361. ¡Celebren la Navidad con amor y alegría y dejen que encienda una nueva esperanza en ustedes! — 03.12.2013

Mi hija. Los tiempos son cada vez más tristes, porque más y más de Nuestros hijos se alejan de Nosotros. Se entregan a los placeres terrenales y no se dan cuenta de cómo el diablo continúa alejándolos de Nosotros con estos trucos astutos.

El diablo es astuto y deben estar constantemente en guardia. Él ya ha lanzado muchas, muchas almas bajo su hechizo, y estas almas perecerán con él si nadie ora por ellas.

Mis hijos. ¡Su oración es TAN importante! Si supieran lo poderosa que es, rezarían día y noche para salvar a todas las almas perdidas quienes espera solamente oscuridad en el infierno del diablo, y así el tormento, la angustia y el sufrimiento eterno.

Mis hijos. Su oración, rezado con amor y esperanza, «mueve montañas», es decir, lo desesperado se vuelve esperanzado, lo incurable es repentinamente curable, el que estaba por morir se despierta y pone vital, el desaparecido se encuentra, y así sucesivamente. La lista es infinita, pero deben comenzar a CREERLO y de usar su oración como un arma para el bien en su mundo.

Mis hijos. Crean, confíen y guarden su esperanza, porque pronto vendrá Jesús. Celebren la Navidad con amor y alegría y dejen que encienda una nueva esperanza en ustedes. Pídale al Espíritu Santo que ÉL entre en su vida y los inicie en los secretos del nacimiento de Cristo.

Mis hijos. Permanezcan contemplativos estos días y abandonen el consumo y el jovial mundo ilusorio, porque son corazones tristes que buscan su felicidad en el exterior, porque no han encontrado a Mi hijo.

Con profundo amor y afecto.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

 

Visión: Dios Padre y Jesús miran con tristeza las prisas navideñas. Me muestran el vacío de muchos corazones humanos. Su alegría es superficial, mientras el corazón está vacío. Continúan mostrándome el superficial festejo en exuberancia del alcohol y cuán vacíos están cuando van a casa.

Mi hija. Oren por estas personas, porque viven sin encontrar la verdad. Oren por que encuentren a Mi hijo para que sus corazones estén siempre llenos. Amén.

Oración No 30: Oración para el llenado del corazón por el Espíritu Santo

Querido Dios, envía Tu Espíritu Santo sobre los corazones de todos Tus hijos para que ÉL los ilumine y el calor, la seguridad y el amor Divino también llenen sus corazones.

Da que se den cuenta de Jesús, y así la alegría Divina también se establece en sus corazones.

Amén.

 

Esta oración, Mis amados hijos, es un maravilloso regalo de Navidad para todos aquellos que aún no han encontrado a Mi hijo.

Récenla por ellos. Amén.

No hay mejor regalo. Amén.

(Dios Padre y Jesús se van con amor).

Gracias, Mi hija.

360. «El nacimiento de la redención» — 02.12.2013

Mi hija. Los acontecimientos están sucediendo a una velocidad vertiginosa en todo el mundo, así que aprovechen estos días contemplativos para lograr tener (un poco) de paz en sus vidas, para acercarse a sí mismos lejos del estrés de la vida cotidiana y para volver a lo que es importante: la preparación para el Señor y el celebrar la Navidad con el amor, el cuidado, la alegría y la esperanza que les regala el Señor, porque hace más de 2000 años EL les envió a su Hijo, y este «nacimiento de la redención» ustedes  celebran el día de Navidad.

Mis hijos. Es una de las fiestas más hermosas que tienen en el año, porque se les regala la bendición del Señor. El amor del Padre, ese amor tan desbordante y que todo lo da, les ha dado al Salvador, así que celebren esta fiesta con ese amor, con esa alegría y en la «esperanza hecha hombre», porque el Señor les ha dado a Su Hijo y con ÉL la redención del pecado y de la miseria, porque quien sigue a Jesús resucitará y entrará en la gloria del Señor.

