan Mi amor, entonces estarán preparados para Mí en ese gran día que vendrá muy pronto.

Los amo, Mis hijos. Denme su SÍ y Yo estaré con ustedes y los cuidaré. Que así sea.

Su Jesús Quien los ama.

Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.

«Mi Hijo los ama. Amén.

Su Madre en el Cielo.»

374. ¡Conságrense a Mi Hijo en estos días! — 11.12.2013

¡Dejen que el Cielo los cuide y vivan en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo!

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santa Madre del Cielo, quiero decirte a ti y a todos Nuestros hijos hoy lo siguiente:

Sean siempre buenos los unos con los otros. Lleven el amor en sus corazones. Amen a su prójimo como a sí mismo, porque ahora vendrá Jesús, Mi Hijo, y el que no tenga amor al prójimo, el que no sea bueno con los demás, el que tenga un corazón frío y petrificado, no reconocerá a Jesús, es decir, tendrá miedo, porque se verá abrumado por su amor.

Así que huirá de Aquel que es su Salvador y se refugiará en la «normalidad» que el demonio le ha tendido durante toda su vida, y su trampa se cerrará y le robará el alma y se la llevará consigo, porque Mi Hijo, su Jesús, le vencerá y condenará a él, a la bestia, y todas las almas que no hayan profesado su fe a Mi Hijo, es decir, todos aquellos que no Le hayan dado a ÉL su SÍ, que no hayan seguido Nuestra llamada de preparación, serán devorados por el lago de fuego.

Mis hijos. Prepárense, porque la Segunda Venida de Mi Hijo es inminente. Aprovechen esta navidad, estos días santos para entrar en su interior y para reflexionar. Reflexionar significa volver a prestar atención a lo esencial, a las cosas importantes de la vida y nada es más importante que el amor del Señor en su corazón, la preparación para ÉL, el Señor, y su Hijo encarnado en esta Navidad de hace 2000 años atrás y el regreso a casa donde el Padre.

Mis hijos. Quien se entrega a Jesús, a sí mismo y a su vida, será feliz. A él lo cuidarán y no tendrá que hacer nada que no venga de Dios, pues el Padre cuida de todos Sus hijos, pero deben darle a ÉL su consentimiento.

Mis hijos. ¡Aún no es demasiado tarde! Conságrense a Mi Hijo en estos días y experimenten las grandes gracias del Señor que ÉL tiene reservadas para todos los que quieran aceptarlas en este maravilloso tiempo de Navidad.

Crean y confíen y prepárense, Mis amados hijos. Yo, su Madre Quien los ama, los llevo todos a Mi Santo Hijo para que puedan entrar en Su Nuevo Reino y para que ninguno de ustedes se pierda.

Vengan, Mis hijos, vengan y entréguense completamente a Nosotros. Dejen que el Cielo los cuide y vivan en el amor del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. Que así sea.

Los amo.

Su Madre en el Cielo. Madre de todos los hijos de Dios.

(Jesús, Dios Padre, los Santos Ángeles y los Santos están todos aquí y se alegran. Nos están esperando).

Gracias, Mi hija.

373. ¡Estos días en torno a la Navidad son días especiales de la gracia del Señor! — 11.12.2013

Oh, Mi hija. Mi sol. Su mundo es tan maravilloso, pero lo que están haciendo con él es incomprensible. ¿Cómo puede un corazón ser tan carente de amor y «contaminar» al hombre y a la tierra?

Díganme cómo no pueden sentir culpa, díganme cómo su conciencia puede aprobar el pecado. Díganmelo, porque no lo entiendo, pues Dios el Señor es el único soberano sobre el cielo y la tierra, ÉL es el Creador de todo ser y la tierra le pertenece a ÉL, así como también ustedes son Sus hijos y Le pertenecen a ÉL. Sin embargo, ÉL nunca los reclamará, porque ÉL es un Padre amoroso, y por este amor ÉL les ha dotado con el libre albedrío, y ése ÉL nunca violará.

ÉL siempre estará ahí para ustedes y espera su conversión a Él, a Su Hijo, a quien envió para liberarlos del pecado y darlos la vida eterna. Él, el Hijo, dio su vida por ustedes, pero todo eso ha perdido valor para ustedes. Ustedes ahora tienen otros valores, valores externos, terrenales, materiales – y Jesús, ¿quién hoy en día es Jesús para ustedes?

Todo lo toman en sus propias manos y cuando las cosas van mal, algunos de ustedes se acuerdan del Señor, pero sólo para insultarle a ÉL, el Padre Todopoderoso, que es amor puro, sí, el amor mismo.

¡Déjenlo y entra en razón por fin! Lo que están haciendo ahí es obra del diablo, pero no quieren verlo así. Su avaricia, su obsesión por el poder, su afán de dominación y su egoísmo han hecho de ustedes lo que son hoy: seres sin amor, irrespetuosos y con un corazón de piedra, pues si fuera de hielo, el amor podría derretirlo y calentarlo de nuevo, pero ha sido subenfriado durante tanto tiempo que se ha convertido en piedra, y un corazón de piedra puede cometer estas acciones que son inhumanas y dirigidas contra Dios Padre.

Mis hijos. ¡Dejen de lado la ingeniería genética, la «producción de niños» y el aborto! ¿No ven a dónde los lleva esto? Prácticamente están corriendo hacia los brazos abiertos del diablo y se bloquean su futuro y él de sus hijos en la eternidad del Señor.