Mis hijos. Esperen con alegría esta fiesta y celébrenla de forma contemplativa, porque quien lleva a Jesús en su corazón, quien mira al mundo con Sus ojos y quien ve también el amor del Señor en sus semejantes, estará lleno de alegría y plenitud.

Mis hijos. Entren completamente en el silencio, la gracia, la esperanza y la alegría que trae esta fiesta, y den su SÍ a Mi Hijo, su Jesús. Entonces las predicciones se harán realidad para ustedes y su herencia será el Nuevo Reino.

Celebren esta fiesta como si fuera su última, y así entréguense por completo al Señor. Entonces su alma sanará y celebrarán esta fiesta como lo que es, con alegría y gratitud, en la esperanza y la plenitud realizadas y en el amor omnipresente del Señor.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi hija. (Jesús está aquí.)

359. ¡Enseñen a sus hijos el por qué se celebra la Navidad! — 01.12.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por venir a Nosotros hoy. Te lo agradecemos mucho, porque sabemos el poco tiempo que te queda para estar con tus seres queridos.

Mi hija. Dile a Nuestros hijos que reflexionen, porque pronto ya será su fiesta de Navidad, sin embargo, la reflexión está ausente en la mayoría de la gente. Corren de un lado a otro, estresados o rumbeando, pero no se preparan para el nacimiento de Cristo hace más de 2000 años.

Esta fiesta es muy especial para todos los hijos de Dios en el todo el mundo. Desafortunadamente, sólo los cristianos y las religiones afines celebran esta fiesta por lo que es, y también -y especialmente entre los cristianos- el nacimiento de Mi Hijo queda cada vez más relegado a un segundo plano, porque en lugar de adorarlo a ÉL, recibirlo con alegría e implicarse en esta maravillosa experiencia que se les ha regalado para sus redención, es decir la subida al Reino de los Cielos después de su muerte física, están pensando más bien en cosas externas y están olvidando así el significado de esta fiesta y lo que significa para ustedes, como hijos de Dios.

Mis hijos. Despierten y salgan del mundo de la apariencia, del glamur, de los regalos y de las superficialidades del diablo, porque lo que se celebra es el nacimiento de Cristo, y como tal el amor, la alegría y la contemplación deben estar en sus corazones y en primer plano.

Por supuesto, pueden vestirse bien. También nosotros, hace 2000 años, lo hicimos y nos vestimos de forma festiva, limpia y pulcra para el Señor, porque sólo el que es puro por dentro y por fuera podrá mostrarse ante el Señor (simbólicamente dicho).

Hagan felices a los pequeños, pero no pongan el materialismo en primer plano. Enseñen a sus hijos el por qué se celebra la Navidad. Cuéntenles historias de Nosotros y asistan a las Santas Misas con ellos. Celebren esta maravillosa, esperanzadora y redentora fiesta de forma contemplativa y muestren al Señor su mayor respeto.

Nadie necesita (mucho) dinero para celebrar esta fiesta llena de esperanza y alegría, porque es la fiesta del amor, de la contemplación, de la alegría en el Señor y de la esperanza, porque les ha nacido el Salvador y con ÉL entrarán en la gloria del Padre. ¡Así que entréguense a Jesús! ¡Denle su SÍ! Y dejan de lado todo el bombo, el glamur y el teatro, porque todo esto sólo es una distracción de lo esencial, y así lo más importante, la bondad de estos Días Santos se pierde para la mayoría de ustedes.

Así que confíen plenamente en el Señor y comiencen a vivir estos días de manera como corresponde: llenos de amor, con alegría, contemplativos y en alegría previa. Alegría previa de encontrarse con el Señor, porque les ha nacido el Salvador. Amén.

Su Madre en el Cielo y los Santos Ángeles.

Gracias, Mi hija. (Jesús y Dios Padre están aquí).

Mi hija. Mi querida hija. Este mensaje es muy importante para Nuestros hijos. Por favor, publícala lo antes posible. Gracias, Mi hija. Te amo. Tu Madre en el Cielo.

358. ¡La Navidad es muy especial en muchos sentidos! — 30.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Déjate guiar siempre en todo lo que hagas, y confía siempre en Nosotros, en el Cielo, porque Nosotros estamos contigo y te cuidamos.

Mi hija. Dile a Nuestros hijos de todo el mundo que los amamos. Diles que ahora ha comenzado la temporada contemplativa y que al menos deberían intentar tomarse las cosas con calma y tranquilidad en lugar de estresarse, preocuparse y desgastarse.

Si solo todos ustedes confiaran en el cielo, en Nosotros, entonces no habría todo este «alboroto». Serían hijos de Dios contentos y tranquilos, porque se dejarían guiar en todos los asuntos de su vida, incluso en las pequeñas cosas triviales, que al final del día les habrán robado el «último nervio», porque no confían, no se comunican con Nosotros y no confían en Nosotros.

¿Quién de ustedes confía que Nosotros les podemos comprar los regalos de Navidad? ¿Quién de ustedes cree que los llevaremos a tiempo y al lugar correcto? ¿Quién de ustedes confía en que Nosotros organicemos estas cosas tan cotidianas?

Mis hijos. No son muchos de ustedes, pero aquellos que confían que TODO lo podemos, aquellos que Nos entregan TODO pueden dar testimonio tras testimonio de los milagros cotidianos, porque no son ellos los que gestionan su día, sino que ellos Nos entregan su día a Nosotros. No son ellos que se devanan los sesos con las mundanidades, sino que las entregan a Nosotros. No planifican ellos, sino que se dejan guiar. Ellos escuchan a Nosotros y confían en Nosotros, y esta confianza aumenta día a día, pues saben lo maravillosa que es la Divina Providencia y por eso Nos entregan TODO y a ellos mismos.

Mis hijos. Si solo todos pudieran vivir con esa confianza en Nosotros, serían un tanto más felices, más ligeros, más despreocupados y alegres.

Confíen, Mis hijos, confíen. Den su SÍ a Jesús y dejen que estos pequeños milagros cotidianos entren también en sus vidas. Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios.

Gracias, Mi hija.

(Jesús sonríe felizmente.) Sí, Mi hija, es Su fiesta. Todas las madres conocen este milagro del nacimiento, por eso la Navidad es muy especial en muchos sentidos. Celébrenlo como tal y encuentren al Señor. Amén.

357. ¡ÉL vendrá gigantescamente del Cielo! — 29.11.2013

Bonaventura: «Buenos días, Mi hija. Qué bueno que llegaste otra vez. Descansa y déjate iluminar, porque la fiesta de Navidad llegará pronto, y habrá ojos grandes y brillantes de niños dondequiera que viva Nuestro Señor en el corazón de las personas.»

Mi hija. No aferren su felicidad en lo externo, porque estos no tienen valor ante Dios, Nuestro Señor. Solo el que es puro de corazón y alma resistirá el amor del Señor, pero al que ha acumulado y atesorado riquezas terrenales no se le dará este amor porque no puede soportarlo porque no se ha preparado para el [encuentro con el] Señor.

Mis hijos. Prepárense para Jesús porque EL vendrá, en la luz más brillante y rodeado de los ángeles del Señor. ÉL vendrá gigantescamente del Cielo y Sus rayos de misericordia se apoderarán y harán llorar a aquellos que creen sinceramente en ÉL y en el Padre, que confían en Ellos y que se han preparado para este gran día.

Pero aquellos que no se hayan preparado para ÉL serán cegados. Apenas sabrán soportar estos rayos de amor y muchos se darán la vuelta para huir, pero no sabrán adónde ir. Reconocerán lo que está pasando y muchos morirán de miedo. Otros se convertirán instantáneamente porque su alma reconoce al Señor. Los malvados se retirarán porque no podrán soportar la luz del Señor.

Mis hijos. Éste será un día maravilloso, un momento que muchos de Nuestros hijos fieles han esperado y han preparado con mucha «diligencia» por él, porque son fieles a Jesús y se han preparado y vivirán este día, el día de la decisión, con la mayor alegría. Pero muchos no se han preparado y han negado a Jesús tanto, tan profundamente in su interior que quedarán como atónitos y no podrán responder. El amor del Señor será demasiado para ellos y dejarán «la tierra».