¿No lo ven? ¡Confíen en el Señor! ¡Vivan con Él! Dejen que Jesús entre en sus vidas y conságrense ustedes mismos y sus vidas a ÉL. Entonces ÉL estará allí para guiarlos y nada tendrán jamás que temer.

Vengan, Mis hijos, y conságrense a Jesús, porque las gracias del Padre son infinitas. Estos días en torno a la Navidad son días especiales de la gracia del Señor, pero deben reflexionar y encontrar su camino hacia Jesús y el Padre.

¡Dense vuelta y denle su SÍ a Jesús! Sigan el llamado del cielo y déjense bendecir con los dones del Padre, pues ÉL Que los creó con tanto amor no desea nada más que su regreso a casa con ÉL, con su Padre Celestial, y el camino para llegar allí es a través de Su Hijo Jesús, la esperanza encarnada que celebran en la fiesta de Navidad.

El camino hacia Jesús es María, Su Santísima y purísima Madre, y el camino a través de su vida somos también Nosotros, sus Santos, así como los Santos Ángeles, porque Dios, el Señor, Nos ha puesto a su lado y con el más profundo amor y alegría rezamos por ustedes, los guiamos, los ayudamos y hacemos suceder milagros en su vida, milagros que el Padre obra a través de Nosotros.

¡Así que acepten Nuestros regalos celestiales y den su SÍ al Señor! Reflexionen en estos días y conságrense ustedes mismos y sus vidas a Jesús, porque estos días son especiales y son muchas las gracias que el Señor envía a la tierra.

Mis hijos. Conviértanse. Amén. Su San Bonaventura.

Gracias, Mi hija. Te amo.

372. ¡Las gracias del Padre son grandes en estos días! — 11.12.2013 – Oración de consagración –

Mi hija. Los días en su tan querida tierra pasan, sin embargo, muchos de Nuestros hijos continúan perdiéndose solo en las apariencias externas y cosas mundanas.

Ustedes deben escuchar a su interior, pensar y convertirse, porque si no encuentran a Mi Hijo ahora, entonces tiempos malos los esperarán. Solo los hijos que se han convertido a Mi hijo entrarán en Su Nuevo Paraíso, pero para aquel quien continúa preocupándose solo de sí mismo las puertas permanecerán cerradas, porque cree que fuese autosuficiente y no se da cuenta que esto no es el caso.

Todos Nuestros hijos fueron creados por Dios, y toda alma anhela al Padre Celestial. ¿Por qué están suprimiendo eso? ¿Por qué no escuchan a este maravilloso anhelo de su alma, que es el amor puro por el Padre?

Las mutilan con sus arrebatos en placeres mundanos, porque su alma, creada por el Padre en el amor más puro y profundo, se marchita cuando vivan tanto lo superficial. Ella solo quiere el amor, el cuidado y la seguridad del Señor, porque entonces está llena de paz profunda y feliz, porque el amor del Señor es todo lo que necesita.

Mis hijos. ¡Usen esta Navidad y encuentren su camino hacia el Señor! Celebren a esta fiesta con amor y honra y respeto por Mi hijo, porque ÉL es el camino al Padre, y yo, su Santa Madre en el Cielo, soy el camino a Jesús.

Los conduzco hacia Él, mis queridos hijos, y Él los lleva a Sus brazos amorosos que perdonan todo. ÉL los llevará al Padre, porque ÉL es su Redentor, su Salvador de todo el mal y del maligno mismo, y Su fiesta, que celebran en Navidad, es la fiesta de la salvación porque solo a través de Su nacimiento se ha convertido en su cordero sacrificial, y cuando en Pascua celebran Su resurrección y LO “acompañan” una y otra vez a través de esta dolorosa agonía de Su Pasión, entonces en Navidad celebran este «nacimiento de la salvación» que precede (la Pascua), porque sin la encarnación de la esperanza, que es Mi hijo, la redención de sus pecados nunca hubiera tenido lugar.

Así que agradezcan al Señor por este cordero sacrificial encarnado, y agradezcan al Hijo por esta devoción ilimitada y perfecta hacia ustedes, Mis queridos hijos. Celebren Su fiesta con alegría y profundo amor y no se pierdan más en lo superficial, sino que corran hacía Sus brazos y déjense caer en ÉL.

Mis hijos. Quien quiere consagrarse a sí mismo y su vida a Jesús, que lo haga ahora, porque las gracias del Padre son grandes en estos días, y nada será más hermoso para ustedes que vivir su vida completamente con Jesús y en el servicio del Señor.

Vengan, hijos Míos, vengan y denle a Jesús su SÍ.

Los amo desde lo profundo de Mi corazón de Madre y les doy las gracias por seguir Mi llamado. Amén.

Su Madre en el Cielo quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios con los Santos ángeles y los santos. Amén.

Esta es la oración de dedicación a Jesús, que deseamos que oren:

Oración No 31

Oración de consagración

Oh Jesús mío, me consagro a Ti completamente. Te doy mi vida, por favor cuídame Tú, guíame y sáname.

Amén

 

Mi hija. Con esta oración ustedes se entregan completamente al cuidado de Mi hijo. Si lo desean, pueden complementarla con sus propias palabras, acoger a sus seres queridos y simplemente se regalan completamente a Jesús.

Los amo. Las gracias del Señor son grandes y se dan a todos los que están abiertos a ellas. Crean y confíen, hijos Míos, la omnipotencia del Padre no tiene límites, y Él hace Sus maravillas especialmente en aquellos que se entregan a Su hijo por completo.

Los bendigo, hijos Míos.

Con profundo amor y afecto,

Su Madre en el Cielo. Amén.