Mis hijos, oren por estas almas ya que no están listas para entrar al Nuevo Reino del Señor. Éste no se abrirá hasta que se haya librado la batalla final. Tendrán que «aprender» a confiar en el Señor y expiar sus pecados. Ellos harán esto entonces en el purgatorio. Pero deben estar preparados, dar su SÍ al Señor, porque ésta es la única manera de entrar – después de la purificación completa – en la gloria del Señor.

Por eso, Mis hijos, prepárense ya durante su vida, porque quien tiene que ir al purgatorio, experimentará el sufrimiento de la purificación, y hará llorar su alma, porque el alma reconocerá lo que ha hecho mal, se arrepiente profundamente y sufre OTRA VEZ a través de todos los pecados cometidos y experimentados.

Hágase consciente de esto, Mis hijos. El purgatorio es la llama purificadora del Señor y permite a aquellos que no se portaron bien y que no expiaron durante su vida [terrenal] lavarse y así poder presentarse ante el Señor después de que se haya completado la purificación. Pero aquellos que hayan vivido bien y en armonía con la voluntad de Dios durante su vida, que se hayan arrepentido de sus pecados y se hayan preparado para el Señor, se salvarán del purgatorio, porque Jesús los llevará consigo al Reino Nuevo.

Mis hijos. Todo esto todavía les resulta difícil de entender. Déjelo trabajar en ustedes y pídanle al Espíritu Santo que lo descifre. Con ÉL entenderán un tanto más, y con ÉL aclararán sus dudas. Lo que no entienden, déjenlo sentar y NO empiecen a interpretar, ¡porque con eso están quebrantando la palabra del Señor!

Lean, escuchen, entiendan y dejen que lo dicho obre en su corazón, porque el Señor vive en ustedes, y quien viva con el corazón, escucha a su corazón y tome sus decisiones con el corazón, no se equivocará. Que así sea.

Los amo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

Mi madre les anunció la palabra del Señor. Así que acéptenla y recíbanla en ustedes. Pidan al Espíritu Santo que los ilumine y oren por todos los que no se preparan, amén.

Su Jesús Quien los ama.»

356. ¡Sigan teniendo coraje y aguanten un poco más, porque el día de Mi Segunda Venida se está acercando! — 28.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Estos tiempos ahora pasarán rápidamente, pero el sufrimiento aún seguirá aumentando, las mentiras serán mayores y la necesidad en forma de enfermedad, pobreza y miedo, adoptará formas impresionantes.

Mis hijos. No temen, porque Dios el Señor lo ve todo. ÉL está con ustedes cuando LO invocan. ÉL alivia el sufrimiento cuando se lo pidan, y EL envía la salvación cuando se vuelven a Él y toman el camino hacia Él.

Mis hijos. Prepárense ahora para estos últimos días, porque pronto todo terminará, pero sólo aquellos que hayan profesado su fe en Mi Hijo encontrarán la salvación. Así que conviértanse y prepárense para la segunda venida de Mi Hijo, porque ÉL vendrá a liberarlos, a vencer al adversario y a su ejército malvado, y llevará a todos los hijos fieles con él al Nuevo Mundo donde el Cielo y la tierra se fundirán sin ser uno y donde la paz se dará a todos los hijos.

Conviértanse, Mis queridos hijos, y encuentren el camino hacia su Señor. Estarán eternamente bien con ÉL, porque ÉL es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ÉL ES y siempre SERÁ, y ÉL es el Creador sobre ustedes y todo lo que es.

Los amo. Vengan todos a Mi Santo Hijo.

Su Madre en el Cielo.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

Quien no se convierta ahora, se perderá, porque nada podré hacer por él, ya que no ha profesado su fe en Mí.

Pero el que Me dé su SÍ, Yo lo salvaré y entrará conmigo en la Nueva Gloria.

Así que vengan a Mí, Mis queridos hijos, y déjense acunar en Mis Santos Brazos. Yo cuidaré de cada uno de ustedes y la paz del Señor será su herencia. Realizaré Mis milagros en aquellos que Me aman sinceramente.

Los amo, Mis hijos amados, y vendré a redimirlos. Sigan teniendo coraje y aguanten un poco más, porque el día de Mi Segunda Venida se está acercando.

Con profundo amor,

Su Jesús. Amén.» (Dios Padre sonríe con aprobación.)

355. ¡Tantos hijos siguen ciegamente al falso profeta! — 27.11.2013

Buenos días, Mi hija. Gracias por venir. Te amo. Escribe, Mi hija, escribe, porque el tiempo apremia cada vez más. Tantos hijos siguen ciegamente al falso profeta y muchos hijos se pierden cada vez más por ello, pues dan oídos al que viene del demonio, lo aclaman y no se dan cuenta de cómo están siendo acorralados y empujados a las trampas del demonio.

Mis hijos. Las enseñanzas de Mi Hijo son relevantes para todos los tiempos. No pueden ser cambiados, aunque es justamente eso lo que está ocurriendo en este momento. Estén advertidos, Mi amado rebaño de hijos, porque los que más les hablan desde «el alma» son los que más daño les hacen. Fingen, mienten, utilizan su descontento para conseguir sus objetivos, para llevar a cabo los planes del maligno y para sacar a Jesús, Mi Hijo, por completo de su vida.

Una vez que ellos muestren sus verdaderos rostros, será demasiado tarde para ustedes, ya que demasiado se habrán [entonces] «asomado a la ventana» contra el Señor, han permitido con indiferencia y aprobación demasiado pecado en sus vidas, y demasiado poco o nada se han vuelto al Cielo, observado los mandamientos del Señor y vivido humildemente y en el verdadero amor unos con otros.

Mis hijos. Un mundo lleno de mentiras e intrigas, de sexo y homosexualidad, de matrimonios entre personas del mismo sexo y de adopciones de niños por parte de aquellos cuya unión nunca podrá dar lugar a una nueva vida, de prostitución, de tráfico y abuso de niños, de aborto y de tantas otras cosas que ustedes aceptan como «normales», pero que no lo son. Todo esto se les ha traído el diablo, y nada de esto viene de Dios, Nuestro Señor y Padre.

Dios ha creado su mundo tan maravillosamente, pero no LE hacen caso, no se vuelven a ÉL y no viven con ÉL. Han abolido el «Hágase Su Voluntad» para ustedes y sus vidas, porque ustedes están viviendo sólo según su [propia] voluntad y no entienden que es precisamente esto lo que causa tanto sufrimiento y maldad y pecado en su oh tan hermoso mundo.

Despierten, Mis hijos, y vuelven a vivir con el Señor, porque es ÉL quien da la vida, es ÉL quien da el amor, es ÉL quien creó todo y es ÉL quien cuida de todos/de todo, sin embargo, se han apartado y se han opuesto a ÉL y no quieren Su cuidado.

El que no vive con el Padre no podrá entrar en el Nuevo Reino. El diablo lo mantendrá bajo su hechizo para siempre y luego, cuando la decisión esté tomada, le infligirá sufrimientos, penurias y tormentos.

Non crean nunca al maligno, porque no tiene ninguna vena buena en sí. A los que le siguen sumisamente tendrán un despertar feo, y no cosecharán nada de lo que les ha prometido. Aquellos, en cambio, que vivan con Mi Hijo serán elevados y la verdadera alegría, la felicidad, el amor y la tan esperada paz serán su cosecha.

Que así sea.

Los amo. ¡Den su SÍ a Mi Hijo! ¡Aún no es demasiado tarde para ello!

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

Quien sigue siendo terco,

quien no quiere cambiar,

quien no cree en Mí, quien no espera en Mí, perecerá.

Pero el que tiene amor en su corazón, vive conmigo, confía en Mí y vive su vida de acuerdo con Mis enseñanzas y los mandamientos de Mi Padre según lo mejor de su conciencia, a él lo llevaré conmigo a Mi Nuevo Reino y se le regalarán mil años de paz.

Así que vengan a Mí ahora, Mis amados hijos, y comiencen a volverse hacia Mí. Todos los que Me sigan honestamente experimentarán la entrada en la Nueva Gloria, pero los que siguen siendo tercos y duros tendrán un despertar feo.

Así que vengan a Mis Brazos Santos y vuélvanse a Mí con todos sus asuntos, entonces Yo cuidaré de ustedes y una gran alegría llegará a sus corazones.

Los amo, Mis hijos.

Su Jesús.

Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.»

«Mi hija, el tiempo es ahora muy apremiante. Te amo. Tu Padre en el Cielo. Amén.»

«El Señor ha hablado. Amén.

Un ángel del Señor. Amén.»

354. ¡La paz milenaria comenzará ahora pronto! — 25.11.2013

Bonaventura mira con tristeza nuestra tierra:

Sí, hija Mía, los estoy mirando con tristeza, porque están destruyendo la creación del Señor, poniéndose en contra de ÉL y de Su Hijo y apartándose de la única Verdad, porque están tan enredados en las tinieblas del diablo, tan velados con velos de niebla y adictos al amor propio y a [cada vez] más chutes y a más sexo y a más de esto y de aquello, que ya no logran discernir la verdad, porque su corazón está oscurecido, tapado y velado y el diablo les ha montado un mundo ilusorio y no encuentran la salida, pues incluso en su corazón experimentan la «alegría» (chutes) del diablo y así nunca encuentran la única alegría verdadera del Señor, y si no se convierten pronto ahora, entonces irán al infierno con este mundo ilusorio, pues están tan atrapados en él que no se dan cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor y no reconocen la verdad del Señor.

Mis hijos. ¡Despierten! Libérense del mundo ilusorio del diablo y emprendan el camino hacia el Señor. Sólo ÉL es su salvación. ¡Sólo con ÉL alcanzarán el Nuevo Reino! Sólo ÉL, Jesucristo, los llevará al Padre, y sólo con ÉL serán hijos felices.

La paz milenaria comenzará ahora pronto, pero sólo la alcanzarán aquellos hijos que se hayan entregado a Jesús y LE hayan dado su SÍ a ÉL. Serán las almas fieles las que cosecharán las riquezas del Señor, pero los que se apartaron de ÉL tendrán que soportar sufrimiento y penurias y tormento, porque el diablo se revelará como lo que es, y maldecirá a todos los que no le dieron la victoria sobre Jesús, y hará sufrir y atormentar a todos los hijos, y este estado será insoportable para los hijos caídos.

Por lo tanto, devuélvanse mientras aún estén a tiempo, porque pronto ya vendrá Jesús y saldrá victorioso sobre el maligno y su ejército de horror. Entonces, hijos Míos, deben estar preparados, porque sólo aquellos que han dado su SÍ a Jesús, ÉL podrá llevar consigo a la Nueva Era de Paz, Su Nuevo Reino. Que así sea.

Conviértanse.

Su San Bonaventura. Amén.

Qué tormento hay en su tierra, pero valientemente los hijos fieles toman su cruz y siguen al Señor.

Vete ahora, te amo. Gracias. Amén.

353. ¡No permitan que el demonio los encubre con su velo de niebla! — 23.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Gracias por escribir para Nosotros, tú, Mi hija, y a los que te ayudan.

Mi hija. El tiempo apremia. Pronto todo será diferente, sin embargo, Nuestros hijos no lo ven. Su vida aquí en la tierra pasará, sin embargo, ustedes están tan envueltos en su mundo ilusorio que no lo ven, que no quieren verlo.

Hijos, despierten, porque sus días en la tierra están contados. Ya hay tanto sufrimiento, tanto más se apoderará de su tierra, ¡pero ustedes no quieren admitir todo esto! Ustedes se cierran a la verdad, persisten en las apariencias y en la ilusión y se ponen así en gran peligro.

Mi Hijo sólo puede salvar a quien LE da a ÉL su SÍ, pero ustedes están tan metidos en lo exterior que no tienen tiempo, ni lugar, ni amor por ÉL.

¡Mis Hijos, éste no es el camino! ¡Están poniendo en riesgo su eternidad! ¿No saben que detrás de todo el brillo y el glamur sólo los acecha el diablo? ¿No saben que es el diablo quien los colma de pompa y glamur?

Mis hijos, ¡despierten! ¿Dónde está el amor en ustedes, en sus corazones? ¿Creen que con un poco de compasión pueden escapar del diablo? No, Mis hijos, deben confesarse a Jesús, porque de lo contrario el demonio exaltará su poder sobre ustedes y corren el gran peligro de que les robe su alma, llevándosela consigo en el día de los días en que Mi Hijo volverá a salvar a Sus hijos fieles.

Mis hijos. Confiésalo a ÉL, a su Salvador, entonces experimentarán una gran alegría. No permitan que el demonio los encubre con su velo de niebla, porque quien está cubierto con sus velos está atrapado en la ilusión, el mundo nebuloso y ilusorio de la bestia.

Pero como éste [mundo] les agrada tanto, están viviendo sin procurase de la verdad y así se obstruyen su entrada en la Nueva Gloria, el Nuevo Reino de Mi Hijo, que el Padre creó para cada uno de ustedes en el más profundo amor.

¡Así que devuélvanse antes de que sea demasiado tarde y rompan con el mundo ilusorio del diablo! Un SÍ a Jesús, y se les dará ayuda y asistencia, y se les quitarán las trampas del diablo.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.

«Amén, les digo esto:

Quien viene a Mí,

quien se convierta a Mí,

quien me de su SÍ y

quien Me siga, le liberaré de los velos de niebla de la bestia y le quitaré todas las trampas, pero su amor por Mí debe ser sincero, porque sólo quien confíe en Mí, crea en Mí y viva conmigo experimentará esta gracia.

Por eso, vengan a Mí, a su Jesús, y juntos viviremos en el Nuevo Reino de la Paz.

Los amo, Mis hijos. Gracias por escuchar Nuestra Palabra y seguir la llamada de Mi Santa Madre.

Su Jesús. Salvador de todos los hijos de Dios. Amén.»

«Que así sea». Dios Padre.

352. ¡Acepten los regalos del Cielo! — 22.11.2013

Mi hija. Mi querida hija. Yo, tu Santa Madre del Cielo, estoy aquí para decirte a ti y a Nuestros hijos lo siguiente:

Cuando Mi Hijo venga y los lleve consigo, su alma debe ser pura. Debe haberse preparada y debe haber eliminado todo pecado. Así que vayan siempre a confesarse, Mis queridos hijos, porque sólo así obtendrán la indulgencia del pecado,ya que la misericordia de Mi Hijo los perdona en cada confesión.

Sin embargo, Mis queridos hijos, muestren su arrepentimiento, pues de nada sirve hacer una confesión de labios, pero no sentir remordimiento en el corazón. Así que arrepiéntanse de sus actos pecaminosos, palabras, acciones y quédense completamente con Dios y con Mi Hijo, porque ellos los preservan del pecado y los inundan con Su Amor Divino.

Mis hijos. ¡Acepten los regalos del Cielo! ¡Visiten sus Santas Misas! ¡Confiésense! Y sean buenos los unos con los otros. Quien tenga un corazón puro no tiene nada que temer, pero quien es impuro y lleno de pecado, sin arrepentimiento en su corazón y sólo preocupado por su propia ventaja, quien no ama al otro y le hace el mal conocerá el temor, pues cuando Mi Hijo venga a redimir a todos los hijos fieles, entonces el quien es malo y desobediente, vengativo y egoísta tendrá un duro despertar.

Así que vuelvan y den su SÍ a Jesús, porque ÉL les ayudará en todos sus viajes. ÉL estará con ustedes en cada etapa de su vida, y EL vendrá a redimirlos y a llevarlos consigo a Su Nuevo Reino que el Padre creó para cada uno de Sus hijos y donde finalmente compartirán sus vidas pacífica y amorosamente y perfectamente felices entre ustedes y con Jesús, su hermano y Salvador.

Que así sea.

Su Madre en el Cielo Quien los ama.

Madre de todos los hijos de Dios. Amén.